Caos,
desolación y muerte. Ese era el panorama que se vivía después de la
sangrienta guerra contra la Triple Alianza. Los campos estaban sin
cultivar, la tierra palidecía, las gentes que habían sobrevivido al
holocausto habían perdido las fuerzas para levantarse de entre sus
escombros, pues la moral era un cosmos vaciado de luz.
Aparece
entonces la fuerza, la vibrante entonación poética del gran Victorino
Abente y Lago (1846 - 1935), quien escribiera, con el mismo afán
redencionista y la unción patriótica de Eloy Fariña Núñez, para la
contemporaneidad.
Me ha llegado un libro (GENTILEZA DEL DR. JULIO NISSEN), que contiene la
recopilación de Cándido Samaniego Abente. Ya no hay ejemplares del mismo
en circulación. El material de marras contiene “Noticias biográficas”
sobre Victorino Abente y Lago, así como una reseña biográfica del autor
de la obra: Cándido Samaniego Abente.
El prólogo pertenece al investigador, crítico literario y poeta Raúl
Amaral. Y decir Raúl Amaral es decir ¡cuán grande hombre e intelectual!
Escribe Cándido Samaniego Abente que, llegado su abuelo materno al
Paraguay en los primeros meses de 1869, la capital del Paraguay se
encontraba sitiada por las fuerzas militares de Argentina y Brasil.
Destaca que Uruguay no tenía casi presencia militar en nuestro país.
EL HOMBRE CLAVE
Raúl Amaral es el hombre clave en la búsqueda de las poesías de
Victorino Abente y Lago. Investiga don Cándido empezando a hacer una
revisión en la Biblioteca Nacional (a propósito de ella, ¿quién hará
rendición de cuentas y libros del sitio?). No encuentra nada en los periódicos
como “La Regeneración” y “La Opinión Popular” así como el
diario de ese año “El Derecho”, Sigue la búsqueda. Aparece por la
fecha “El Pueblo”. Tiene corta duración. Sus llamas se encienden en
octubre de 1870 para apagarse el 31 de diciembre de 1871. Hay en “El
Pueblo” una sección denominada “Mesa Revuelta”, escrita y dirigida
por don Victorino donde escribía sátiras, prosa en chistes, adivinanzas,
cuentos cortos y comentarios críticos sobre la situación política y la
vida social. Don Cándido copió muchos de aquellos materiales. Visitó 17
bibliotecas particulares, cuyos propietarios le facilitaron muchas de las
obras de su abuelo materno engrosando la colección.
Esta podría ser la historia de una búsqueda.
Una búsqueda rigurosa, que dio resultados inesperados, pues se llegó a
la recuperación del testimonio literario de un hombre, de un intelectual
que vivió los tiempos de la guerra y que buscó fortalecer el alicaído
espíritu paraguayo con su canto poético “La sibila paraguaya”.
Dice don Cándido Samaniego: “La publicación de este volumen sólo
tiene por finalidad dar a conocer a la actual generación del país, la
envergadura de la producción poética de Don Victorino Abente, quien, según
ilustres hombres de su época, fuera el verdadero PATRIARCA DE LA POESÍA
PARAGUAYA y el más grande cantor de la epopeya nacional después de la
desgraciada guerra de la triple alianza”.
Ojalá se reedite este material de Cándido Samaniego Abente, considerando
que él buscó denodadamente las obras de su abuelo materno.
Se hará justicia a su memoria y a su inquieto y admirable espíritu que
se avivó en dos años de búsqueda y se redondeó en un resultado de más
de doscientos poemas.
Escribe él: “Es probable que existan poesías aún no halladas...” .
Cándido Samaniego Abente nos permitió recrear su obra recopilándola
para que no cayera en el olvido; fue ayudado por anónimos y famosos que
no escatimaron esfuerzo para la publicación de la ANTOLOGÍA POÉTICA.Edic.
Litocolor 1984. |