Realidad preocupante |
Mientras el proceso inflacionario siga su curso los problemas salariales serán siempre insatisfechos. Es indudable que existe un denodado esfuerzo del gobierno actual para poner en un cono de sombra esta realidad y disimular la situación inflacionaria en un país que constantemente muestra más aristas de inseguridad en su economía. No alcanza el crecimiento del superávit que anuncia nuestra Presidenta con bombos y platillos; no alcanza con que suban las reservas del Banco Central; no alcanza que crezca positivamente la balanza comercial, si los resultados no se observan en el supermercado, en la farmacia o en la verdulería, y los datos que dan estos comercios en donde cada habitante se enfrenta a diario, son más valederos que la información dibujada del Index y que las declaraciones del funcionario oficial mas optimista o mentiroso. La realidad del aumento del costo de vida se convierte en una sola y es inexorable, es algo lacerante y que conmueve, porque rompe cualquier esquema de proyecto familiar y de progreso. Nuestro problema inflacionario es algo que corrompe, desgasta, causa malhumor y nos pone más pobre cada día; no se va a tapar la inflación con la moneda de dos pesos ni con un billete de doscientos. Da que pensar la actitud muy tibia de nuestros gobernantes sobre este tema tan punzante; parece que ellos creen que la inflación debe terminar siendo absorbida silenciosamente por el consumidor, mientras que el gobierno intenta no hacerse cargo porque cree y dice “que todo anda bien” “que vivimos mejor”, trata de no mencionar por ningún motivo el aumento del costo de vida, o cree que dibujando datos estadísticos la gente se olvida; por lo tanto mientras el consumidor absorbe contundentemente la inflación, el gobierno la ignora, y así continua un circulo vicioso. No se precisa ser experto en economía para ver como se escapa el presupuesto de las manos en cada momento; tampoco se precisa ser un experto para saber que el gasto público está en constante aumento y que hay emisión monetaria sin respaldo de capital. Son muchos las señales de alto riesgos que el ciudadano con un poco de sentido común observa y así vemos que nuestra economía se degrada cada día, como se degrada la seguridad, como se degrada la educación y como se degrada la política misma. El sentido común nos indica que estamos sometidos en un proceso de degradación casi constante y no somos capaces de organizarnos para detenerlo, tampoco observamos ejemplos por parte de nuestros gobernantes. Hemos pasado crisis peligrosas como la del 2001 pero eso no significa que estemos a salvo si continuamos este rumbo. Aquí sobre estas consideraciones no hay nada a favor ni en contra del gobierno, solamente pretendemos ver la realidad; y en este caso es que debemos dejar de hacer política partidista desde la función de gobierno, para algún día hacer patria, o mejor dicho pensar con mayor amplitud y sensatez por una nación organizada. Es que da la sensación de que no estamos pensando en una republica en serio. En este “pensar”, es que deberíamos ver la realidad sin anteojeras partidistas, para darnos cuenta que de manera urgente pretendemos la republica seria y confiable, cómo conseguirla es el gran desafío, pero lo que sí sabemos es que actualmente está ausente, porque nos hemos dedicado a lo trivial en lugar de trabajar por los grandes objetivos de la nación, que lamentablemente aún no los tenemos claro. Argentina no debe ser un país fácil para gobernar, pero tampoco es un país imposible de realizar, y esto es justamente lo que nos está faltando… “realizaciones”. Nosotros ya pasamos los festejos centrales del bicentenario; la euforia del mundial de futbol; ahora no hay excusas, ni para gobernantes ni gobernados, precisaríamos construir a esta Argentina con menos discursos gesticulados y más realidades concretas; con menos gastos públicos que salen de las arcas del estado; con menos erogación de dinero en cosas superfluas, con menos funcionarios incompetentes, en definitiva: “algún día Argentina precisa realizarse”, tomar conciencia de sus realidades verdaderas las que muchas de ellas ahora son ignoradas. Sería este nuestro gran compromiso, y cuando se inicie el camino de esta realización y se tome la senda del trabajo generalizado y de la honestidad, seguramente la inflación va ha disminuir porque florecerá la confianza, la seriedad y existirán objetivos trascendentes para lograr el bien común tan ausente en estos días. Lograr estos objetivos sería como cambiar la
realidad de nuestra nación y convertirla en “creíble”, como apostar
en algo distinto y prometedor, como premiar al trabajo y a la dedicación,
pero en la medida que continúe la incredulidad no hay confianza y cuando
la misma se pierde tampoco hay progreso generalizado, cunde el desorden y
la desesperanza. Un gran paso para iniciar el camino se lograría
si nuestros
gobernantes dejaran de mentir sistemáticamente al tapar la realidad sobre
lo que le cuesta vivir a un argentino de clase trabajadora, esto
desalienta profundamente hace que nuestra nación no sea seria. |
Walter Bonetto
walterfbonetto@yahoo.com.ar
El Puntal, Río Cuarto (Córdoba)
23 de setiembre de 2010
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