Con voz temblorosa,
la abuela se preguntó:
¿Porqué desalojar la esperanza
de los huertos, valles y ríos?
¿Porqué sembrar el terror
en las casitas de palma
y en los hogares de cartón?.
Y, mientras oraba,
llegaron los encapuchados,
a secuestrar los sueños
del alma de los niños.
Una voz siniestra, se escucho:
"Hay que matar los niños"
Hablaron los falsos predicadores,
los mercaderes de la palabra,
y dijeron: " hay que matarlos."
Miles de niños y niñas
Volaron al cielo
¿Quien le dio las alas para volar?
¿Acaso el pájaro carpintero
Que hizo su nido
en el tronco del guarumo?
¿O el sabio colibrí,
que sueña en la flor?
Al quedar vacios los pueblos,
de los ángeles de la tierra
la abuela preguntó:
¿Donde esta la imaginación?
¿Donde esta la alegría?
Un grito de dolor se escuchó,
en las entrañas de la tierra,
y en las tripas vacías.
"Cuando los ríos dejan de correr
las ciudades mueren
y cuando se asesina
la esperanza
los pueblos desaparecen
en el infierno de la injusticia".
Ten paciencia dijo:
La fuerza de la montaña
al romper el silencio criminal
de la conciencia y la mirada:
"Han despertado los ojos
de los peces dormidos
y en la soledad del amanecer
cantan los colibríes
en los pueblos,
despoblados de amor".
Cuatro puntos cardinales
y cuatro asesinatos
fue la ruta del crimen.
En el carnaval de la violencia
hay rostros y máscaras;
El rostro es lo humano
y la máscara el crimen.
La tortura es el teatro
de mil máscaras siniestras
en el profundo abismo
del dolor de las madres
y de los desaparecidos
Son los rostros descarnados,
de los niños descalzos,
de las niñas violadas
en la oscuridad del terror.
Son los rostros reflejados
en las lagunas de cianuro
ó escondidos en las cuevas,
ó en las minas subterráneas.
Son los rostros de la guerra
rostros de los torturados
en Irak y Guantánamo:
por los hombres,
disfrazados de hombres.
Son los rostros
del hambre que denuncia
las mil máscaras
de la democracia.
Máscaras sin rostro,
máscaras sin sonrisa
máscaras robot
máscaras de torturadores
máscaras del sistema
global y perverso,
que venceremos
con el rostro del amor. |