Soliloquio |
En tu ausencia presiento tu presencia. ¡Esta loca manera de extrañarte! Este dulce dolor que me acompaña... ........................................................ El sinuoso camino de mi vida, transcurrido por desiertos y ciudades, se cruzó varias veces con el tuyo. Hoy decidí seguirlo, paralelo, escondida entre selvas y lagunas, salpicada de luces y rocío. Cada tanto te detienes a mirarme, a recoger las flores perfumadas, a tirar piedrecitas en el río, a sentarte sobre la hierba húmeda para ver nublarse la luna y las estrellas. Nunca habrá para nosotros amores juveniles, ni el arder de fogatas frente al mar, o el perderse en las sombras caminando. No tendremos espacios en el tiempo, No tendremos campos verdes, o un trigal. Pero, profundo como el cielo azul y vibrante como las cuerdas tensas que desgranan la música y el alma, así siento nuestro amor, así nos entregamos vos y yo, en mutua comunión. ¡Tantas cosas sentimos de igual forma! ............................................................ es tan dulce y dolorosa tu ausencia, que es casi... una presencia. |
María Cristina Berçaitz
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