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Universidad de Ciego de Ávila: Máximo Gómez Báez

 
 

Título: Las mujeres en el pensamiento social de José Agustín Caballero.

Autora: Lic: Rosa Alba Arrechea Bravo.

 

Datos de la Autora: Rosa Alba Arrechea Bravo. Título que posee: Licenciada en Educación: Especialidad historia y ciencias sociales. Carné de identidad. 58052503577. Dirección particular: Calle: Calleja. Número: 55 A  / Martí y Narciso López. Municipio: Morón. Provincia: Ciego de Ávila.

Centro de trabajo. Universidad de Ciego de Ávila: Máximo Gómez Báez Cargo que ocupa: Profesora de Filosofía e Historia. Categoría docente: Asistente. Categoría científica: Aspirante a doctora en Ciencias filosóficas. Tutora: Dra Cs. Rita María Buch Sánchez. Ema-il: rosa@humanidades.unica.cu

 

Resumen: 

 

José Agustín Caballero constituye una de las figuras más destacadas en el contexto histórico-social de Cuba a fines del siglo XVIII y el siglo XIX. Sus concepciones filosóficas se valoran a partir de la actividad social que desarrolla en el campo de la filosofía, pedagogía, la religión, el periodismo y otras manifestaciones.

 

El presente artículo titulado: “Las mujeres en el pensamiento social de José Agustín Caballero”, constituye una valoración de las ideas de Caballero sobre las mujeres, cualidades que destacó desde su posición de periodista, poniendo en alto el papel y las virtudes de la mujer en la sociedad que le correspondió vivir; ideas que quedaron plasmadas en el artículo titulado: “Las mujeres”, publicado, póstumamente en el diario de Avisos, de La Habana, en 3 de febrero de 1844.

 

 

Las mujeres en el pensamiento social de José Agustín Caballero.

 

 

Muchos escritores han dedicado tiempo para halagar el papel de la mujer en la sociedad. La mujer virtuosa en todos los sentidos, ha sido y será motivo de inspiración, no solo para los poetas, sino también, para todos aquellos que sepan apreciar el camino y el papel por los que ha transitado la mujer en el desarrollo social, desde la antigüedad hasta nuestros días.

 

A fines del siglo XVIII y hasta el siglo XIX el panorama social de Cuba estaba caracterizado por profundas contradicciones. De un lado se mantenían las condiciones de dominio de la metrópoli española, con el establecimiento de viejas concepciones retrógradas de la escolástica, predominante aún en España y en algunas de sus colonias y, por otro, la existencia de un pensamiento criollo avanzado que daba al traste con la política imperante. 

 

Uno de los principales representantes de la política avanzada, imperante en la Isla fue: José Agustín Caballero y Rodríguez de la Barrera, el cual se destacó por reflejar sus ideas claras y sencillas, influyendo positivamente en el  contexto. A pesar de que, cómo dijera su sobrino José de la Luz: “Caballero, es verdad, se encerró dentro de los muros de un seminario para hacerse independientemente del mundo; mas nunca para esquivar egoístamente sus espinas y desazones. Por el contrario, jamás hubo hombre más animado de la caridad, ni de una caridad mejor ordenada”, (1) el Presbítero de la Iglesia Católica, no dejó de admirar las virtudes de las mujeres.

 

Nace Caballero el  28 de agosto de 1762, hijo de Bruno  José Vicente Caballero y María Manuela de la Soledad Rodríguez de la Barrera. El 4 de abril de 1774. A la edad de doce años comenzó sus estudios en el Seminario de San Carlos y San Ambrosio en La Habana,”con su entrada en el recién creado plantel (…) el joven colegial becado con el número 7, prácticamente ha dado el paso más importante de su vida. Ya nunca abandonara el Seminario”. (2)

 

En abril de 1785 presenta, en la Universidad de San Jerónimo de La Habana, solicitud para el grado de Bachiller en sagrada Teología. En la misma institución obtuvo los títulos de Bachiller en Artes en el año 1781, en esta fecha también se inicia en el sacerdocio. En 1787, se gradúa de Bachiller en Sagrada Teología y Doctor en Sagrada Teología en 1788.

 

Su actividad profesional la inicia en 1785 en el Seminario de San Carlos. En febrero  de ese  año queda vacante la cátedra de Filosofía, debido a la renuncia del doctor Antonio Doménech y el joven clérigo de 23 años, la ocupa de modo interino por espacio de nueve meses. El 23 de octubre la obtiene como propiedad, por oposición.

 

Realizó profesionalmente múltiples actividades, entre ellas desempeñó la labor de juez en diversas oposiciones a cátedras y el decanato de la Facultad de Teología. Fue uno de los asesores más eficaces del gobierno de Don Luís de las Casas (1790-1796).

 

En 1793 pasó a formar parte de la Sociedad Patriótica, y dentro de ella ese mismo año es nombrado sucesivamente, miembro de la diputación de la Casa de Educandas, de la Clase de Ciencias y Artes, individuo de la Diputación encargado de la redacción del Papel Periódico, miembro de la comisión encargada de redactar la memoria u ordenanza sobre escuelas públicas en primeras letras y, por último, censor.

 

Fue nombrado director (1794) y más tarde secretario sustituto (1796) del Seminario de San Carlos. Desde 1804 hasta su muerte desempeñó en dicho Seminario la cátedra de Escritura y Teología Moral.

 

Otra de las actividades fundamentales desempeñadas por Caballero fue la  periodística y, como tal, colaboró en el Diario de la Habana (1808-1812), en El Lince (1811) y en El Observador Habanero (1820-1824). Tradujo del latín la Historia del Nuevo Mundo y en especial de México, de Sepúlveda; del inglés la novela Cartas de Milady Julieta Castelvi a su amiga Milady Henriqueta Campley; del francés la correspondencia de Sepúlveda con Melchor Cano y las Lecciones preliminares del curso de estudios, del abate Condillac. Se distinguió como crítico literario y de costumbres, notable latinista y orador.  Utilizó los seudónimos:” El amigo del esclavo”, “El amigo de los encarcelados” y “El Redactor”.

 

No escapa en él situación social alguna que no resaltara, defendiera o criticara en sus escritos. Una de sus preocupaciones más importantes, dentro del contexto social existente en la época, fue la situación de la mujer. En sus artículos en el Papel Periódico, no se limitó a criticar las costumbres de las damas de la época, sino que se manifestó contra el mal trato que recibía, pues tienen, dijo: ``los mismos derechos civiles de los hombres, y si este es más fuerte, lo es para protegerla, no para oprimirlas” (3). Según él, la mujer no solo deberá saber coser, aprender a cantar con gracia, danzar con garbo, vestirse a la moda, y hablar con pulcritud, sino estudiar seriamente.

 

En este período donde el escenario internacional es una vorágine y la situación en la isla se torna confusa, porque todavía no tiene consolidada una identidad, se hace de obligatoria referencia el estudio de la obra de Caballero, como lo expresaba el Padre Félix Varela cuando planteaba la imperiosa necesidad de una edición  completa de sus escritos "sin dejar absolutamente nada, en la inteligencia de que todo es oro". (4)

De una forma sublime, metafórica, con gran belleza estética literal, Caballero deja reflejado lo que para el significaba la mujer, en su obra: “Las mujeres”.

Valoración del artículo: “Las mujeres”[1].

 

José Agustín Caballero, comienza el artículo con una categorización metafórica sobre la mujer: “La mujer es una máquina exquisita y muy complicada. Sus muelles son infinitamente delicados”. Compara a las mujeres con la máquina de producción poniendo al descubierto el nivel de laboriosidad que las distinguen, como una de las principales cualidades.

 

Caballero no solamente valora a la mujer por su capacidad de trabajo, si no también como género, cuando reconoce que: “se distinguen de los hombres como un reloj de repetición redistinguen de una torre. Observadle el cuerpo a una mujer: ¡con qué delicadeza está formado!”.

 

Considera de importancia la inteligencia y la capacidad creativa de la mujer, al ver lo más oculto de sus sentimientos, por lo que afirmaba: “Examinadle sus sentidos: ¡qué finos! ¿Y su entendimiento?: ¡qué sutil!, ¡qué agudo! Reconoce el amor de las mujeres desde su interior, por lo humano, y reta; “Registrémosle también el corazón. Aquí es donde esta la máquina del reloj, compuesta de piezas tan pequeñas y combinadas con tal maravilla, que se necesita de un buen microscopio para verla con toda claridad”.

 

Valora la agudeza de las mujeres ante los problemas, la discreción ante las dificultades y situaciones que se pueden presentar en la vida, a partir de la capacidad de las mismas para comprenderlas, considerando que: “La comprensión de las mujeres es tan rápida como un relámpago; su penetración es una ojeada, es casi un instinto. En un abrir y cerrar de ojos deducen una conclusión exacta y profunda; y, si se le pregunta cómo la han deducido, no contestan”.

 

Como hombre de una época en que las mujeres tenían muy pocas oportunidades, supo percatarse de la necesidad de cultivarlas, a través de la educación, refinando su cultura. Destaca en ellas virtudes dadas por la naturaleza cuando afirmaba: “A la manera que su comprensión es tan admirablemente vivida, así también su alma y su imaginación es extraordinariamente susceptible de diversas afecciones. Es verdad que entre ellas son pocas las que tiene toda la cultura necesaria para escribir bien; pero en las que saben escribir ¡qué animadas son sus pinturas!, ¡qué patéticas sus descripciones!”.

 

Con la gracia natural que matizaba sus ideas, el Padre Caballero, sin ceder en sinceridad e importancia, supo destacar una cualidad de la mujer que otros la han catalogado como defecto mientras  él lo consideraba como virtud. En el escrito que se valora, dejó bien claro este aspecto: “Más, aunque todas no son escritoras, todas son habladoras, y dan fe de esta proposición todos los hombres que la tratan en las tertulias”.

 

No pocos escritores se han referido a la extraña imaginación que caracteriza a la mayoría de las mujeres; Caballero no deja escapar la oportunidad de destacar las cualidades imaginativas de las mujeres: “Aquel espíritu que muestran en su conversación depende enteramente de su grandeza  imaginativa, y en todas partes hablan mejor que los hombres. Si tienen algún carácter que pintar o representar alguna figura, en dos o tres pinceladas que dan ya conocéis el tal carácter y ya os parece estar viendo la tal figura. ¿De que proviene esto? De que tienen un cerebro muy susceptible de las afecciones; se impresionan con gran viveza de los rasgos principales, y he aquí que los presentan como los sienten ellas mismas”.

 

Las compara con los hombres en todo momento, dándoles ventajas. En una sociedad donde el machismo germinaba como el mejor de los frutos, el Padre Agustín defiende a las mujeres con tanta energía que enardece su posición social, destaca la vitalidad que hacen de las mujeres tener más cordura en comparación con los hombres: “Cuando una de estas mujeres de fantasía se acalora en una conversación, produce mil imágenes agradables, ninguna baja ni grosera. Pongamos a un hombre en el mismo caso. Se podrá encontrar alusiones más fuertes, pero no serán ni tan pura ni tan brillantes”.

 

El legado humanista de José Agustín Caballero con relación a las mujeres.

 

Se consideran reales las virtudes de las mujeres que resalta Caballero en época tan lejana como a fines del siglo XVIII y principios del siglo XIX.  Caracteriza el Padre Agustín a la mujer con una acertada imagen y destacando su vitalidad como género y la verdadera posición que ocupan en la sociedad. Muchas son las  mujeres que desde siglos pasados han puesto bien en alto el prestigio de la mujer en Cuba y en cualquier parte del mundo. El valor de la mujer en la lucha por la formación de la identidad cultural de los pueblos adopta una posición de rebeldía; desde Juana de Arco luchadora por la libertad de su pueblo hasta Clara Zelkin (1857 -1933), quien propuso celebrar a partir del 8 de marzo de 1911, el día Internacional de la Mujer, por la muerte de 129 obreras que murieron en un incendio en una fábrica de la ciudad de Nueva York en EEUU.

 

Caballero destaca la actitud de las mujeres elogiando su inteligencia y locuaz conversación en las tertulias literarias de su época. La mujer cubana ha tenido una sostenida presencia, de calidad probada, en el amplio concierto de las letras.

 

Un ejemplo de mujer locuaz, entusiasta y virtuosa, como las describió Caballero fue Gertrudis Gómez de Avellaneda. “La Avellaneda”, nombre como ha pasado a los círculos literarios de Cuba,  nace el 23 de marzo de 1816, poetiza camagüeyana, autoras de textos tan valiosos para la identidad cultural cubana.

 

En la guerra de independencia también se destacaron mujeres que no solamente ayudaron con los heridos, sino también, empuñaron el fusil como una más de los soldados de la contienda, entre ellas contamos con la madre de los Maceo: Mariana Grajales, la que no solo se destacó porque gestara y pariera héroes, sino también porque educó a todos los hijos para que tomaran la senda que condujera a la consecución de la libertad de Cuba, sojuzgada por el colonialismo español, a la par de establecer, desde el hogar, un ejemplo excepcional de conducta humana en un medio totalmente hostil.

 

Mariana Grajales más que la madre de los Maceo es la madre de Cuba, porque entregó, con amor de madre y orgullo de patriota, a todos los hijos a la libertad de la patria y consagró su vida a la lucha por la independencia de Cuba. Su ejemplo ha devenido símbolo de la mujer cubana.

 

También merece reconocimiento una personalidad femenina poco conocida en la historia de Cuba: Adela, “La Capitana” como también la llamaban. Nacida en Viñales, Pinar del Río, el 18 de marzo de 1861, Grabiela de la Caridad Azcuy Labrador, conocida por Adela, se alza contra el colonialismo español en febrero de 1896.

 

La capitana era una mujer hermosa, bien proporcionada, alta de estatura, piel blanca y grandes ojos pardos, buena de corazón. Sobre sus cualidades y valores, describe el ruso Piotr Streltsov, quien la conoce en la tropa de Antonio Maceo:   “No goza de ningunos de los privilegios a que le da derecho su sexo. Posee su destacamento y lo dirige  durante la batalla, pero también ayuda frecuentemente a vendar y a curar a los heridos” (6)

 

De eficaz enfermera deviene aguerrido soldado y se destaca en los combates de Cacarajicara, Motezuelo y Tumbas de Estorino a las órdenes del Titán, quien le ratifica el grado de Capitana en junio de 1896.

 

De extenso resultado seria la relación de cubanas que podemos mencionar como ejemplos de valentía y abnegación: Dulce María Loinaz, Marta Abreu, Lidia Doce,  Glodomira Ferrales, Aidé Santamaría, Melva Hernández, Celia Sánchez son figuras femeninas cubanas que han sabido poner bien en alto el nombre de la mujer en todos los sentidos.

 

Se considera que en la época que le correspondió vivir al Padre Agustín, fue difícil para  las mujeres, abrirse paso, alcanzar sus derechos en la sociedad, pero también se valora que por más que medien siglos existenciales y de alto desarrollo tecnológico, en los momentos actuales, su situación no ha cambiado.

 

En los momentos actuales el papel el de la mujer en la sociedad cobra características especiales; de un lado existen tendencias que consideran a las mujeres como objetos sin valor, ofrecen resistencias a considerarlas igual al hombre, no reconocen las justezas de sus ideas, el trabajo que realizan y a la posición social que ocupan; por otro lado, existen otras tendencias encaminadas a la lucha por los derechos de la mujer en la sociedad, tendencias que cada vez cobran más fuerzas, enfrentando las posiciones machistas y clasistas que discriminan el papel de la mujer, minimizan su posición como ente fundamental en la sociedad, resistiéndose a considerarla vinculada a su entorno.

 

Se considera que tanto en épocas pasadas como en la actualidad, las mujeres deben ser considerada como: juez frente a la familia, miliciana, doctora, educadora, en la ciencia, en la tecnología, investigadoras de gran prestigio universal, entre otras actividades que la hacen merecedoras de un gran prestigio universal.  

 

Sin embargo se considera que esta terminología, en el momento actual queda aún por resolver. La sexualidad, la violencia, la familia, la realidad cotidiana, la cárcel, las relaciones de parejas y los costos sociales de maternidad,  son útil para ahondar en la subjetividad de sus protagonistas femeninas.

 

Las mujeres, más que igualarse al hombre, concepto bien intencionado pero discriminatorio, ha reclamado  lo largo de la historia , y en los momentos actuales reclama, con más fuerza todavía , aprovechando las ventajas que el avance de los medios comunicativos le proporciona, ser entendida, respetada y considerada como ser humano con pleno derecho de tal, y sin discriminación por el sexo.

 

Datos estadísticos confirman que el 60% de los pobres del mundo son mujeres, 500 mil mujeres mueren al año por complicaciones en el embarazo. Las mujeres representan dos tercios de los adultos analfabetas del mundo y se considera que entre 3 y 4 millones de mujeres son golpeadas cada año en el mundo” (7). Datos que muestran fehacientemente que la participación de las mujeres, en todas las sociedades del mundo y ámbitos de la vida, no ha garantizado su reconocimiento ni tampoco mejoras en su calidad de vida.  

 

En los momentos actuales, las mujeres no pueden participar plenamente en la vida económica y pública; tienen acceso limitado a las posiciones de influencia y poder; sus opciones laborales son más estrechas y obtienen menores ingresos que los hombres desempeñando el mismo trabajo. A pesar de que una cuarta parte de las familias en el mundo esta encabezado por mujeres, en las últimas décadas se ha incrementado el número de mujeres que viven en la más absoluta pobreza.

 

Otro de los flagelos que amenazan cada vez con más fuerza la estabilidad de la mujer en el mundo actual, es el empleo de la violencia. Se considera que al menos una mujer de cada tres ha sido apaleada, u obligada a tener relaciones sexuales bajo coacción, o maltratadas de otra amanera a lo largo de la vida.

 

Los organismos internacionales como FAO, ONU, Cruz Roja Internacional y otras organizaciones humanitarias, se han ocupado y continúan ocupándose de estudiar e interceder para dar solución a los problemas de la dramática situación de la mujer en el mundo, principalmente las mujeres de los países subdesarrollados o en vías de desarrollo como en países de América Latina, el Caribe y en África.

 

Se considera que las mujeres en la actualidad, tienen ante si la tarea de enfrentar las dificultades que frenan su desarrollo para alcanzar la personalidad en cualquier ámbito de una sociedad que está dominada por el hombre, sin perder su condición femenina.

 

En las nuevas condiciones históricas, es de gran valor difundir las ideas de Caballero  acerca del papel de la mujer en la sociedad, quien supo, en los albores del siglo XIX, donde la mujer era discriminada con más fuerza aún que en la actualidad, reconocer sus virtudes y resaltar sus valores; sin miedo a que aquellos que se encontraban en el poder en una sociedad esclavista, renegando de las virtudes feministas, lo atacaran por su desentono social.

 

La mujer en su papel de madre, esposa, trabajadora, contribuye con su altruismo al desarrollo de la sociedad,  por lo que merece ser considerada como tal. Se puede considerar a hombres como Caballero, también “caballeros” en las ideas y las acciones, hombres que junto a las mujeres, deben aparecer a diario, para fortalecer la lucha por la emancipación de una fuerza humana de gran utilidad para el progreso.

 

Citas bibliográficas

 

1- Luz y Caballero, José de la. A la memoria  del Dor. José Agustín Caballero en sus escritos literarios. La Habana: Ed. de la Universidad de La Habana,1946, p. 178-197.

2- Buch Sánchez, Rita María. José Agustín Caballero. Iniciador de la reforma filosófica en Cuba. Prólogo. La Habana: Ciencias sociales, 2003. p. 7

3- Leiva Lajara, Edelberto. Ensayo introductorio. José Agustín Caballero.  El espíritu de los orígenes. Biblioteca de los clásicos cubanos. José Agustín Caballero. La Habana: Imagen Contemporánea, 1999.p.6.

4- Varela, Félix. Carta a José de la Luz y Caballero. (2 de Junio de1835). Biblioteca de los clásicos cubanos. José Agustín Caballero. Obras. La Habana: Imagen Contemporánea, 1999, p. 9

5- Caballero José Agustín. Las mujeres. Extraído de Biblioteca de los clásicos cubanos. José Agustín Caballero. Obras. Imagen Contemporánea. La Habana, 1999. p. 238 y 239.

6- Revista Bohemia.13 de Marzo de 2009. Año 101. Nro 6. P.71.

7- Situación actual de la mujer en el mundo. ¿Intereses políticos o humanitarios? Extractos del texto de Santiago Dexeus - 3/9/2009 - La Vanguardia. http://8demarzo.cip.cu/datos_utiles/mujeres_mundo.html

 

Bibliografía General

 

1- Agramante Roberto, José Agustín Caballero y los orígenes de la conciencia Cubana. La Habana. Ücar y García, 1952.

2- Bohemia, 12 de marzo 2010. Año 102. Nro 6. Periodista Helen Hernández Hornilla,  El año de las mujeres. P.63.

3- bvs.sld.cu/revistas/mgi/vol21_1-2_05/mgi151-205t.htmHaz hecho público que te gusta. Deshacer. De mca cano2005.

4- Buch Sánchez, Rita María. José Agustín Caballero. Iniciador de la reforma filosófica en Cuba. Editorial. Félix Varela. La  Habana, 2001.

5- Buch Sánchez, Rita María. Aprehensión de la historia de la filosofía con sentido ético cultural. Su concreción en el pensamiento cubano electivo. Editorial .Ciencias Sociales, La habana, 2011.

6- Castro, Raimundo de. A la  memoria un maestro en el centenario de su muerte: Presbítero: José Agustín Caballero. La Habana, Molina, ¡957.

7- Caballero Rodríguez de la Barrera, José Agustín. Escritos varios pref. por Roberto Agramante, La Habana, Ed. De la Universidad de La Habana.1756. 2v. Biblioteca de autores cubanos, 21- 22. Obras de José Agustín Caballero. 2).

8- Gonzáles del Valle, Francisco y Emilio Roig de Leuchsenring “Biografía de José Agustín Caballero, en homenaje al ilustre habanero Pbro Dr. José Agustín Caballero y Rodríguez en el centenario de su muerte, 1835-1935. La Habana, municipio de La Habana, 1935, Págs.23-27. (cuaderno de Historia habanera, 1)

9- http://circulosdemujeres.blogspot.com/2009/08/situacion-actual-de-la-mujer-en-el.html

10- http://elfanzinedemalbicho.blogspot.com/2009/03/la-situacion-actual-de-la-mujer-en-el.html

11- http://www.elmundo.es/elmundo/2005/02/28/solidaridad/1109584619.html

12- Leiva Lajara Edelberto. Ensayo introductorio. José Agustín Caballero.  El espíritu de los orígenes. Biblioteca de los clásicos cubanos. José Agustín Caballero. Obras. Imagen Contemporánea. La Habana, 1999.  

13- Monal,  Isabel “Tres filósofos del centenario, El padre José Agustín Caballero y (1762-1835”, en Universidad de La Habana. La Habana , 32 (92) 111-116, oct-dic (1968).

14- Ternevoi. O.C. La filosofía en Cuba.1790-1878. Filosofía. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana.

15- Torres Cuevas Eduardo.  José Agustín Caballero: “Padre de los pobres y de nuestra filosofía”. Capítulo IV. “Tabloide Universidad  para todos”

16- Prat Puig, Francisco” El presbítero José Agustín Caballero y el Padre Trespalacios, en Revista Bimestral cubana La  Habana, 46: 245-255,1940.

17- Resach, Rosario. “El padre José Agustín Caballero y la formación de la conciencia cubana., en cuadernos de la Universidad del Aire. La Habana, 3 (43): 23-40, sep. 15. 1952.

18-  Revista Bohemia.13 de Marzo de 2009. Año 101. Nro 6. P.71) 

19- Roig de Leuchsenring, Emilio. “El centenario de la muerte de José Agustín Caballero y Rodríguez, en el centenario de su muerte. La Habana  Municipio de la Habana, 1935. Págs. 7-22 (cuaderno de historia habanera 1).

20- Vallejo, Miguel A. Raúl. José Agustín Caballero y el eclecticismo sistémico, en revista de la Biblioteca Nacional. La Habana, 2da serie, 4 (2): 95-101, 1955.

21- Vitier, Medardo. La enseñanza del padre José Agustín Caballero, en la filosofía en Cuba. México, DF, Fondo de de cultura económica, 1948, p.49-59.

22-  Zayas, Alfredo. “El Presbítero Don José Agustín Caballero, En Revista Cubana. La Habana, 14: 5-28. 1891.


Notas:

[1]  Las mujeres. José Agustín Caballero. Escrito publicado póstumamente en el diario de Avisos, de La Habana, en 3 de febrero de 1844. 

 

Lic: Rosa Alba Arrechea Bravo
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