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Tlacuilo 
El día del Estudiante*  
Netzahualcóyotl Aguilera R. E.
**
netz_mx@yahoo.com.mx
 

Quién no siente nostalgia de su época estudiantil? En especial aquellos a quienes nos sorprendió la adolescencia cuando repentinamente nos vimos inmersos en esa Escuela Preparatoria barrediana, integrada por la Secundaria y el Bachillerato.

Mi generación ingresó al Instituto de Ciencias Autónomo de Aguascalientes -y al propio tiempo a la Universidad Nacional Autónoma de México a la que el Instituto estaba incorporado- a la mitad del siglo XX.  

La Novatada  

1950 fue el último año en que se celebró con todas las de la ley el día del estudiante, pues para las ocho de la mañana del 23 de Mayo los novatos ya andábamos trasquilados, semidesnudos y pintados no con anilina sino con chapopote, representando cada quién el papel que nos habían asignado los veteranos para regocijo de la población que ya para las 10 de la mañana se arremolinaba en las banquetas a ver pasar aquél desfile estrafalario que lanzaba porras y hacía bufonada y media.

Fuera de algunas muestras de repudio contra el gobierno, por cierto muy celebradas por el público, el vandalismo no imperaba y ningún establecimiento cerraba sus puertas, pues había una comisión que comedidamente pasaba a recibir los donativos que de buen grado aportaban los comerciantes, pues su clientela, atraída por la novatada, aumentaba ese día. Además se vendía como pan caliente la revista “Vida Estudiantil”. Terminábamos bañándonos en todas las fuentes de la ciudad.

El Fandango Estudiantil

Tarea ingrata la de quitarnos el chapopote con que nos pintarrajearon, pues la mayor ilusión era la de asistir, aunque pelones y olorosos a gasolina, al baile de más tronío en la ciudad: el Fandango Estudiantil, que ese año se celebró en los patios del Instituto con la orquesta local “Alma Latina” de Nemesio Venegas, alternando si mal no recuerdo con la de “Carlos Campos”, de la ciudad de México.

Rumbo a la UNAM

Cuando emigramos a la Capital para estudiar una carrera profesional, el 23 de Mayo de 1957 disfruté en la Avenida Juárez -desde un balcón de la Secretaría de Relaciones Exteriores- la última novatada de los estudiantes de la UNAM, pues con el traslado de las facultades del centro a la modernísima pero lejana Ciudad Universitaria, terminaban tradiciones centenarias.

De hecho, el primer Día del Estudiante que pasó mi generación de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales se festejó con la marimba orquesta de los hermanos Nandayapa, incluyendo una civilizada bienvenida a los estudiantes de nuevo ingreso.

¿Porqué el día del Estudiante?

Desde las épocas más remotas encontramos el binomio inseparable discípulo-maestro resolviendo la ecuación de preservar la cultura, y en la que, además, el discípulo iba descubriendo los secretos de la Naturaleza junto con su desarrollo físico y mental, encontrando similitud entre el despertar de su sexualidad y el estallido multicolor de la vida en la Primavera.

Hace mil años, de las escuelas catedralicias europeas se desprendieron las mundanas escuelas palatinas buscando un medio más propicio que el de la iglesia para sumergirse en el mundo del conocimiento; luego surgieron las primeras universidades que abrieron paso al humanismo y a la revolución científica.

Cada vez más libres de la moralina eclesiástica, la juventud estudiosa encontró en el renacimiento las fábulas mitológicas de la Grecia clásica, que despertaron su imaginación con personajes tales como Afrodita, Eros, Apolo, Dionisos, etc., dioses del amor, la lujuria, y la fertilidad; la música y la poesía; el vino y el teatro; las musas y todo aquél amasijo de dioses y semidioses rebosantes de encendidas pasiones humanas, a los que se festejaba con grandes ceremonias festivas en la resurrección primaveral.

De allí surgieron las fiestas de la juventud estudiosa, que aprovecharon las enseñanzas para dar rienda suelta a su eufórico despertar.

La Reforma Universitaria

Como consecuencia de la Reforma Protestante y la desaparición del Sacro Imperio Romano Germánico, la Universidad también pasa por grandes reformas: la francesa napoleónica de 1806 y la alemana de Humboldt de 1810, de las que se derivan las universidades laicas al servicio de los estados nacionales modernos.

Los universitarios, sin embargo, siguieron luchando por su emancipación no solo de la Iglesia sino también del Estado, del cual se declaran enemigos acérrimos cuando está controlado por sátrapas, porque también se han empapado de los ideales de libertad, igualdad y fraternidad desarrollados en nuevas materias como Biología, Sociología, Economía, Política, Psicología, etc.

Enfrentados a tiranos que oprimen al pueblo en provecho de los dueños del dinero, estudiantes de muchas universidades del mundo han sufrido bajas en sus filas a manos de las fuerzas represoras.

Entonces los estudiantes del mundo fijaron las fechas en que sus héroes civiles cayeron bajo la metralla del déspota, conmemorándolas cada año para mantener vivo el recuerdo de sus mártires y la causa de su sacrificio.

Así, la Unión Internacional de Estudiantes fijó el 17 de Noviembre como Día Mundial del Estudiante, para no olvidar aquél de 1939 en que los universitarios de Praga fueron ferozmente reprimidos cuando manifestaban su repudio a los invasores nazis.

¿Porqué el 23 de Mayo en México?

Muchos países tienen, además, su propia fecha. La historia de la nuestra es la siguiente:

Corría el año de 1929. La situación política del país era muy delicada debido al conflicto religioso surgido en 1926, a las constantes insurrecciones de caciques levantiscos y al gobierno en manos de militares autoritarios, uno de los cuales -Álvaro Obregón- había sido asesinado por un cristero en 1928 antes de tomar posesión de un segundo período presidencial, después de haber cometido el grave error de “reelegirse”.

Sumado a lo anterior, al reponerse la elección en 1929, José Vasconcelos, que había sido brillante Secretario de Educación y rector de la Universidad Nacional, se presentó como candidato opositor en una campaña desigual permanentemente reprimida por el gobierno.

Cabe mencionar que los más fervientes seguidores de Vasconcelos eran los estudiantes universitarios que decepcionados por la traición de Obregón al principio de “no reelección”, se habían volcado en su apoyo; los mejor preparados eran sus principales y más valiosos colaboradores, como Alejandro Gómez Arias, Ricardo García Villalobos, José de los Reyes, Baltasar Dromundo, César Garizurieta, Adolfo López Mateos, etc., incluidos egresados ilustres del Instituto de Ciencias de Aguascalientes como Manuel Ugarte, Salvador Azuela y Mauricio Magdaleno, entre otros.

En ese precario estado de cosas, la dirección de la Escuela de Jurisprudencia adopta medidas que provocan protestas entre los estudiantes; se les aplican medidas disciplinarias y en lugar de resolverse el problema se generaliza a toda la Universidad; la rectoría y la presidencia de la República reaccionan con violencia, pero el 9 de Mayo los estudiantes se constituyen en un Comité de huelga que demanda ya no la solución del problema original, sino la Autonomía que desde su refundación en 1910 se había negado a la Institución y solicita el apoyo del pueblo, que se lo otorga gustoso.

A nadie escapaba que los dirigentes de la huelga eran los mismos colaboradores de Vasconcelos, quien de alguna manera orientaba las acciones del movimiento que, al crecer tanto, puso en jaque al gobierno. Éste  lo reprimió cada vez con más violencia, hasta que el 23 de Mayo se produjo una balacera en la que resultaron varios muertos y decenas de heridos.

En ese momento Calles se dio cuenta de que el movimiento estudiantil estaba a punto de convertirse en la bandera de un estallido que podía dar al traste con el proyecto del Partido Nacional Revolucionario que acababa de fundarse el día 4 del mismo mes y al día siguiente el presidente Emilio Portes Gil inició pláticas con los huelguistas, comprometiéndose a respetar toda manifestación pacífica.

Finalmente, el 22 de Julio fue promulgada la primera Ley Orgánica de la “Universidad Nacional de México, Autónoma” con una autonomía más nominal que efectiva, pero que de alguna manera era una realidad que el gobierno empezaba a admitir.

En el terreno político la campaña terminó convertida en el primer gran fraude electoral de los gobiernos post-revolucionarios, al escamotearle el triunfo a Vasconcelos.

Ese es el origen del “Día del Estudiante” en México, que empezó a conmemorarse cada 23 de Mayo para recordar los hermanos caídos en la lucha por la autonomía universitaria, en la que se conquistó un primer acercamiento.

No sé a partir de cuándo se empezó a celebrar en Aguascalientes, pero el 22 de Noviembre de 1942 se promulgó la Ley Orgánica del Instituto de Ciencias de Aguascalientes como entidad autónoma, a imagen y semejanza de la UNAM.

El hecho es que cada año la población esperaba con expectación el día 23 de Mayo. Pero el propósito de la celebración se fue olvidando hasta que finalmente la novatada primaveral desapareció también.

Por otra parte, el cambio al 2 de Octubre propuesto en la UNAM no tiene las mismas características ni ha sido adoptado cumplidamente por los estudiantes locales.

Por todo lo anterior, podemos afirmar que el día del estudiante es otra tradición perdida para la sociedad aguascalentense.

Notas: 

* Conferencia sustentada dentro del programa cultural de la Asociación de ex-alumnos de la Universidad Nacional Autónoma de México el Jueves 19 de Mayo 2011 en el Instituto Cultural de Aguascalientes.

** Profesor de la Universidad Autónoma de Aguascalientes expulsado de todas sus cátedras. 

Netzahualcóyotl Aguilera R. E.J

netz_mx@yahoo.com.mx

La Jornada (Aguascalientes, México)
Viernes 20 de mayo 2011

Autorizado, para Letras-Uruguay, por el autor

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