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C. L. R. James murió hace dos
décadas tras una vida larga y
productiva. Contamos con la
suerte de que nos legara un
cuerpo rico y fructífero de
escritos que nos ayuden a
entender el mundo en que
vivimos. Los temas a que le
dedicó su vida aún se encuentran
muy cerca de nosotros. Todavía
debemos asumir la realidad de la
fuerza sostenida de las
ideologías y prácticas de la
supremacía blanca, los complejos
legados de la esclavitud y el
colonialismo, cómo organizar y
hacer que surja un mundo en que
todos los seres humanos puedan
hacer realidad su potencial
pleno y vivir en paz. El
conjunto de los escritos de
James continúa mereciendo
consideración seria y crítica.
El lugar para comenzar se
encuentra en Los Jacobinos
Negros.
James definió rotundamente en
su “Prefacio a la primera
edición” (1938, en inglés), cuál
es el objetivo central y el
aporte sustancial de su obra:
Esta sublevación es la
única revuelta de esclavos
exitosa en la historia, y los
obstáculos que tuvo que vencer
evidencian la magnitud de los
intereses involucrados. La
transformación de esclavos,
trémulos en grupos de cientos
ante un solo hombre blanco, en
personas capaces de organizarse
y derrotar a la más poderosa de
las naciones europeas de la
época, es una de las épicas más
grandes de la lucha
revolucionaria y uno de sus
mayores logros. Por qué y cómo
sucedió es el tema de este
libro.
Además, se podría agregar a
lo anterior, extrayendo esta
idea de la lectura del mentado
libro: es asombrosa la velocidad
histórica de la profunda
transformación humana señalada
anteriormente, que sucedió en
muy pocos años - solamente 13-
desde la insurrección de los
esclavos hasta la fundación de
la República de Haití (22 de
julio de 1791-1º de enero de
1804).
Esta capacidad para la
superación casi inmediata de
siglos de atraso y sumisión, en
los que se mantenía a los
africanos negros y sus
descendientes criollos y
mestizos esclavizados, en
cualquier parte del mundo -pues
no solo en América y a partir
del siglo XVI fueron víctimas
del comercio y explotación de la
esclavitud-, da la medida más
completa y exacta de la
inteligencia, creatividad, del
afán de desarrollo humano de los
hombres y mujeres de piel negra;
mediante la búsqueda de una
identidad cultural propia, por
la asimilación de una
“modernidad” adquirida en el
mismo escenario de sus
padecimientos, a la que
mezclaron el legado de sus
culturas milenarias. Así, fue
posible la elaboración
lingüística de un vehículo común
de expresión, el criollo o
creole, (base de su identidad
cultural); y, finalmente, la
fundación de una nación y
nacionalidad (identidad
nacional) en una república de
ciudadanos negros (dentro de la
compleja situación interna y
externa de Haití, al comienzo
del siglo XIX), precisamente en
el momento en que entraba en su
etapa de auge la
contrarrevolución burguesa y
feudal europea, contra el
imperio de Napoleón Bonaparte.
Ese complejo proceso de
fusión en la transformación
política y cultural de Saint-
Domingue a Haití, es el que
deliberadamente nos trasmite
James en su creación del
concepto los Jacobinos
negros. Ahí quedó
incluido, y plenamente
vinculadas, las aspiraciones más
adelantadas de la Revolución
francesa, resumidas en tres
conceptos capitales: Libertad,
Igualdad y Fraternidad, y la
manera de su aplicación directa
a la población negra de una
colonia caribeña esclavista,
Saint-Domingue; este reclamo del
diputado Bellay, un ex esclavo
negro acreditado ante la
Asamblea francesa, fue plasmado
en el decreto de 4 de febrero de
1794, mediante el cual se
alcanzó la abolición de la
esclavitud en territorio francés
continental y colonial.
La lucha sin cuartel por
mantener y defender este derecho
humano universal, contra los
intentos contrarevolucionarios
de restauración de la
esclavitud, devino objetivo
principal de la guerra por la
independencia nacional, ocurrida
desde 1801 a 1803.
También, cabe subrayar, el
momento en que este libro se
construye, historiográficamente
y ve la luz por vez primera, en
1938, año precedente al inicio
de la II Guerra Mundial, en el
momento de ascenso del
nazi-fascismo, especialmente en
Europa occidental.
En la Bibliografía (pp.
285-294) y las citas al pie de
página, podemos seguir las
principales fuentes utilizadas
por el autor: Archivos franceses
(manuscritos escritos entre 1789
y 1804); Archivos de
Saint-Domingue sobre una
colección de documentos acerca
de la misión del general
Hédouville, de Antoine Michel;
Archivos británicos con
documentos de la época; fuentes
primarias (impresas) tales como
los debates de las Asambleas
revolucionarias francesas
publicadas en Le Moniteur, o la
correspondencia de Napoleón.
De la Bibliografía especial
consultada James detalla
críticamente obras y autores que
le aportaron información o
interpretaciones, y destaca:
“Los autores haitianos
contemporáneos [siglo XX] son,
sin duda, los mejores, tanto en
análisis como en
objetividad.” Opina sobre la
Histoire de Toussaint
L´Overture de H. Pauléus
Sannon, en 3 volúmenes, impresa
en Puerto Príncipe, Haití,
1920-1933 es “La mejor biografía
de Toussaint L´Overture jamás
escrita” (en francés).
La estructura del libro, que
consta de 318 pp., numeradas, se
organiza de la siguiente manera:
un Prólogo; 13 capítulos, que se
denominan según el aspecto
central de que se trate, sin
numerarlos, y la Bibliografía;
Índice analítico e Índice
general sin numeración de
página. A la edición en inglés
de 1963, realizada por la
editorial Vintage Books (Nueva
York), se añade un Apéndice “De
Toussaint L´Ouverture a Fidel
Castro”, que también aparece en
la cubana de 2010, ahora
traducida al español (pp.
297-318).
Esta parte del libro tuvo y
tiene un valor extraordinario
por su contribución a los
criterios acerca de la
periodización sobre la historia
del Caribe. James toma en cuenta
que la importancia y similitud
de fines del proceso
revolucionario caribeño: […] “el
tiempo que media entre Toussaint
L´Overture y Fidel Castro […] se
divide naturalmente en tres
períodos: I) siglo XIX; II)
período de entre guerras; III)
posterior a la Segunda Guerra
Mundial” (p.298).
Particularmente rico en
conceptos políticos -que aún
conservan su actualidad- es el
último período, donde señala
problemas esenciales del Caribe:
las relaciones que aún persisten
entre los rezagos del viejo
sistema colonial y su
reproducción por las nuevas
naciones independientes y las amenazas
reales que emergen para
los imperialistas del contacto
de las masas con la democracia:
El viejo sistema colonial
del Caribe no era un sistema
democrático, no nació como tal.
No puede vivir con la
democracia. Dentro de una isla
caribeña, el viejo sistema
colonial y la democracia son
incompatibles. Uno de ellos
tiene que desaparecer. Esa es la
lógica del desarrollo de cada
territorio caribeño, ya sea
Cuba, la República Dominicana,
Haití, las antiguas colonias
británicas, las ex colonias
francesas e incluso Puerto Rico
el pariente pobre de los
acaudalados Estados Unidos.
El error supremo de la
política del Caribe es que el
viejo sistema colonial ha
aislado de tal forma a las
clases gobernantes de la
comunidad nacional que la simple
y ordinaria democracia
parlamentaria impregnada
con un sentido de identidad
nacional, puede cambiar
radicalmente las islas. (P. 310)
Debido a la motivación y
enseñanzas que se desprenden de
la lectura de esta significativa
obra, trataré sobre ella en
próximos comentarios.
Notas:
El título original de la
1ª edición en inglés, 1938,
fue The Black Jacobins.
Toussaint L´Overture and the
Saint Domingue Revolution.
En esa oportunidad, la
presentación del libro
estuvo a cargo de la
profesora y doctora Graciela
Chailloux, especialista en
historia del Caribe de la
Universidad de La Habana,
quien realizó un análisis
muy completo de la obra y su
autor, que se publicará
próximamente en la revista
“Debates Americanos”, de la
Facultad de Filosofía e
Historia de la propia UH.
En 1938 todavía no
existían los estudios del
historiador cubano José Luciano
Franco Ferrans, relativos a la
batalla entre potencias
colonialistas por el dominio del
Caribe publicados a partir de
1947: entre ellos la
Historia de la Revolución de
Haití y de sus
consecuencias (1966), en cuya
bibliografía se menciona la
edición francesa del libro de
James, hecha por Gallimard y
fechada en 1949. Algunos de los
mencionados textos de Franco
fueron reeditados, o editados,
en Cuba por una sola vez,
durante la década de los 60 del
siglo pasado; se inspirarían en
la corriente caribeña de la
negritud. |
