Somos novios
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No se querían, de eso no se trataba, el tema era brotar, salir, mostrarse y demostrarse. Ellos eran su trofeo compartido, los derechos de autor de una arritmia de sexo acompasado, un insigne hallazgo solitario de sentidos, dos seres imprevistos mintiendo “Somos novios” de caletre. No se querían, ¿qué era eso?, ni siquiera se detuvieron a pensarlo en la acrobática técnica de horas atropelladas. Era una época con poca edad y tanta piel a cuestas y desnuda, la música, la playa, los amigos, los libros, los hoteles baratos y la lluvia, los viajes, que el horizonte allá, el del ahora, ni siquiera era el juego de un mañana probable. Y así se hizo más cómodo seguir juntos, casarse, ¿por qué no?, ¿qué tendrá tan de malo lo burgués?, compartir cargas, abaratar un cierto porcentaje de desechos, la lavadora por ejemplo, que era menor a la mitad dividido entre dos. No se querían, de eso no se trataba, se la llevaban bien, qué más, jadeaban al unísono mientras seguía prendida la tele. ¿Total? Eso que llaman o llamaban amor, si eso fuera el amor, el cotidiano, el de fregar los platos, de los hijos, del recibo de luz, del polvo menos, los ponía tensos, a quién no, aturdía, los hacía disimular, huir, darse la espalda cortésmente, evadir la mirada, soltar algún suspiro. ¿No oíste anoche a alguien gritar pidiendo auxilio? Ayer fui a visitarlo al sanatorio, la mirada perdida, “Hola mi amor” soltó lo que alguien le había deletreado de antemano, prueba de que ya no se reconocía ni a sí mismo, postrado en el olvido, el alzhéimer, la penumbra de mi voz traducida en dislate. Trataba pero no sabía quién era, era trágico verlo atragantado tartamudeando su existir enquistado en el ámbar de sus oscuridades. Y de pronto allí mismo sin buscar encontré de limosna, un salvavidas de compasión con la que perdonarnos y flotar en el nacer constante del vacio del ayer de migaja en un rumor para siempre misterio. “Somos novios” tarareé y reaccionó mostrándome vestigios inaudibles detrás de la pastosa lejanía de su sonrisa idiota. Cruel, terco, miserable, sublime, perverso, bailable pero tango, irremediable, estremecido, eterno. |
por
Leandro Area del libro Virutario 2017 Amazon.
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