|
Qué ganas de correr tienen mis piernas,
El gallo cantará una, dos, tres veces,
Y el lluvioso mar
Esperará en estas noches las lluvias,
Y esperará este silencio irritante,
Fuerte y ardiente.
Pero, qué saben, qué saben...
El gallo cantará tres veces
Entre brumas y silencios.
La mañana. El fuego.
Los ojos amados...
El mar lluvioso contra los ventanales.
Pensar que olvidar era perder,
Y nada se pierde y nada se olvida...
Las figuras, los brazos alados...
Nada. El mar lluvioso no se escapa.
Saltan las piernas, salta el fuego,
Hasta la nariz, los ojos, la frente, los sesos,
Hasta los alados cuerpos de los alados.
Baila el mar, baila...
¡Qué eterno mar vuelve! ¡Qué mar ha partido!
Quieta. Quieta la lluvia corre,
Ahoga y huye. El mar no es cobarde,
El mar es lluvia, fuego,
Piernas que corren, piernas de fuego.
¡Hasta ahí! ¡Más ahí!
El gallo canta tres veces, la noche duerme
Y los hombres van a la espera.
Las gigantescas puertas se abren,
Cae la cabeza...
Quien ha muerto, ha muerto, ha muerto.
Ha muerto y ya nadie vive...
El mar llueve sobre las aguas... |
|