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Narcoguerra: Callejón sin salida/73
por Netzahualcóyotl Aguilera R. E.
tlacuilo.netz@yahoo.com

 
 

RESUMEN V. GRAN BRETAÑA HEREDA IMPERIO Y NARCOTRÁFICO de una España que aparte de perder definitivamente sus colonias americanas con la batalla de Ayacucho de 1824, se quedó sumergida en el rezago feudal.

La primera revolución burguesa de la historia no fue la francesa de 1789, sino la inglesa conducida por Oliver Cromwell un siglo y medio antes; si bien duró poco tiempo sin poder evitar que la monarquía recuperase el poder, dejó cambios importantes que propiciaron la revolución industrial -también la primera de la historia- impulsada hacia 1780 gracias a las riquezas obtenidas por los corsarios, las compañías de Indias, el desarrollo científico que hizo posible la invención del telar mecánico, la caldera y la máquina de vapor que da lugar a la navegación a vapor y al ferrocarril, al nuevo concepto de fábrica que supera el de la tradicional elaboración artesanal, etc., todo lo que le permite manufacturar en gran escala y transportar con eficiencia las regaladas materias primas de sus colonias, productos que luego les vende a buen precio a ellas mismas y a los demás países europeos, con lo cual se consolida la Gran Bretaña, también, como el primer país capitalista de la historia.

Todo esto, que suena a cuento de hadas, encierra injusticias terribles. Desde su propio nacimiento el capitalismo es en sí mismo injusto y contradictorio, pues mientras que en lo interno progresa y mejora, en lo externo ese progreso se obtiene en gran medida a base de saquear, sangrar y empobrecer a la población de sus colonias.

Ejemplo claro es el de que mientras en la primera mitad del siglo XIX se adoptaban en Inglaterra algunas medidas para mejorar el nivel de vida de sectores cada vez más amplios de su población (medidas propuestas por la República de Cromwell dos siglos antes como la restricción de privilegios a la monarquía; establecimiento de las primeras formas democráticas modernas como régimen electoral y sindicalismo incipientes; abolición de la esclavitud; supresión del diezmo; educación a cargo del Estado y no de la Iglesia; matrimonio civil, etc.,) en las colonias de Asia, en cambio, las compañías inglesas mantenían a la población autóctona en la ignorancia total, la sujeción férrea y la explotación inicua.

Las guerras del opio. El más representativo de todos los saqueos imperiales es el esfuerzo con que el emperador chino pretendió suprimir el narcotráfico del opio con que el invasor europeo continuaba envileciendo a su pueblo, que se concretó en las famosas “guerras del opio” (1839 y 1856); lucha finalmente ganada por las potencias beneficiarias del narcotráfico (varias europeas más Estados Unidos, lideradas todas por Gran Bretaña) mediante un ejército conjunto que provocó una de las más sanguinarias masacres de la historia humana, que les aseguró la sumisión total de China y la permanencia del saqueo más escandaloso, inmoral y redituable hecho por naciones que presumen de cristianas.

GRAN BRETAÑA INVENTA EL LAVADO BANCARIO DE DINERO PROCEDENTE DEL NARCOTRÁFICO. La práctica de “lavar el dinero sucio” en sí es muy antigua; lo que es relativamente reciente es la expresión “lavado de dinero” que se popularizó hacia 1930, cuando el capo de la mafia estadounidense Lucky Luciano estableció una cadena de lavanderías con el propósito de engañar al fisco, “blanqueando” el “dinero negro” producto del tráfico de drogas que había invertido en ellas.

Pero lo que queremos esclarecer es la práctica moderna de lavar el dinero por medio del propio sistema bancario reconocido y controlado por el gobierno.

Esto empezó cuando consolidado el poder de la corona británica como imperio mundial y con la armada más poderosa del orbe, da por terminada la etapa de la Compañía Oriental de Indias y toma posesión directa y formal de todas sus colonias en 1860.

Hasta entonces los banqueros habían procurado que sus transacciones estuvieran apegadas a las normas tradicionales y solo financiaban las negociaciones de mercaderías que se consideraban moralmente lícitas, absteniéndose de respaldar el contrabando, la trata de personas, etc.

Pero el negocio principal de las empresas marítimas era el opio; y China, crucificada por occidente, había quedado a merced de las potencias que la convirtieron en “pila de agua bendita” donde todas metían la mano para saquearla.

Fue entonces -en 1865- que llegó una nueva institución financiera a establecerse en China con banqueros procedentes de Escocia: el “honorable” banco The Hong Kong and Shangai Banking Corporation o, como lo conocemos nosotros por sus siglas, HSBC.

Con determinación, audacia y “visión moderna” de los negocios, HSBC empezó a financiar cuanta transacción de opio le presentaron las empresas navieras que, obviamente, le aseguraban envidiables beneficios.

La corona británica, por su parte, cerró recatadamente los ojos ante aquella práctica que los banqueros de todo el mundo imitaron con apasionado ímpetu hasta la fecha.

(Continuará)

 

Netzahualcóyotl Aguilera R. E.J

La Jornada (Aguascalientes, México)
Viernes 7 de setiembre 2012 

Autorizado, para Letras-Uruguay, por el autor

 

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