Precaución Delfina Acosta |
Esta costumbre mía de quejarme de a poco y a hurtadillas, en el patio, quejarme así, mirando el jugueteo de los tordos, los tordos que han hallado alegre balancín en una rama quebrada de un ciruelo, y vuelta a los gemidos al oír sus quejas caprichosas, sus rápidos embistes, sabiendo que otra vez, pues sí, que me han vencido, si nadie se acomoda a mi costado, no importa cuánta precaución con agua de jabón tomó mi cuerpo. |
Delfina Acosta
Del libro Todas las voces, mujer...
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