Según
el expediente SIME N° 25.399 /09, percibe la suma mensual de 3.636 guaraníes
por los servicios prestados. ¿Qué se puede hacer con ese dinero? No es
ni el 0% del salario mínimo. No alcanza para dos pasajes en micro, ni
para comprar una fruta de la calle o una botella personal de gaseosa. Esa
cifra es una burla. Es una afrenta a la dignidad humana, a sus treinta y
un años de enseñanza. Es una bofetada final a un hombre que peleó y fue
herido en el infierno verde.
“Yo fui a los diecisiete y volví a los veinte años. Primeramente
regresé herido. Después me curé. Pero luego caí enfermo por tomar
mucha orina en el Chaco. Hice una marcha de por lo menos quinientos kilómetros
a pie; marcha forzada porque de arriba nos pedían refuerzos en vista de
que los bolivianos atacaban y nuestra tropas se encontraban muy reducidas.
Felizmente, cuando llegamos, los bolivianos se retiraron presurosos de
Yrendagué. Aquello fue una gran maniobra del Coronel Franco. Estuve con
él en Campo Vía. Las dos batallas más importantes ganadas por el ejército
paraguayo fueron dirigidas por él, que fue el héroe de la guerra”,
cuenta.
“Soy viudo. Tengo cuatro hijos, pero uno ya murió. Mi sueldo es una
tomadura de pelo. A todos nosotros que hemos defendido la patria se nos
tiene como trastos. Estaba yo en el Banco Agrícola del Paraguay, que fue
la base del Banco de Fomento. Salí en el año 1947. Me estaban pagando
1.500 guaraníes”, dice el veterano.
–¿Qué opinión le merece el Gobierno?
–Fernando Lugo vino a instalar su Gobierno cerca de este sitio (Ayolas
454). Fuimos seis, siete viejos, junto a él. Nos atendió muy bien porque
éramos excombatientes. Lo primero que yo hice fue pedirle el aumento de
la pensión de los veteranos y de las viudas; las viudas son las pobres
mujeres que han cuidado a nuestros camaradas. Todos vinimos mal de la
guerra. Necesitamos cuidados especiales. Pedí un millón de guaraníes.
Al día siguiente suena el teléfono y habla el diputado fulano de tal
diciendo: “Yo le llamo en nombre de la Cámara de Diputados para que
vengan a presenciar la forma como se va a resolver el problema del aumento
de la pensión. Para hacer una especie de “hinchada”. Apenas ocho
fuimos. Nos hicieron sentar. Se trató el problema. Se resolvió que se
daría un millón de guaraníes a todos los veteranos y a todas las
viudas. Los senadores bajaron los un millón a quinientos. Todo se disipó.
Y al final, a mí me tocó, como jubilación, tres mil seiscientos treinta
y seis guaraníes. Yo hice mis servicios en la Escuela de Comercio N° 1 y
N° 2. Estuve años en el Colegio Militar. La dictadura me hacía apresar.
A veces una semana, otras dos. Estuve en la Facultad de Ciencias Económicas
varios años y de repente, me apresaron. Mis alumnos escribieron en las
paredes del Teatro Granados: “Exigimos la libertad del Profesor Ríos y
su restitución a la cátedra”. Me piden que renuncie, por orden
superior. Yo no renuncié. Les dije que me destituyeran, pero que no
renunciaría. Me dijeron que eso no me iba a convenir para mi jubilación.
Pero jamás renuncié.
Pensión de veteranos
De acuerdo con los registros del Ministerio de Hacienda, un total de 2.550
veteranos de la Guerra del Chaco reciben mensualmente la pensión y ayuda
social de la Secretaría de Acción Social (SAS).
Cobran 1.300.000 guaraníes como pensión en la Caja de Jubilaciones y
1.200.000 guaraníes de bonificación de parte de la SAS, en el Banco
Nacional de Fomento (BNF).
A este monto se agrega este mes la gratificación o el aguinaldo, de
1.300.000 guaraníes, que actualmente lo están percibiendo desde el
viernes 18. Hoy cobran aquellos con número de beneficiario desde el
262.514 al 280.250, y mañana, de 280.251 al 292.409. El pago se reinicia
el lunes 28 y culmina el miércoles 30 próximo. |