Humboldt, acompañado de Aimé Bonpland, también
explorador y naturalista, visitó la Isla de Cuba en
dos ocasiones, en 1800-1801(del 19 de diciembre
hasta el 15 de marzo) y en 1804 (del 19 de marzo al
29 de abril). En cada una de sus estancias realizó
exploraciones cortas, pero intensas, de gran
interés. Aportó nuevos conocimientos en relación con
la geografía, midió las posiciones astronómicas de
todos los lugares visitados ―material publicado en
Recueil d´observations astronomiques―
y sobre la flora y fauna cubanas obtuvo datos que
ofreció en su obra Nova genera et species
plantarum. De la historia del
descubrimiento de Cuba se trata en: Examen
critique de l´histoire de la géographie du Nouveau
Continent et des progres de l´astronomie nautique
aux quinzième et seizième siècles. (T. 1-5.
París, 1836-1839)
Sus observaciones y reflexiones sobre la
situación general de la Isla, fueron elaboradas en
forma de un Ensayo político sobre la Isla de
Cuba, compuesto a partir de “informaciones
recibidas después de su estancia y publicado en 1826
―es decir veintidós años después de su última
estancia en Cuba.” (Rebok, “Nuevas perspectivas…”,
p.55), que vio la luz en español en 1827. Por lo que
se destaca la participación de sus amigos cubanos,
con quienes se mantuvo en contacto permanente, en la
compilación de informaciones, análisis de hechos, y
la conexión entre estos. “Como resultado de ello, su
libro al publicarse estaba al día y reflejaba la
realidad contemporánea de la isla.” (Rebok, “Nuevas
perspectivas…”, p.55)
En contraste, señala Rebok, autora alemana cuyo
estudio “Nuevas perspectivas sobre la estancia de
Alexander von Humboldt en Cuba”, estamos citando:
“(…) a esta recopilación minuciosa de datos valiosos
sobre el país y las diferentes facetas de su
realidad ―economía, sociedad, agricultura, etc.―
debido al carácter de este tratado, el Ensayo…
apenas contiene informaciones sobre su
estancia, sus viajes por Cuba, o sus actividades y
experiencias.” (Rebok, “Nuevas perspectivas…”, p.55)
Sin embargo, para sus contemporáneos en el siglo
XIX, europeos y cubanos, Humboldt con su Ensayo…,
de corte ideológico definitivamente antiesclavista,
“re descubrió” la isla de Cuba, y José de la Luz y
Caballero lo llamó “el segundo descubridor” (en
Europa otros escritores también lo llamaron el
“segundo Colón”), según nos informa Fernando Ortiz
en su acucioso estudio del científico realizado para
su “Introducción” a la edición cubana del
Ensayo…, impresa en 1930 como parte de la serie
de Libros Cubanos de Cultura S.A.
En 1960, el mentado Ensayo Político sobre la
Isla de Cuba, fue publicado de nuevo por las
Publicaciones del Archivo Nacional de Cuba, con una
“Nota Preliminar” por Jorge Quintana Rodríguez y la
“Introducción” (la misma escrita en 1929) de
Fernando Ortiz. Al final de esta última, y del
epígrafe titulado “Una deuda de Cuba”, don Fernando
dejaba escrita para la posteridad una queja y un
reclamo:
En las poco costosas y fáciles alteraciones
toponomásticas de calles y plazas, y aún de barrios
y poblados, las administraciones de Cuba republicana
han sido pródigas hasta lo increíble; pero los
grandes libertadores y hacedores de la nación, por
la idea o por la sangre, han sido no pocas veces
postergados. Y si los forasteros se forman idea de
los grandes nombres de nuestra historia por los que
lean en las tarjetas que marcan a veces nuestras
vías urbanas, merecemos ser compadecidos por nuestra
ingratitud incivil al no querer recordarlos y
enaltecerlos.
(Al pie de este párrafo se halla una nota, hecha
por los editores del Archivo, que aclara:
“Actualmente (1959) una pequeña calle de La Habana
lleva el nombre de Humboldt (entre Infanta y calle
O, municipio de Centro Habana). En la Universidad
Central de Las Villas, en la ciudad de Santa Clara
debe de haberse inaugurado un busto de Alejandro de
Humboldt en ocasión del centenario de su muerte.”,
p. 92).
Y continúa Ortiz preguntándose:
¿Cuándo podrá erigirse aquella efigie
(con)memorativa? Alentemos la esperanza de que
algún día, ¿por qué no pronto?, tenga una
recordación monumental en nuestros paseos el ínclito
Humboldt, y cerca de él Arango y Parreño, Saco,
Heredia y tantos otros que a la nación y a la
cultura de Cuba dieron conciencia y brillo en sus
albores. (p. 93)
Al finalizar la “Introducción”, consta el lugar y
fecha donde se hizo este trabajo: Nueva York,
Nov. y Dic. de 1929.
En estos momentos (2012), al sobrepasar el siglo
y medio de su muerte, podemos afirmar que en La
Habana Vieja, donde el científico se alojó y
trabajó, existe hoy el Parque de Humboldt, donde
también se levanta sobre un pedestal una sencilla
escultura representando la cabeza del científico, y
que en el muro-fachada de la Casa Museo de Humboldt,
hay un relieve que lo recuerda en La Habana Vieja,
gracias al cauteloso proceso de renovación urbana
que describimos anteriormente.
Aunque pienso que la gran deuda que teníamos
pendiente de saldar con el científico alemán,
realmente se satisface con las generaciones de
jóvenes cubanos y cubanas científicos, que desde los
más diversos campos de las ciencias trabajan con
ahínco, y así rinden un homenaje permanente al sabio
que nos enseñó, desde el ángulo de la política
liberal que practicó con fervor, el valor moral que
los científicos deben aportar a la lucha por la
liberación de la Humanidad.
Bibliografía
―de Humboldt, Alejandro. Ensayo Político
sobre la Isla de Cuba, Nota preliminar por
Jorge Quintana Rodríguez; Introducción por Fernando
Ortiz, Publicaciones del Archivo Nacional de Cuba,
La Habana, 1960.
―Leal Spengler, Eusebio. La Habana, ciudad
antigua. Editorial Letras Cubanas, La Habana,
Cuba, 1988.
―Martín Zequeira y E. Luis Rodríguez Fernández,
Ma. Elena. Dirección Provincial de Planificación
Física y Arquitectura Consejo de la Administración
Provincial Ciudad de La Habana: La Habana.
Guíade Arquitectura, La Habana - Sevilla 1998.
―Rebok, Sandra. “Nuevas perspectivas sobre la
estancia de Alexander von Humboldt en Cuba”, pp.
52-66, en: Aruca Alonso, L., y otros: La Real
Comisiónde Guantánamo en la isla de Cuba 1797-1802,
Ediciones UNIÓN, La Habana, 2003.
―Viaje en la memoria, apuntes para un
acercamiento a la Habana Vieja, Plan Maestro,
Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana -
Colegio Oficial de Arquitectos Vasco Navarro,
1996.
Notas
Fue declarado Patrimonio Nacional en 1981; un
año después se elevó, por sus propios valores, a la
merecida jerarquía de Patrimonio Cultural de la
Humanidad. La declaratoria de la UNESCO comprende al
sistema de fortificaciones que protegía a la ciudad
colonial.
Eusebio Leal Spengler, “Presentación”, p. 2,
en: Viaje en la memoria, apuntes para un
acercamiento a la Habana Vieja, Plan Maestro,
Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana –
Colegio Oficial de Arquitectos Vasco Navarro, 1996.
Alexander von Humboldt: Recueil
d´observations astronomiques, d´operations
trigonometriques et de mesures barometriques, faites
pendant le cours d´un voyage aux régions
équinoxiales du Nouveau Continent, depuis 1799
jusqu´en 1803. (Vol. 1 y 2, París, [1808-] 1810).
Alexander von Humboldt A. Bonpland y C. S.
Kunth: Nova genera et species plantarum,
Vol. 1-7, Lutitiae Parisiorum 1815/1825.
Fernando Ortiz, en la referida
“Introducción”, destaca esa reiteración; también
señala que el segundo apellido de Humbold,
coincidentemente, era Colomb, “en la forma francesa
y provenzal”. (“Introducción”, p. 72) |