¡Gracias amigo, ser humano, por haber
estado entre nosotros, por haber sido quien fuiste con total sencillez,
humildad y sinceridad!
¡Gracias por comprender lo esencial de la lucha por la total liberación
de Nuestra América! Por respetar a la mujer, al indio, al negro, al
pobre, al enfermo – porque tú también supiste y sufriste en carne propia
la pobreza, la discriminación, la represión, la prisión, la enfermedad,
el dolor …
¡Gracias por reivindicar la historia de las guerras por la independencia
de América, sus objetivos centrales, por honrar a sus sagrados próceres,
y recuperar el espíritu del guerrero llanero!
¡Gracias por tu alegría de vivir, tu canto, tus bailes, la picardía de
tu mirada y la frescura de tu sonrisa! ¡Gracias por la hondura de tu
devoción a Cristo crucificado a través de la expresión permanente de
amor infinito que te caracterizó; por tu valor y valentía ante las
situaciones adversas, culminando ellas en la lucha sostenida por tu
propia vida!
¡Gracias por el ejemplo de líder universal en el que te transformas
ahora mismo, cuando ya has rebasado los límites de tu mortalidad!
La Habana, jueves, 07 de marzo de 2013 |