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La primera condecoración |
Siempre que se comienza un estudio histórico, los investigadores pretendemos buscar el más remoto antecedente de cualquier fenómeno cuyo estudio nos ocupe. Por supuesto que para reconstruir la historia de las condecoraciones tal práctica no fue omitida. Aquí, sin embargo, existe un pequeño escollo que debe ser salvado. Es imposible determinar cuál fue la primera condecoración estatal cubana si antes no definimos qué entender por condecoración. Ocurre que en este aspecto no sucede igual que con las medallas, cuya definición depende de características físicas estables como acuñación, fundición, ostentación, valor no fiduciario, etc.; sin embargo, las condecoraciones son fenómenos subjetivos, dependientes de normas jurídicas, incluso llegan a ser normas jurídicas, representadas por sus piezas; por lo tanto, la condecoración no está en la pieza, ésta es una simple representación del instituto, y he ahí su valor simbológico.
Hasta el momento no hemos conocido de alguna condecoración emitida por la República en Armas, sino todo lo contrario. La única excepción la encontramos en el proyecto de Joaquín Infante, sobre lo cual, por supuesto, comentaremos en una próxima nota. Es probable que haya existido alguna condecoración emitida por los Capitanes Generales, pero hasta el momento no la hemos encontrados. La primera condecoración que, a mi juicio, puede juzgarse cubana, es el Certificado de Mérito, creado por la Orden Militar número 114, de 5 de abril de 1901, que promulga el Reglamento de la Guardia Rural e inserto, varios artículos relativos a esta condecoración. Este es el germen de lo que en 1909 sería una pieza honorífica del Certificado, y que en 1912 se transformaría en la Orden del Mérito Militar, de clasificación compleja. La Orden Militar número 114 fue publicada en la Gaceta de la Habana, con fecha 2 de mayo de 1901, en inglés y español.
Determinar esta condecoración como la primera cubana es un tema muy polémico, en primer lugar porque aún no conocemos con claridad si durante la colonia, existió una condecoración emitida por algún Capitán General, ya que éste por lo general se limitaba a imponer, en representación, las condecoraciones que otorgaba Su Majestad Católica en la península. Por otra parte, ¿cómo es posible decir que constituye la primera condecoración cubana si ni siquiera existía un Estado nacional soberano? Es cierto que durante la Intervención militar norteamericana (1899-1902), nuestra bandera y nuestro escudo fue el de los Estados Unidos de América; no obstante, el Certificado de Mérito se creó por una norma jurídica sujeta a territorialidad, es decir, no se trató de un decreto del Sr. MacKinley, ni una ley del Congreso de la Unión, muy por el contrario, la norma surgió de un gobierno militar con exclusiva competencia en los asuntos cubanos: una condecoración creada en Cuba para los cubanos. Es cierto que el Certificado no era otorgado por el propio Gobernador Militar, lo cual le daría mucha mayor entidad, pero de alguna manera, éste delegó dichos poderes en el Jefe de la Guardia Rural.
El artículo 88 del Reglamento de la Guardia Rural (1901), disponía que “por servicios que demuestren especial valor ó eficiencia, el Jefe de la Provincia después de detenida investigación, podrá proponer al Jefe del Cuerpo la concesión de un certificado de mérito”. El artículo siguiente establecía que todo poseedor de un certificado de mérito sería gratificado con dos pesos al mes. Es interesante la redacción de este artículo, ya que no dice “todo oficial o clase”, sino “todo poseedor”, lo cual indica que aún después de perder la condición de oficial o clase de la Guardia Rural, el individuo agraciado seguía teniendo derecho a la gratificación.
En cuanto a los aspectos formales, hasta el momento no he podido ver nunca el diseño del Certificado de Mérito. Suponemos que en un principio se tratase de un diploma, luego se agregó una pieza metálica cuyas características desconozco, hasta 1912 en que es derogado por la Orden del Mérito Militar, la cual se mantiene hasta la promulgación de la Ley número 13, de 13 de enero de 1959, que dispuso la suspensión de los asuntos relativos a las Fuerzas Armadas.
No obstante haber sido el Certificado de Mérito la primera condecoración castrense cubana, las primeras que tuvieron un carácter civil, fueron sin dudas, las de la Sociedad Nacional Cubana de la Cruz Roja, cuyo reglamento fue aprobado el 10 de marzo de 1909, que estableció una curiosa diferencia entre “Gracias” y “Recompensas”, y dentro de éstas últimas, incluyó la Medalla de Plata, la Cruz de Oro, y la Gran Placa de Honor y Mérito, que luego se convertiría en la Orden Nacional de Honor y Mérito de la Cruz Roja, cuya última modificación registrada se efectuó en 1953. A pesar de esta situación, la Ley del Congreso de 30 de junio de 1910 creó un premio para los maestros de instrucción pública, y si no fuera porque el Decreto presidencial que desarrolló esa ley (número 597, de 14 de julio de 1910) convirtió esa institución en un premio-incentivo o promesa de premio (categoría jurídica), sería hoy la condecoración civil cubana más antigua; no obstante, quizá requiera de una segunda interpretación.
[*] Maikel Arista Salado y Hernández es miembro de la Unión Nacional de Historiadores de Cuba, corresponsal de la Asociación Venezolana de Simbología y Coordinador del Club de Simbología de la Habana. Ha publicado artículos sobre simbología en la Revista de la Biblioteca Nacional “José Martí”, así como en publicaciones extranjeras, y en el 2006 obtuvo una Mención en el Premio Anual Nacional de Investigación Cultural con el ensayo “Los escudos cívicos de Cuba”.
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por Maikel Arista-Salado Hernández
En Letras-Uruguay desde el 24 de abril de 2013
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