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Fuerza política del nuevo amanecer en Honduras |
A raíz del golpe militar en Honduras, el 28 de junio 2009, ocurre la caída del antifaz de la falsa democracia: para el régimen de Facto desde que surgió por la violencia, las consignas son: Dios, Ley y Orden. Es su manera explícita de imitar al dictador Stroessner de Paraguay, al declarar Estado de Excepción o en la práctica un verdadero Estado de sitio que reprime y amordaza a toda oposición. Cierran la voz de Radio Globo y CHOLUSAT SUR, los principales medios de comunicación que nos mostraban constantemente y con valentía la verdadera realidad en nuestro país. El legítimo presidente de los hondureños, Manuel Zelaya Rosales, su familia y acompañantes han sido objeto de tortura física, psicológica y prácticamente privados de su libertad en la embajada de Brasil, vulnerando los tratados internacionales. Más, la presión mundial ha obligado al gobierno de Facto a dialogar con el Presidente Zelaya. Es un dialogo solipsista que se prolonga maliciosamente y en forma interminable para legitimar “las elecciones” de su democracia. El país se ha divido en fuerzas golpistas y fuerzas anti golpistas. Son dos filosofías, dos discursos y dos prácticas y métodos totalmente diferentes y antagónicos. Según la concepción de los golpistas (visión ontológica sin historia); existe una separación entre el ser social y la realidad. El pueblo no existe. Bajo esta idea, se justificó el golpe militar que suprimió la libertad de practicar una encuesta no vinculante: “la Cuarta Urna” donde se le preguntaba sobre la opinión de la instalación de una Asamblea Constituyente. La ideología golpista considera que la “Constitución es Dios”. Los asesores y operados del golpe militar son los discípulos de la Escuela de las Américas, la ultraderecha estadounidense y latinoamericana. La concreción metódica es “el síndrome del desgaste y agotamiento físico, mental y político”. La estrategia es derrotar a la oposición, mediante la guerra irregular, el terrorismo mediático, religioso y militar, detener, golpear y torturar. Asesinar a dirigentes, maestros, artistas, jóvenes y mujeres (el femicidio, se ha incrementado en un 60 por ciento). El costo económico del golpe militar durante los primeros tres meses ha sido de más de 800 millones de dólares lo cual implica una pérdida de casi 30 millones de dólares diarios. Pero frente a este cuadro de dolor y sufrimiento un gigante ha despertado, una nueva esperanza ha surgido. El pueblo se ha redescubierto a sí mismo desafiando con sus sueños de libertad a los que han hecho invisible su historia. Se han roto los mitos del poder mediático. Los corifeos con su tecnología manipulativa no persuaden. Los muros del silencio se han derrumbado. El carbón de las hornillas, los colores de la tierra, han servido al pueblo trabajador y artista de su propia historia: escribir, pintar, danzar, actuar, cantar el poema de la libertad; frente a los tanques, las metrallas, los gases tóxicos y los puñales traidores hay gritar con dolor y coraje : “!Golpistas! ¡Golpistas!”. Ha nacido un pueblo, una nueva esperanza, la Resistencia Nacional Contra el Golpe Militar. Sus objetivos son la movilización organizada para luchar contra la injusta realidad y construir el poder mediante la participación real de la ciudadanía en la Asamblea Nacional Constituyente y transformar profundamente la Constitución de la República. Sus principios están basados en la “No violencia”. Son más de un centenar de días de marchas heroicas bajo el sol y la lluvia de balas, garrotazos, puñaladas y el terror de los gases mortales. Sin embargo, en un país militarme ocupado por los Estados Unidos, las fuerzas militares y policiales cobardes, gastan enormes presupuestos a expensas del hambre la enfermedad de los niños y niñas y la destrucción ambiental por parte de las multinacionales; nunca podrán apagar el coraje y las voces de la no violencia que gritan en todos los rincones de Honduras ¡Viva la Resistencia! El camino de esperanza y liberación, a pesar de los crímenes de lesa humanidad es la consolidación integral de la Resistencia como fuerza política, cultural y espiritual no violenta que construye y dirige la toma del poder. Ningún cambio por la democracia real puede realizarse si se excluye a la Resistencia contra el Golpe Militar como la fuerza política más significativa y grande de Honduras. Es el hecho histórico más incontrastable de nuestra actualidad y del futuro con el que el pueblo sueña y construye el nuevo amanecer |
Juan
Almendares
Tegucigalpa octubre 2009
juan.almendares@gmail.com
http://www.movimientomadretierra.org/
www.dignidaddelospueblos.hazblog.com
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