Estas reflexiones surgieron en mí al contemplar el monumento a Faustino Pérez Hernández (La Larga, Taguasco, 1920 - 1992) i, recientemente erigido, e inaugurado el 15 de febrero pasado a la entrada de Cabaiguán ii.
Un hombre de honda raíz campesina, de estirpe canaria, de vida y proyección revolucionaria, comunista sin tacha, quien con su conducta cívica ganó la admiración de muchos cubanos de su tiempo y que trascendió como un ejemplo para las nuevas generaciones. Atentamente escuchan los jóvenes el relato de sus hazañas, llenas de valentía e inteligencia, realizadas con una sencillez extraordinaria.
“Faustino es la conducta de la Revolución” dijo Fidel Castro; cuánto honor y gloria merecidos se encierra en una sola oración, en una sentencia pronunciada por un líder de talla universal.
A Cabaiguán fuimos, a admirar la estatua del héroe, junto a muchos otros cubanos que también la rodeaban, muy serios y callados algunos, mientras que otros expresaron convencidos: “Vengo para saludar a Faustino”. El bronce, allí, se convirtió en material propio para un renacimiento, para una reencarnación ideal del héroe. Con sólo un gesto él nos convoca e indica la acción necesaria: avanzar.
Los autores de este monumento histórico y artístico son la escultora, pintora y escritora Thelvia Marín Mederos y el arquitecto Rómulo Fernández Villoldo, creador también del diseño ambiental que renueva la imagen del acceso a Cabaiguán.
Faustino se representa a
grandes rasgos, realistas y
expresivos, erguido sobre una
tribuna sencilla pero sólida, en
un lugar común para hombres de
mucho buen decir que no reclaman
la pompa y el ornato para que
fluyan libremente sus ideas y
palabras ... No es
necesario el pedestal marmóreo,
liso e impersonal, que, en
ocasiones, en lugar de facilitar
la unión, separa en vez de
acercar, nos
afirma el arquitecto Fernández
Villoldo, autor de obras
reconocidas, como la Plaza
Mariana Grajales (1985), en la
ciudad de Guantánamo. Acerca del
monumento en Cabaiguán expone
los criterios generales del
equipo artístico que hizo
realidad un deseo popular:
El diálogo obra-pueblo se
establece a partir de la escala
humana en la estatua emplazada
sobre un soporte de imagen
pétrea, de acabado rústico
(hormigón visto), expresión de
lo natural y verdadero, portando
la misma veracidad,
necesariamente, redundante de
aquellos hombres épicos que un
día, sin previo aviso, nos
llegaron en el yate Granma,
desde el mar.
Se eligió como el sitio más idóneo para emplazar el monumento una isleta situada al inicio del Paseo Camilo Cienfuegos, junto a la Carretera central que lo bordea, de frente al acceso desde Sancti Spíritus. En esa locación se aprovecharon para el diseño ambiental dos elementos existentes, de alto valor simbólico: el asta de una gigantesca bandera cubana y el Bar La Lonja, lugar inscrito en la historia revolucionaria de Cabaiguán. Asta e inmueble devienen en hitos urbanos muy singulares; cada uno, a su escala, guarda su propia historia y ambos saludan cada día la llegada del viajero. La expresión general del discurso formal se empasta sobre un lecho de lajas, signo vivo de la tierra espirituana.
Cabaiguán guarda, a partir de ahora, entre los emblemas de su cultura local la estatua a Faustino y el sitio histórico en que esta se levanta. Otros íconos de la memoria histórica cabaiguanense son: la presencia del tabaco en su escudo municipal, como un elemento económico fundamental de la zona donde se ubica este pequeño centro urbano; el Parque José Martí, inaugurado en 1918 por los inmigrantes canarios que fundaron el pueblo; “Un canto a Cabaiguán”, canción compuesta por Arturo Alonso Díaz en 1925 e interpretada magistralmente por Barbarito Diez; la Torre de Yero del siglo XIX, de una hacienda que precede a la urbanización original, elevada a rango de municipio con Ayuntamiento, independiente de Sancti Spiritus, el 3 de abril de 1926 iii.
El Museo Municipal guarda, como una reliquia sagrada, la férula de yeso que le fue colocada y tuvo que usar transitoriamente, el Comandante Ernesto Guevara La Serna (Che Guevara), después de su paso por Cabaiguán, el 21 de diciembre de 1958, en combate previo a la toma y ocupación de Santa Clara.-
Características
principales del Monumento a
Faustino
Estatua de bronce, 2.00 m de
altura, peso 500 kgs.
Soporte: Prisma de hormigón a
vista de 1.00 x 1.00 x 1.00 m.
Pavimento: Lajas de la zona.
Asta de bandera: 25 m de altura.
i De la autora de
este trabajo se publicó “Faustino,
un compañero honesto a carta
cabal”, en el Portal de la
Cultura Cuba, febrero 16 de 2005
, que Ud. puede consultar en:
www.cubarte.cult.cu
ii “En cuanto al nombre
histórico del territorio, parece
ser un toponímico aborigen, al
igual que algunos de la zona
como: jíquima, Caibacoa, los
Guayos, Caunao, Cayajaca, y
otros, los que pudieron ser
asientos de pequeñas poblaciones
indígenas de las cuales se
adueñaron rápidamente los
conquistadores.” López Isla,
Mario Luis, La Aventura del
Tabaco. Los canarios en Cuba,
1998, Centro de la Cultura
Popular Canaria, Tenerife – Gran
Canaria, Islas Canarias, 1ª
edición, “Breve acercamiento a
la historia de Cabaiguán desde
el siglo XVI hasta mediados del
siglo XIX”, Cáp. I p. 23.
iii Íbidem, p. 51.