El
lenguaje utilizado por el escritor español Benito Pérez Galdós en sus
Episodios Nacionales pinta con fidelidad una España de 1850 donde
militares, clérigos, gentes del vulgo, monjas, ateos y revolucionarios
hacían honor y defensa de sus respectivos papeles dentro de un ambiente
marcado por la anarquía, el miedo, la valentía extrema y el deseo de la
libertad.
Bueno estaría que los niños leyeran Marianela, otra obra de Benito Pérez
Galdós, para que ellos entren en la triste ternura de un sentimiento casi
infantil y echen a volar los duendes de su imaginación.
Chicos
pobres
Otra obra de rico valor es Juvenilia, escrita por Miguel Cané. A mi
juicio, el escritor hace su descargo de sus tiempos de estudiante en un
colegio para chicos pobres, que tenían que guardarse la bronca de ir a la
cama mal cenados, y de vivir, literalmente, en continuo estado de arresto.
He leído la obra por tercera vez en el año 2007. Me parece ver a Miguel
Cané, evocador de viejos tiempos, negándose a recibir la hostia de su
preceptor. Cómo habría él de creer en una salvación, en un Dios,
cuando la desventura de una vida pobre y descuereada por el sacrificio había
volcado el agua de la amargura en su espíritu.
Por supuesto, Don Quijote de la Mancha es un libro para leer seis, siete
veces. Tal vez ocho. Su lectura sirve tanto para el lector común como
para el más afanoso y obsesivo escritor. Fuente de recursos imaginativos,
Don Quijote de la Mancha eleva el potencial creativo de los narradores y
de los poetas.
Las poesías de Lope de Vega son para toda hora y lugar. Los cien mejores
libros del vulgo no tienen nada que hacer ante un soneto del Fénix de los
ingenios.
En lo tocante a la ortografía, cualquier libro clásico es recomendable
para niños y adolescentes, pues los autores de libros que han vencido el
paso del tiempo han sumado años y años de conocimiento sobre redacción,
ortografía, lenguaje puro y estilo anunciador de buenas nuevas.
Cuidado
con las tandas
Pero cuidado con algunas tandas de poemarios y colecciones de cuentos de
nuevas generaciones que van apareciendo, pues su debilidad está en la
falta de acentos y en la pobreza extrema de su lenguaje. Hay poemarios
bellísimos como aquel celebrado Veinte poemas de amor y una canción
desesperada, del poeta chileno Pablo Neruda. Según mi entender, este
libro de todos los libros, no solamente aviva la inspiración de los jóvenes
vates, sino que además es una prueba rotunda de que el lenguaje amoroso
halla predominio en todas las eras, incluyendo, claro está, la era
digital.
Otra lectura que recomiendo es La guerra y la paz. Buena obra es Cien años
de soledad, calificada por el escritor argentino Jorge Luis Borges como
una de las mejores novelas de todos los tiempos. |