Los
poetas de Paraguay y de otros países, por eso de la edad cansina, se
aferran al sistema tradicional del tipeo en la máquina de escribir. Y
es así, que caído un viento sur, se cubren con sus viejos abrigos, y
leen lo que han escrito en el papel, y con una sonrisa de satisfacción
encuentran que el poema está listo de cuerpo y de alma. Y publican la
cosa esa, el poemario, donde hablan de vientos deformes que vienen a
castigar las puertas de sus hogares y a apagar las velas del crepúsculo
otoñal.
Ah...
Tanto ha cambiado la situación. Ahora los poetas deben tener una
computadora consigo, sí o sí. Y deben poseer acceso al sistema de
Internet, que no está –de ninguna manera– caro, para ir guardando
en dicho espacio su obra literaria. Algún poeta mayor de sesenta años,
que lee estas líneas, estará pensando que estoy entrando en despistes
y pierdo el tiempo.
De ninguna manera.
Mi intención es hacer entrar en razón, o sea en conveniencia, al
lector.
Decía yo que es necesario tener acceso a Internet, y guardar en él
todo aquello que el intelecto y la vena artística va produciendo. ¿Para
qué? Pues para entregárselo a quienes se encargan de hacer conocer la
obra individual a los usuarios del sistema por la vía del blog o del
portal.
Por esos milagros que nunca ocurren en nuestro país, esta vez se
dio un milagro, se está dando. El webmaster Eduardo Pratt hace conocer
las letras nacionales a los paraguayos y a los extranjeros a través de
su fantástico Portal Guaraní.
Ah... es todo tan fácil si se piensa, si se usa la cabeza.
Tú, poeta distraído, que crees que con escribir es suficiente, y
olvidas que la difusión de tu obra es lo fundamental, ten en cuenta que
para que te conozcan has nacido. Toma nota de este correo electrónico:
edupratt@edupratt.com.
Envía a ese correo tus obras. Y consulta, a través del mismo, en torno
a tus dudas, con el webmaster de marras.
Es cierto que el libro en papel es insustituible. Pero la mitad del
mundo de habla hispana busca información, ensayos, poemas, cuentos,
novelas, sucesos, curiosidades, etc., en Internet.
De aquí a diez o quince años no sé en qué se convertirá
Internet.
Pero sí sé que si te quedas en el círculo mediocre, limitado y
asfixiante de nuestra localía, que si no te empeñas en trascender, te
quedarás sin haber iniciado ningún camino.
¿Por qué escribo sobre esto?
Porque me duele la ingenuidad de muchos escritores que ni pretenden
enterarse del significado potencial de Internet.
Yo escribía a mano. Evolucioné. Pasé a usar la computadora. No tenía
mail. Pensaba que no era necesario. Ahora el mail es mi arma de
comunicación diaria.
En fin, que los tiempos pasan y que debemos acomodarnos a ellos es una
cosa que está fuera de discusión.
Me alegraría mucho que estas líneas hayan sido de utilidad.
Debemos aprender a entrar en el siglo que corre.
Necesitamos respirar la atmósfera de los blogs, el facebook, los
portales.
Precisamos buscar la manera de hacer conocer nuestras obras más allá
de nuestras fronteras.
Y esta es la gran ocasión.