25 de febrero de 2022

Cine

“Belfast”, de Kenneth Branagh

En su mejor película por lejos, Kenneth Branagh practica su propio Amarcord, con Belfast en lugar de Rímini, gente común en vez de seres extravagantes y un estilo absolutamente clásico, sin la menor aspiración a la genialidad. Vistos a través de los ojos de un niño, ni siquiera los enfrentamientos crecientemente violentos que dividirán la ciudad entre protestantes y católicos bastan para que ese niño habite su barrio, su ciudad, con alegría y ojos grandes. Y para que Branagh lo recuerde con cariño.

por Horacio Bernades

Barricada

“Vos siempre vas a ser Buddy, del distrito 15 de Belfast”, le dice el abuelo a Buddy. Una idea de apego a la raíz que puede sonar conservadora en tiempos que exaltan el poder de la transformación, pero que para el emigrante representa la tabla de la cual aferrarse en medio del naufragio de la patria de nacimiento. Tan autobiográfica como quiera vérsela, Belfast transcurre en Irlanda, una tierra a la que las hambrunas y las exacciones reales convirtieron, desde fines del siglo XVIII, en una marejada de olas y olas migratorias, la mayor parte de ellas hacia los Estados Unidos, pero también a otros países angloparlantes, como Australia, Nueva Zelanda o Sudáfrica.  

La película de Branagh comienza a fines de 1969, cuando las tensiones entre protestantes y católicos comienzan a escalar en Irlanda del Norte (todavía se pelea con piedras y “molos”, y recién sobre el final asoma un arma de fuego, que no será disparada). Los católicos, minoría allí en el norte, comienzan a recoger sus bártulos y dejar sus casas. De pronto los vecinos se han convertido en enemigos. “¿Qué está pasando?”, se pregunta Buddy (Jude Hill), que a sus 9 años no entiende nada. Va a seguir sin entender demasiado, porque ¿cómo puede un chico de su edad comprender que se desencadene una guerra entre vecinos, por motivos religiosos? (Ya sabemos que los motivos eran en verdad político-religiosos: a comienzos del siglo XX, la mayor parte del territorio irlandés declaró su independencia del Reino Unido, quedando sólo la pequeña porción protestante de Irlanda del Norte como leal a la corona. Pero esto hubiera sido todavía más difícil de entender).

A Branagh no lo interesa profundizar en este punto: criado como protestante en el Ulster, el conflicto político que la película plantea es otro. La película está enteramente narrada desde los ojos de Buddy, hijo menor de una familia de clase trabajadora, con un abuelo ex minero (Ciarán Hinds, magnífico) y un padre obligado a ganarse el pan en Londres. La película, escrita por el propio Branagh, tiene una naturaleza resueltamente amable, con dos padres (Caitriona Balfe y Jamie Dornan, excelentes), que se quieren y respetan a sus hijos, juegos infantiles tan ingenuos como tirar con la honda, transgresiones de niños consistentes en robarle una golosina al golosinero al que ven todos los días, mucha gente en las calles estrechas y animadas y una convivialidad tan cordial que hasta el pub queda fuera de escena. Claro, bastaría una sola toma allí para encontrar borrachos tirados sobre el mostrador, sillas volando, puteadas y tortazos al por mayor. En la ciudad de fines de los 60 de Belfast no se conoce la disfuncionalidad familiar, ni ninguna forma de abuso o violencia. Ni siquiera, como queda dicho, alguna Guinness de más.

Recordando sin ira

Así decidió recordar su infancia el Poirot de Muerte en el Nilo y está en todo su derecho. Belfast es su Amarcord, y en Amarcord las putas son gordas y buenas, las familias no se separan y la mayor transgresión es un pedo. En ambos casos, por la misma razón: están narradas por niños (o preadolescentes, la de Fellini). Hay una referencia geográficamente más próxima: Belfast puede ser vista como la versión mainstream (menos lírica, obviamente, y casi nada cantada) que el díptico de Terence Davies Distant Voices, Still Lives (1988) y The Long Day Closes (1992), suerte de ópera elegíaca con canciones populares, dividida en dos partes. Branagh no recuerda con melancolía, como Davies, ni con ira, como el Davies de Of Time and the City (2008). Recuerda, se diría, con gratitud.

Narrada por la versión adulta del despierto, sonriente y educado Buddy, se entiende que sea ése el mood de la película. Debe decirse que la fluidez narrativa de Belfast, su clasicismo y pertinente utilización de formas algo más “audaces”, sorprenden, viniendo de quien hasta ahora dedicó todo su cine al teatro filmado o el escracho filmado. La más llamativa de esas formas es el travelling de 360º que describe la cámara alrededor de Buddy, cuando éste descubre la existencia de algo llamado violencia grupal. Movimiento llamativo, pero funcional: igual que la cámara le da vueltas la cabeza a Buddy cuando ve los primeros grupos grupos armados con palos.

Hay en verdad un segundo narrador en la película, y es la familia entera de Buddy (la película no hace mención a su apellido), sobre todo en relación con lo que está ocurriendo en el barrio. En ningún momento se habla sobre el conflicto (lo que los irlandeses llamaban the troubles), ni sobre su origen, ni si alguno de los bandos tiene más razón o es mejor que el otro. El diálogo más explícito es una línea dicha por el abuelo –que es una especie de Confucio irlandés–, en el sentido de que a Dios no le gustan las verdades únicas. Habrá quien vea a la familia de Buddy como una “Corea del Centro”, una versión irlandesa del “no te metás”, una pandilla de esos “apolíticos” que siempre son políticos. No es así. “Pa” (tampoco se les da nombre a los padres) enfrenta al líder barrial violento, que pretende que “Pa” se sume al levantamiento, y de paso que aporte algunas libras al movimiento. Apoyado por “Ma”, “Pa” no piensa hacer una cosa ni otra. ¿Por qué? ¿No le gustan los protestantes, los violentos, las prácticas mafiosas, no tiene nada contra los católicos? No se sabe. Branagh decide no explicitarlo, porque la cosa va por otro lado.

A la hora señalada

Dos veces enfrenta “Pa” a este Billy Clanton (interesante, los Clanton eran los “malos” de Pasión de los fuertes). No se trata de una alusión aislada. Como en la época el cine era el entretenimiento popular por excelencia (descontando el fútbol, claro), en un momento se ve en una sala de barrio un breve fragmento de Un tiro en la noche, donde el héroe, John Wayne, le “para el carro” a Lee Marvin. El fragmento es demasiado breve para producir alguna clase de reverberación dramática, y si mal no recuerdo Branagh ni siquiera muestra los contraplanos de los espectadores, como si no hubiera diálogo entre una cosa y otra.

Los otros dos fragmentos, en cambio, son cruciales. Se trata de dos planos de A la hora señalada. Uno es el de la discusión de Gary Cooper y Grace Kelly, en la que ella intenta convencerlo de dar la espalda a la violencia y dejar el pueblo, mientras él sostiene que tiene que quedarse, porque es su deber. Esa discusión refleja en cierta medida las posiciones de “Pa”, que quiere mudarse a Londres con toda la familia, porque le ofrecieron aumento, casa, etc, y la de “Ma”, que no piensa poner un pie fuera de Belfast, porque ése es su mundo y no piensa moverse de allí.

Más significativo es, por supuesto, el segundo paralelismo, entre el famoso plano cenital que muestra a Gary Cooper allá abajo, un soldadito de juguete en medio de la nada: cósmicamente solo, frente al asesino que viene a cobrar su deuda. El segundo enfrentamiento entre “Pa” y Clanton, que hace juego con el de A la hora señalada, está puesto en escena como un duelo, con ambos contendientes enfrentados y sin armas (aunque Clanton tiene la suya a su espalda). Pero no un duelo alla Leone, digamos, hiperbolizado a más no poder. Todo lo contrario. Como Cooper, “Pa” hace frente a Clanton, porque considera que eso es lo que tiene que hacer.

Es la puesta en escena la que rompe con todo paralelismo con el western de Fred Zinnemann, marcando el carácter opuesto de ambas situaciones. Branagh filma “a la altura del hombre”, no desde una suerte de estratósfera indiferente al destino del héroe, equivalente al famoso “silencio de Dios” de Bergman. Y, sobre todo, a diferencia de A la hora señalada, donde el pueblo entero deja solo al sheriff por cobardía (la película es de 1951, se trata de una parábola sobre la falta de respuesta civil ante el macartismo), aquí ambos rivales están rodeados de sus vecinos. Uno de ellos es, de hecho, el que salva la vida a “Pa”, al pasarle una piedra salvadora (¿la piedra de David?).

Tal como el título lo indica, la protagonista de la película –no me refiero ahora a los narradores– es la ciudad. Aunque la ciudad no sea la misma, los vecinos siguen animando las calles, con una única diferencia: la barricada, hecha con muebles, colchones y toda clase de bultos, que divide la ciudad, y cuyo carácter de signo se hace presente en tres o cuatro planos. Pero Branagh recuerda esa Belfast dividida cuando la ciudad ya hace décadas que ha dejado de estarlo. Su mirada atraviesa la barricada, que medio siglo más tarde ya no estará allí.

P.D. 1: Familia no disfuncional, mirada amable, calidez, clasicismo, toques de humor, bonito blanco y negro, recuerdo blanco de un pasado oscuro: las siete nominaciones recibidas por la Academia son más que comprensibles, y sería perfectamente posible que ganara Mejor Película, Mejor Guion Original, Mejor Actriz Secundaria (Judi Dench), Mejor Actor Secundario (Ciarán Hinds), Mejor Fotografía (no digo que vaya a ganar todos, entiéndase). No lo veo en cambio a Branagh como Mejor Director, una categoría de la que suele esperarse más “lucimiento”.

P.D. 2: Que Belfast cuente con todo lo que se requiere para halagar a los miembros de la Academia, ¿quiere decir que es mala? Eso es como suponer que el botox queda indefectiblemente mal. No, hay veces que no.

P.D. 3: Que Belfast sea la película con más música de Van Morrison en la historia del cine es sin duda un plus importante. Es más, en una de esas es por eso que me gustó.

Ficha

Título original: Belfast
Año: 2021
Duración: 98 min.
País: Reino Unido
Dirección: Kenneth Branagh
Guion: Kenneth Branagh
Música: Van Morrison
Fotografía: Haris Zambarloukos
Reparto: Jude Hill, Caitriona Balfe, Jamie Dornan, Judi Dench, Ciarán Hinds, Lewis McAskie, etc.
Productora: TKBC. Distribuidora: Focus Features
Género: Drama | Años 60. Infancia. Familia

Trailer de Belfast subtitulado en español (HD)

22 ene 2022
 

 

por Horacio Bernades (texto) @horaciobernades
Gentileza del blog "Cancha de bochas" Un blog de Horacio Bernades. Cine, actualidad y otras fruslerías.
Link del texto: https://canchadebochas.com.ar/inicio/belfast-de-kenneth-branagh/

25 de febrero de 2022

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