- Respeto mucho a Borges. Su obra es la de un genio, sin lugar a dudas.
Pero creo que esa expresión incrédula ante la democracia fue formulada
dentro de un contexto irónico.
- No parecía ser irónico.
- Pues bien. Hay que remontarse al tiempo histórico que le tocó vivir y
a las circunstancias.
- Generalmente el poeta y el escritor transmiten a la sociedad una imagen
de transparencia. Por esa razón, tal vez, la sociedad aguarda de ellos
una reacción política correcta, acorde con las circunstancias y las
disyuntivas de un proceso determinado.
- El escritor inteligente no tiene por qué sentirse presionado, no tiene
por qué escribir una poesía, digamos, social. Debe hacer lo que le
parezca pertinente.
Tensión constante
- Pero pareciera que, en nuestros tiempos, la gente exige más de los
escritores. El pueblo, con sus necesidades, con sus problemas, aguarda de
los escritores una actitud más política.
- Creo que existe, justamente por eso, una tensión constante, entre el
discurso lírico del poeta y el deseo de escribir completamente libre de
la demanda de las necesidades del pueblo. Para los poetas importantes, los
poetas llamados grandes, esa tensión es algo necesario, que llega a
mejorar las obras de los jóvenes que escriben, porque viven, reflexionan
y son conscientes de esa tensión entre el recurso lírico y la realidad
diaria que todos vivimos.
- ¿Cómo ve la política en el Paraguay?
- Estoy desactualizado, pues hace años que no vengo al Paraguay. Es así
que no podría ser muy preciso en ese sentido. Mis vínculos con el
Paraguay están basados en la experiencia que he tenido hace treinta años
en el campo, donde hay mucha paz, pero también sufrimiento. Viviendo dos
años en el campo, construí una escuela primaria con la comunidad de
padres así como parques infantiles en la pequeña compañía llamada
Potrero Yapepó (cerca de San Pedro del Paraná).
- Hacer periodismo es apasionante. El periodismo tiene mucha influencia
sobre las personas, sobre los lectores. ¿Cómo un escritor que también
es periodista puede manejar su lenguaje?
- Es un desafío tremendo. Ha sido un desafío para mí porque yo antes
trabajaba como diplomático, pero escribía a la vez mis ficciones. Por lo
menos, en mi caso personal, lo que tenía que hacer era dividir el cerebro
en dos, casi. Psicológicamente era una división de labor. Cuando estaba
en una embajada debía concentrarme (totalmente) en mis trabajos diarios.
Pero al llegar a casa, cerraba la puerta y pensaba en otro mundo. Es una
disciplina difícil, pero a la vez necesaria, desde mi punto de vista.
- ¿Cómo ve la producción literaria paraguaya?
- Conozco la obra de Elvio Romero. Su poesía es monumental. Me fascina y
siempre me ha fascinado la obra de Augusto Roa Bastos, que es el grande
que todos conocemos. Conozco menos de la generación actual. Mientras
estoy en Paraguay procuro ponerme a ritmo con lo que va pasando con la
literatura paraguaya, que yo creo que está viviendo una época muy
interesante. Debería haber poetas, novelistas y cuentistas importantes
que salgan a la luz.
- Algunas palabras que quiera dar a conocer...
- La creación literaria tiene más que ver con el trabajo que con la
inspiración. La inspiración es necesaria, pero días tras día, hora
tras hora, tienes que sentarte a trabajar. No hay remedio. Si no te gusta
trabajar, es mejor que te busques otro empleo.
- De hecho es así. Hay que trabajar mucho.
- Yo escribo los siete días de la semana. Cada día dedico tres o seis
horas a la literatura.
Reseña biográfica de Mark Jacobs
Escritor norteamericano y ex diplomático. Mark Jacobs ha publicado sus
ficciones extensamente. Hasta la fecha ha publicado 70 cuentos cortos en
revistas estadounidenses del ámbito comercial y literario, como The
Atlantic Monthly, The Iowa Review, y The Southern Review. Su cuento “How
Birds Communicate”, que toma lugar en Paraguay, ganó el Primer Premio
de Ficción de The Iowa Review. Además, Jacobs ha publicado cuatro
libros, dos de ellos novelas y dos colecciones de cuentos. En la
actualidad, su nueva novela, FORTY WOLVES, que toma lugar en Turquía, está
siendo presentada a las casas editoriales de Nueva York.
Jacobs comenzó su carrera internacional como voluntario del Cuerpo de Paz
en el Paraguay en 1978. Jacobs, doctorado en Literatura Inglesa con una
tesis sobre el novelista Thomas Hardy, ingresó en el cuerpo diplomático
en 1984. Trabajó en embajadas y consulados en Bolivia, Turquía, España,
Honduras y Paraguay. En Paraguay fue jefe del entonces USIS. Dejó el
servicio diplomático en 2002 para dedicarse exclusivamente a escribir.
Habla turco, español y guaraní.
Actualmente Jacobs vive en una pequeña finca en el sur de Virginia, y
ejecuta guitarra en un conjunto que se llama The Double Crossed Band (doublecrossedband.net)
“Ningún escritor es tan brillante como Mark Jacobs en explorar el rico
mundo ficticio del norteamericano en el extranjero. Combina las
tradiciones literarias de Henry James y Graham Greene en una obra que es
verdaderamente suya y verdaderamente maravillosa. A HANDFUL OF KINGS es su
mejor libro hasta la fecha”, opina Robert Olen Butler, autor de A
STRANGE SCENT FROM A GOOD MOUNTAIN, y ganador del Premio Pulitzer.
|