Julio Correa y el pueblo
Karu Poka
Delfina Acosta

Karu Pokâ, drama social en tres actos, del cuentista, poeta y hombre de teatro, Julio Correa, ya se encuentra en circulación. El material lleva el sello editorial de Servilibro y cuenta con propuestas didácticas del profesor Nelson Aguilera.

Casona donde vivió Julio Correa

Julio Correa fue un hombre de múltiples talentos, pues no solamente interpretó, con la inteligencia de un político y de un humanista de su tiempo, el drama de los desnutridos, de los hombres que trabajan por una paga miserable, sino que también supo dar existencia artística a cuanto observaba en su entorno. Ubicándose en el centro exacto de un pueblo avasallado en sus derechos, escribió obras teatrales de fuerte contenido social.

Aquellas obras suyas llevaban el mensaje del soldado que iba al frente de batalla (él mismo peleó en la Guerra del Chaco). Algunas de sus creaciones teatrales solían ser representadas por campesinos que se ofrecían como actores de sus propias historias. Tanta era la identificación del paraguayo con la realidad estampada en los libretos.

Las obras de Julio Correa eran expresadas en el idioma guaraní, o sea, en la expresión más exacta del labrador despojado de sus tierras por las autoridades. Las mismas revelaban una verdad incuestionable, con cariz de resentimiento histórico.

Existía en el Paraguay de entonces, un teatro culto, dirigido a las élites asuncenas, y un teatro no culto, cultivado apasionadamente por Julio Correa, que, humanista al fin y al cabo, no podía dejar pasar el momento histórico que le tocaba vivir a América Latina, y, en especial, al Paraguay.

Cuando las representaciones teatrales del artista luqueño subieron al escenario del Teatro Municipal, se puede hablar, sin entrar en un análisis, porque el espacio de la página es breve, del nacimiento de la chispa de un hechizo. ¿Por qué? Porque qué puede resultar más afín al sentimiento del hombre paraguayo que la recreación de su existencia, de su subsistencia, de su situación social siempre despareja. Aquellas conversaciones animadas, apasionadas, expresadas en el idioma guaraní, eran aplaudidas por el público.

Es así que el teatro llega por fin al pueblo. Julio Correa, creador del teatro en guaraní, pone sobre el tapete de la comunicación artística, los pleitos entre comisarios, jueces y labriegos, las despedidas amorosas de los jóvenes que van al frente de batalla para defender a la Patria. También, con conocimiento de la problemática del campesino que ve perder su tierra en manos de los poderosos; apresura su pluma delatando los estragos sufridos por un pueblo víctima de calamidades, injusticias e inescrupulosidades.

Reseña biográfica de Julio Correa

Nació en Asunción el 30 de agosto de 1890. Fueron sus padres don Eleuterio Correa, portugués radicado en nuestro país al término de la Guerra de la Triple Alianza, y de doña Amalia Myskowsky, de origen polaco.

Desaparecido el padre, la familia emigró.

Julio Correa se estableció en la casa solariega, situada en la ciudad de Luque, en la cual permaneció hasta su muerte.

Como político, fue perseguido, apresado y conoció el exilio.

En 1920, se casó con doña Georgina Martínez. En compañía de esta nobilísima mujer de estirpe campesina, encontró el estímulo que le permitió iniciar y continuar su labor literaria.

Escribió cuentos, poesía y teatro. Además, fue un insuperable actor y exigente y dinámico director de teatro.

Murió el 14 de julio de 1953.

Delfina Acosta
ABC COLOR, Asunción, Paraguay, Domingo 29 de julio de 2007

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