Rocío Soria 
El cuerpo del hijo

Delfina Acosta

Hay un temblor de huesos en estos versos tiernos y al mismo tiempo afilados que nos propone Rocío Soria en su poemario El cuerpo del hijo, publicado por Rueca Editores.

Pareciera que toda la naturaleza está en parto, y que las señales de los astros confluyeran en su testimonio poético para recordarnos -fijamente- la desolación de la vida.

Dios arroja vómitos de sangre en la interpretación de los sueños de la poetisa ecuatoriana.

No hay pues lugar en el planeta Tierra para la flor, para la esperanza, sino un cúmulo de pus y de flores desesperanzadas.

No hay esferas azules en sus poemas, ni trinos, ni cantos de ondinas, ni sonidos que nos remitan a suaves aleteos de los pájaros en los bosques atardecidos.

Todo es conciencia de búsqueda a través de la sangre, del cuerpo, de la metamorfosis, del dolor existencial que va derramando su sangre (tal parece) en una palangana vacía.

Poesía fuerte, llena de desenfado, la suya.

Poesía vehemente, que no vacila en señalar a Dios en las alturas.

Poesía que duele, a pesar de su belleza.

BREVE RESEÑA DE ROCÍO SORIA:

Quito, 1979. Realizó estudios en la Facultad de Comunicación Social de la Universidad Central del Ecuador. Ha publicado el poemario Huella conceptual, con el que obtuvo el segundo premio en el Concurso de Poesía organizado por el Departamento de Cultura de la Universidad Central del Ecuador, 2003. Ha obtenido también las siguientes menciones: Primer premio en el Concurso Interuniversitario de Relato Corto organizado por la Universidad San Francisco de Quito, 2005. El Premio Internacional de Poesía Fanny León Cordero organizado por la Asociación Ecuatoriana de Escritoras Contemporáneas, 2005; medalla de bronce en el género cuento en el Concurso de Poesía, Cuento y Ensayo organizado por la Facultad de Filosofía.

UN POEMA DE ROCÍO SORIA

Es el momento en que el azul oscuro trinca los espacios de la alcoba.

Tiende los brazos como la sombra de un cristo
orina
respira
cojea
tose.

Los dibujos sobre la cama se arrancan uno a otro
separan las canicas de sus ganglios
por tamaños, colores y consistencias.

Rosas purpúreas salen de sus bocas.

Delfina Acosta
ABC COLOR, Asunción, Paraguay, Domingo 25 de enero de 2009

ABC COLOR

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