La escritora Tania Alegría ha escrito un libro. Un libro de versos que es como un libro de celebración debido a la pureza y a la calidad de la versificación.
Sus
versos son de los buenos, pues a cada línea se le prende una estrella,
aun cuando la autora aborda a veces temas o asuntos que guardan relación
con la muerte.
Un libro clásico es el suyo. ¿Por qué? Porque no hay línea de su poesía
que no esté marcada por la llama pura de esa inspiración que rompe lo
que muchos poetas no pueden romper: silencios, enigmas, pasividad,
desencuentro de espíritus, malos hábitos escriturales, carencia de
rigor, sequedad de los sentimientos, torpeza lingüística y cursilería.
La conciencia de la palabra y el uso elevado, apasionado de ella pueden
notarse claramente en los sentimientos de esta mujer, Tania Alegría,
quien deja su corazón y su carne al descubierto.
En primer lugar, debo sentar nota de que la autora de INverso (que así se llama el poemario) es una artista que busca empeñosa, reiteradamente, las palabras, los términos que han de lucir y parpadear en el ramaje de sus versos mayoritariamente endecasilábicos.
