Los ataques a la iglesia católica |
No
es nada nuevo, esta institución
de más de 2000 años sigue
recibiendo ataques como ocurrió
durante toda su trayectoria. Es que su realidad es ofrecer propuestas desde
el orden espiritual para evangelizar al hombre, que abrace su fe,
y lo invita a tener constancia de vivir en ella y permanecer sin
titubeos hasta el fin de sus días respetando
valores de su vida; por lo tanto no es poco lo que pide la
iglesia. La función de la iglesia que
básicamente debe ser de paz,
de amor, y acompañamiento
para alcanzar fortaleza interior,
esta vista por muchos seres humanos con cierta resistencia. Es
indudable que tuvo errores, escándalos y miserias que la acompañaron
también en toda su historia; pero cierto es que tuvo aciertos
y virtudes y las seguirá teniendo, porque para los católicos fue la
iglesia que acompañó al
hombre y lo acompaña en la mayoría de sus dolores, trabajos y alegrías;
y por sobre todas las cosas está presente en el dolor desesperado del ser
humano causado por las guerras, el hambre, las enfermedades,
sin preguntarle al sufriente si es católico o no lo es. Los
desaciertos de que la acusan en
su camino recorrido no alcanzan para medir a la iglesia, y seguramente los
ha tenido y los tiene, la afecta, pero no inválida su labor solidaria; en
el caso de los argentinos no se puede decir que no es parte de nuestra
patria porque nuestra patria se formó al
lado de la iglesia y con la iglesia. Lo que ocurre que hoy hay nuevos
tiempos, hay nuevos aires, en
donde lo espiritual de la fe
cada día importa menos,
y muchos creen que
“eso de la religión” es cosa de los curas, sin querer considerar
que la religión es cosa de Dios, quien a través de su hijo Jesús
nos enseña el evangelio. Llueven
las críticas, totalmente injustas en su mayoría: con que “la Iglesia
está desactualizada” “es
de la época de las cavernas” “el oro del vaticano” y
tantas cosas más fuera de lugar que esgrimen
quienes la atacan. Esto preocupa, asusta,
hiere a mucha gente de fe y de respeto
y entonces cave la pregunta ¿Cómo se tiene que actualizar la
iglesia? Tendría que
permitir el aborto; aceptar cualquier manera de vida sin regla alguna
y aceptar que sus fieles no cumplan con sus sacramentos
y por sobre todas las cosas que cada quien tenga su propia
interpretación de cómo sentir a Dios. La iglesia no puede hacer esto,
porque ella respeta los
mandamientos de Jesucristo que vienen de Dios; además esto
no sería actualizarse, sería destruirse, sería separarse del
camino del creador de los
cielos y la tierra. La
iglesia nunca enseña que el camino de Dios será un camino fácil,
millones de seres humanos sufren dolores tremendos en este mundo
que está plagado de hombres injustos y entonces muchas veces la
vida se torna difícil, tremendamente difícil; pero justamente fue Jesús
el que dijo “Toma mi cruz y
sígueme”, y entonces para
los cristianos, si realmente creemos en Dios, sabemos que el camino es
ese, no vale la pena
desviarnos formando un camino propio aunque este último nos resulte cómodo.
En muchas etapas de nuestra vida el camino puede resultar muy
tremendo y ahí están los
dolores, las tristezas y las penurias de los hombres.
Las
obras de caridad que realiza con mucho silencio la iglesia católica en el
mundo entero son innumerables, hay centenares de hospitales en África,
Asia, Sudamérica y también en Europa con
miles de enfermos de SIDA que son atendidos con gran amor y dedicación por
monjas y sacerdotes; miles de hospicios para niños huérfanos o
desplazados por guerras son atendidos por religiosas; lo mismo ocurre con
millares de asilos en el mundo cargados
de gente anciana abandonada sin recursos ni familia que están asistidos y
contenidos por monjas de la caridad. Enfermos terminales de epidemias
contagiosas están asistidos a cada instante por monjas. Es posible que en
esos dolorosos lugares no se vea ningún enemigo de la iglesia asistiendo
a esos enfermos para curarlos, limpiarlos y atenderlos. Es tan fácil criticar en este mundo que se lo hace con tanta liviandad e hipocresía que realmente preocupa. Lo lamentable que muchas de estas críticas injustas vienen de funcionarios de políticos, de profesionales, en fin, de gente “preparada”, aunque no comprometida con la realidad del hombre que sufre en estos días. Son totalmente condenable los errores de miembros de la iglesia que desviaron su camino como aquellos que son acusados de violación de niños y tantos horrores más que a todo cristiano le golpea con mucha fuerza el corazón, pero no por eso se puede desmerecer la labor universal de la Iglesia católica que trabaja y brega constantemente para alcanzar un mundo más justo y solidario que contemple y ampare a tantos pobres y sufrientes de esta tierra. |
Walter Bonetto
walterfbonetto@yahoo.com.ar
El Puntal, Río Cuarto (Córdoba)
11 de octubre de 2010
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