Del amor por los bárbaros |
Lo opuesto busca su opuesto Y en lo blanco la gota que hay de negro Crece Hasta hacer lo blanco negro Y así en lo contrario hace la gota blanca Todos deseamos lo opuesto Que encarna frente a ti De tanto en tanto Y trae su exótica religión su idea del asunto Sus distracciones sus aparentes crueldades El poco cuidado con que trata los más preciados dones Las ofrendas y regalos que destinábamos Antes A nuestro propio fetiche Tal nuestra donación Los bárbaros poseen la ingenuidad de lo que fuimos Aquello que en ellos no ha crecido nunca O bien nunca lo ha hecho en esta dirección Son lo que fue posible que fuéramos hoy y no prosperó Por eso la ternura el celo el interés que sentimos Por su aparente torpeza Su falta constante de consideración Nuestro consuelo cuando nos matan sus actos es mirarlos benignamente Y acariciar o al menos intentar hacerlo La brutalidad que destroza y que Cuando se les reprocha Sinceramente no comprenden Como no comprenderían si llorásemos delante de ellos El porqué de todas esas lágrimas se sienten inocentes Lo son nuestra es la tragedia de entenderlo Y de entender que nada podemos hacer Ni por amor ni por odio para redimir a la criatura De su condición de bárbara Este de todos los dones es quizás el más extraño Que nos dieron nuestros dioses Nuestros dioses que no existen También están esos bárbaros que se nos parecen Pero no son nosotros cuídate sobre todo de ellos Son los más peligrosos son los que realmente Llegan a tu corazón Con sus similitudes Sus engaños de los que son desde luego Totalmente inocentes Pero nadie cambia a los bárbaros Y cuando aparece su barbarie expresa su “bajeza” Su “violencia” su “impiedad” su fastidiosa negligencia extrema Ya están dentro de nosotros y es tarde Muy tarde para todo Y no se van jamás de aquello Que conquistó su impericia su malicia inconsciente Y también su destreza Largamente adquirida En combate contra otros bárbaros Seremos su triunfo la gota de alegría infantil Que dura un día La jactancia a solas que pronto se disipa Nuestras serán las ruinas las veneradas estatuas Rotas que vendimos por ellos a precio de mercado Nada o casi nada vale algo nuestro entre los bárbaros Y nuestra será la noche donde algo se incendiará Eternamente para siempre en llamas Por amor a los bárbaros |
Luis Benítez
De "La yegua de la noche"
Ediciones Del Castillo Editores, Santiago de Chile, 2001.
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