Versos de amor y de locura - Delfina Acosta (solapa y prólogo) |
Solapa Delfina
Acosta
es poetisa, escritora y periodista. Nació en Asunción (Paraguay) en
1956. Su infancia y su juventud pertenecen a su patria chica, Villeta,
donde cursó sus estudios primarios y secundarios. Química
Farmacéutica. Miembro
fundador de la Sociedad de Escritores del Paraguay. Miembro fundador de
Escritoras Paraguayas Asociadas. Miembro del PEN Club internacional. Su
primer poemario, Todas las voces, mujer...obtuvo el Primer Premio
“Amigos del Arte”. En relación con ese libro cabe mencionar que
figura entre las obras más consultadas de la Biblioteca Virtual de
Cervantes. Integró durante mucho tiempo el Taller de Poesía “Manuel Ortiz Guerrero” y dio a conocer algunas obras poéticas en publicaciones colectivas del citado Taller. |
Publicó
el poemario La cruz del colibrí, que lleva prólogo de la
poetisa Gladys Carmagnola. Reunió
sus cuentos que obtuvieron premios y menciones en concursos
literarios en el libro El viaje. Su
obra Romancero de mi pueblo ganó el segundo premio
“Federico García Lorca”. Romancero
de mi pueblo lleva prólogo del crítico literario y poeta Hugo Rodríguez-Alcalá. El
poemario Versos esenciales de Delfina Acosta está dedicado íntegramente
a honrar la memoria del poeta chileno Pablo Neruda. El PEN Club del
Paraguay otorgó al libro el Primer Premio destacando su elevado vuelo lírico
y su lenguaje universal. Su
libro Querido mío ha recibido el premio “Roque Gaona
2004”. Fundó
el Taller de Poesía de la Universidad Iberoamericana. Sus
obras (cuentos y poesía) están incluidas en numerosas antologías
nacionales y extranjeras. Algunas
palabras Nadie
menos indicado que el propio autor para hablar sobre su obra. ¿Qué puedo
yo decir de mis poesías de amor y de locura? Ellas son, finalmente,
pobres flores huérfanas; aunque creyeron haber hallado en mi sombra y en
mi soledad, madre generosa, cuánto temor se apodera de mi ánimo, cuántos
sentimientos confusos me arrastran, si pronuncian mi nombre. Deseo huir de
ellas, cuando las veo venir, hambrientas, a mis pies. Suben por mis huesos
como hiedras. Bailan en mi alma no sé qué extraños ritmos. Celebran el
amor y la maldad de una manera y un modo que no entiendo, pero que a la
vez me complace. Quise
yo ser una buena mujer, una más del montón de las señoras piadosas, mas
heme aquí, con mi evangelio torcido y mi canto convertido en escándalo
por su culpa. ¡Por su culpa! Las
quiero. Todavía las quiero, sobre todo a la noche. Dicen las palabras que
tanto quise decir. Por su vida mi existencia conversa con Dios y con los
demonios. Me hacen caer en la tentación de la carne. Estaremos
siempre juntas, más allá de los siglos. Creo en ellas. Y necesito creer que ellas creen mí. |
Delfina Acosta
Del libro Versos de amor y de locura
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