Don Miguel... |
A las tres Mosqueteras y a D´Artagnan |
"Este relato es de los tiempos en los que aún ocurrían pequeños milagros que le daban tibieza a la vida, y que luego se narraban a los nietos. Miguel Najdorf fue gran maestro internacional, tal vez el más grande ajedrecista que jugó y representó a la Argentina. Falleció en Málaga en 1987. Bernardo Wexler, maestro internacional, era asiduo concurrente al antológico bar de la calle Gaona de Caballito Norte, donde toda una joven generación vivió largas noches con sus sueños, proyectos y las peripecias de la vida. “...una sombra ya pronto seré...” |
I. Gaona sigue siendo la misma. Destino adverso de la arteria que no pudo remontar hacia el mañana. Cuando a fines de los cuarante abrieron el bar y billares El Garial, los genios de la barriada supusimos que se abría una nueva era en Caballito Norte. Histórica, incluso. Aunque fue como la lumbre de una cerilla, con un destello al inicio, y el apagón, triste y decepcionante, después. II. Ocurrió algo una tarde que nos dejaría escenas sepia en la retina y la memoria. Jacobito, ajedrecista, el rey de la defensa Alekine del Garial, le dio el pesto a una serie de osados adversarios que con intrepidez desafiaban al campeón (¡él!). Fue una velada de las más célebres del rusito. Los jaque mates que infligía, y el desplome de los reyes, contribuyeron a cimentar su gloria. Fue ésa una semana con muchos combates que hicieron historia. Habían llegado desafíantes del Rívoli o del Círculo de Ajedrez de Villa Crespo, o de bares de la avenida San Martín, la arteria de la competencia paternalera. Fuese con piezas negras o blancas, su juego agresivo era como demoliciones con topadora. Imbatible, invulnerable, “rey de copas”, “as de espadas”, “carambola a cuatro bandas”... III. El desconocido entró al Garial con gesto sonriente, observó al grupo y se dirigió hacia la mesa pletórica de público. Tenía aspecto de judío polaco, un pantalón de hilo, una camisa celeste de mangas cortas y el saco en la mano doblado con prolijidad, Ojos vivaces, mentón algo sobresalido, figura que no podía pasar desapercibida... Se paró con la mano libre hacia atrás, observó el estado de la partida y en un murmullo murmullante le comentó al vecino: la próxima es mate... Y así fue. Lo miraron con curiosidad... ¿totem, profeta? |
Ante la sorpresa del campeón del Garial, el hombre llamado Miguel adoptó la Variante Najdorf de la Defensa Siciliana. Al llegar a la jugada novena, las negras jugaron A3R. Jacobito comenzó a transpirar: el alfil negro se había situado en una casilla estratégica... Los presentes empezaron a contemplar al hombre, mirar el tablero y a evaluar la cara aculada de Yaco. Los jugadores de billar abandonaron las mesas. Carlitos, el mozo, andaba con sus zapatones, arrastrando el silencio bajo las suelas... Era el único semi tono audible. Incluso las moscas volaban en un seseo manso, planeando sobre los jugadores y la pequeña muchedumbre... El lugar semejaba un coliseo, los presentes cercaban la arena−mesa y los dos gladiadores con sus espadas de doble filo sobre el tablero, listos para vencer o morir. |
IV. Jacobito miraba el tablero, contemplaba al alfil negro, el sudor era ya un goterío copioso, la frente se había acanalado y el contrincante, enigmático, miraba a los curiosos, a las moscas, al universo, pequeño universo que giraba alrededor de la mesa del bar Garial de Gaona. Parecía somnoliento... Luego cerró los ojos. Cuando escuchaba el tac del reloj, observaba qué habían jugado las blancas. Y sin abrirlos, alzaba la frente, meditaba dos segundos, abría los parpados, estiraba la mano y hacía su movida. |
© Andrés Aldao, noviembre 10, 2008
Autorizado por el autor el 15 nov 2008
Gentileza de Artesanías Literarias
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