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Latinoamérica frente a la crisis planetaria II |
Señalábamos que las vicisitudes de la economía latinoamericana, para la que el FMI considera que las “revueltas” de Oriente Medio, la tragedia de Japón o la crisis de deuda europea, no frenarán su recuperación, creciendo 6.5%" en este año, no pueden soslayar los problemas estructurales añejos, vigentes y sin salidas claras para una recuperación posible.
La crisis general realza las condiciones de la economía latinoamericana y define pormenores que muestran escasez de instrumentos globales que le encausen para suavizar la alteración. Hay hechos importantes con intención de avance, que vienen de décadas atrás. Consideremos los diversos organismos de “integración” como la ALALC –hoy ALADI- el Mercado Común Centroamericano (MCCA), la Comunidad Andina, la Comunidad del Caribe (CARICOM) y el SELA. De creación más reciente: el Mercado Común del Sur (MERCOSUR), Alianza Bolivariana para los pueblos de nuestra América (ALBA) y Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR), junto a una variedad creciente de Tratados de libre comercio, tanto entre países incorporados a los organismos mencionados, como en relación a los Estados Unidos del Norte. Existe un TLC Canadá-EU-México.
Precisamos que antiguos organismos (ALADI, MCCA, CARICOM, y SELA) se quedaron en el movimiento comercial, dependientes en su mayor volumen de producciones realizadas por transnacionales en nuestros territorios y se mediatizan en el abandono, a partir de los 90s del siglo XX, debido al implante de medidas neoliberales con su ola de privatizaciones y liberalizaciones, que van de regreso, pero dejaron una estela de destrucción de los aparatos productivos creados décadas antes, con pérdida de mercados internos.
No se pueden negar serios intentos por salir del bache, pero las condiciones de la economía internacional detienen o frustran los esfuerzos latinoamericanos. Una línea de pensamiento pretende buscar el apoyo de Estados Unidos, olvidando que tal nación no dispone ya de la base industrial impetuosa, aquella que el presidente Franklin D. Roosevelt puso en acción para su memorable "New Deal" apuntalando la movilización económica para la 2ª Guerra Mundial. Tales hechos convirtieron a EU en la mayor potencia económica de la Historia.
Pero allí quedó. En las últimas tres décadas, infraestructura e industria estadounidenses son arrasadas por los monstruos que le creo en las finanzas, el pensamiento y la acción neoliberal –Consenso de Washington- cuya preponderancia transformó la economía planetaria en “casino financiero especulativo”, con lo que se provocó la crisis integral cuyo últimos estertores contaminan el globo terráqueo.
Algunas naciones de la región -por el origen de los altos mandos de su economía- voltean la mirada a diversos países de la CE. Allí la crisis obedece a las mismas causas de la mundial. En ella se aprecian: descenso en tasa de ganancia empresarial; reducción general de intercambios; necesidad de destrucción de “capital sobrante” que no tiene forma de valorizarse y un rebalanceo de la economía mundial, que aún no empieza. Salvo Alemania, no hay nación con capacidad para apuntalar economías, allende el océano.
Ya es lugar común formar una cronología de la crisis. Esta inicia su fase crítica, partiendo de las hipotecas “subprime” en EU con la quiebra de Lehman Brothers como remate de esa fase. Junto, la transformación de la crisis bancaria en fiscal; de deuda de estados soberanos, que lleva al rescate de entidades en problemas, y el paso del núcleo de crisis, de EU a la CE, hundiendo la economía griega, poniendo a “remojo” de la española e italiana.
El terror a la depresión (tipo años 30 del S.XX) arrecia en el mundo. En EU aprovechan pequeños repuntes para inspirar confianza. En Europa se vive un período de apagado o inexistente crecimiento. La recesión es un hecho sin trazas de arranque en la economía, repitiendo pasos hacia la depresión. La debilidad de su proceso le hizo presa de problema graves de la Eco. planetaria.
No hay, por tanto, hacia donde voltear de los grandes núcleos de la economía universal. Por su lado los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) juegan con sus cartas propias, aunque sostienen acciones de grupo que les fortalece entre sí. China, segunda economía del Planeta, mantiene relaciones con casi todos los países; con Rusia se destacan por su continua consolidación, para bien de la multipolaridad. El resto apenas inician gestiones para participar en los requerimientos financieros y tecnológicos de la región. Acontecimientos recientes de vínculos entre Beijing y Moscú, amparados por la cercanía y su participación en foros como el grupo BRICS y la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), lo caracterizan. En la reciente visita del viceprimer ministro Li Keqiang a Rusia, destaca la firma de 27 acuerdos comerciales por 15 mil millones de Dls, incluida una cooperación multisectorial. En el 1er trimestre de 2012 el comercio bilateral aumentó 33% (21 mil 490 millones de Dls). En 2011 creció 47.2% con 79 mil 200 millones de Dls.
La meta para 2015 son 100 mil millones de Dls. a duplicarse en cinco años. Otro hecho reciente fueron las maniobras navales conjuntas realizadas durante seis días en el mar Amarillo y calificadas de totalmente exitosas. Los ejercicios se efectuaron como parte de la cooperación militar, componente importante de la asociación estratégica ruso-china, con vistas a fortalecer la capacidad de las respectivas fuerzas y demostrar su confianza en el mantenimiento de la paz y la estabilidad en la región.
Podemos concluir que Latinoamérica no tiene salidas pactadas por fuera. En los últimos años, nada cambió. Solo se aprecian rescates hechos por estados, con dinero público e inyecciones de liquidez en los bancos, las tasas próximas al cero. Este dinero se usa para comprar títulos públicos, en lugar de apoyar el crecimiento y desarrollo de la economía con créditos nuevos.
Pero no hay reacciones verdaderas. ¿Se espera una bancarrota real, para entender la ineludible urgencia de separar la producción de las finanzas especulativas?. Latinoamérica no puede esperar. Habrá que movilizar CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) para definir –con la experiencia de los organismos regionales multinombrados- los mejores caminos para la felicidad de los habitantes de nuestro Continente. |
Víctor Manuel Barceló R.
v_barcelo@hotmail.com
Puebla, Pue. 27-mayo-2012
En Letras-Uruguay desde el 4 de junio de 2012 - enviado por su autor
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