¡Matanza o guerra!
Dijo el sabio búho,
al despertar de sus sueños milenarios.
¡Matanza! replicó el halcón,
al mostrar sus garras siniestras…
¡Matanza es la consigna!
Gritó el corifeo de la muerte.
Mientras el búho,
posaba sobre mis ojos,
no pude abrir los párpados
férreamente cerrados
por el horripilante escenario
de las matanzas en Palestina.
¿Quién podrá dormir
y guardar silencio,
si esta matanza impune
hiere el corazón
de la humanidad?
En el laberinto de la infamia,
misiles y bombas
matan a niños y niñas,
torturan la vida de los sueños
y estrangulan el corazón de las madres
Tal tierra de Gaza
mi garganta se estrechó,
el dolor desgarró
mi silencio.
Grité y grité con el coraje solidario:
¿Dónde está la humanidad
de las Naciones Unidas?
¡Hermana, hermano!:
¡Han muerto los niños,
los olivos y los vientos del desierto!
Escuché la voz del poeta de los olivos:
Los “pájaros mueren en Galilea”
Y la alegría está “marchita en las fronteras”.
Soy piel y corazón de todos los colores.
Mi alma abraza al planeta
con el canto de la alondra
y el vuelo sutil del colibrí.
Amo a la humanidad,
sin holocaustos:
África, Asia, Australia, América Latina,
Sin el genocidio nazi contra judíos y gitanos,
sin el martirio en Palestina.
Amo la libertad:
libertad de los olivos,
libertad sin murallas ,
libertad de las aguas.
Libertad de los cuentos
en “ las mil y una noches” .
Sueño como el poeta de los olivos:
Sin territorios ocupados,
Sin crisis financieras y del hambre
por el negocio de las armas,
por las guerras del petróleo;
por las guerras del oro y esmeraldas.
Mis sueños quisieran conmover
la conciencia de los pueblos
Y vencer con amor y rebeldía
al cazador del planeta.
Sueño con la libertad de Palestina,
de Honduras, mi patria ocupada.
¡ Patria libre!
¡ Patria de toda la humanidad! |