Julio Cortázar |
Debo decir que los tres cuentos que más me impresionaron, durante la larga lectura de todas las obras del escritor argentino Julio Cortázar, son: “La autopista del sur”, “Casa tomada”, y “Carta a una señorita en París”. Pero quiero dejar un breve impresión sobre su libro Bestiario. Ocurre
que uno, a medida que se sumerge en los cuentos del volumen mencionado, va
tomando conciencia de su mundo poblado de situaciones extremas y de fantasía;
entonces el entorno, la hora, la rutina, los llamados telefónicos, las
cosas por hacer se van languideciendo, desvaneciendo en la mente. Es que
las criaturas, las preciosas y horribles criaturas de sus cuentos, exigen
una máxima atención por parte del lector. Por consiguiente, resulta que
uno le ofrece a la obra de Cortázar no sólo la más elevada forma de
atención y de cuidado, sino además una admiración (a veces sin límites)
por aquella manera suya de interpretar la presencia de un universo raro,
extraño (“Casa tomada”, por ejemplo). |
Con
Bestiario, el autor avanza en un lenguaje que juega con la cotidianidad y
un terror de las más distintas formas y prolongaciones. |
Delfina
Acosta
ABC COLOR, Asunción,
Paraguay, 12 de julio de 2009
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