José Luis Appleyard |
Seguramente, José Luis Appleyard, que de haber vivido tendría ahora ochenta años, fue no solamente un poeta de marca mayor, sino también un personaje. Traerlo a la memoria, al recuerdo, es imaginarlo con un cigarrillo en los labios. Bohemio hasta las últimas consecuencias, parecía, a veces, perdido entre el humo de su cigarrillo, en el bar San Roque.
|
No importaba para él, que la
noche estuviera ya muy pasada, que el frío y el viento rugieran en las
calles, pues quería beber hasta la última gota la vida nocturna,
charlar, celebrar la palabra, antes de mandarse a mudar a su casa.
Maestro, tenía muchos seguidores. Por la profundidad de su pensamiento,
por su amplia cultura, por ser, definitivamente, un artista consumado, los
aprendices de poetas y los poetas ya maduros en el arte de la palabra
buscaban su conversación. Cualquiera de los que lo conocimos tiene un
recuerdo de su figura, de su apego a los libros, de su culto al Arte. En
una oportunidad, le pregunté sobre sus poetas preferidos. Me citó varios
nombres, por cierto. “¿Y Borges?”, le pregunté. “No; no me
gusta” fueron sus textuales palabras. Hijo de una época dorada de la
producción literaria, su nombre hasta hoy es sinónimo de versos. Desde
el punto de vista general de la poesía paraguaya, José Luis Appleyard es
considerado uno de los más representativos y auténticos modelos de las
letras poéticas. Con conciencia de intelectual y de poeta enfrentó la época
que le tocó vivir. Sus obras adquirieron expresividad exquisita. Tal vez
ellas requieran una revisión profunda de los críticos nacionales y
extranjeros. FILOSOFÍA INQUIETANTE Sensible hasta la médula, interpretó el mundo con una actitud filosófica inquietante. Demasiado inquietante. La musicalidad, los endecasílabos, formaban parte de su oficio, de su técnica impecable. La pesadilla del mundo fue abordada por su poesía con un dejo de melancolía, de humano sufrimiento, de desamparo y soledad. Escribir le hacía falta siempre. En los versos encontraba su manera de cantar, de gemir, de florecer, de echar una semilla de trigo, de vaga ilusión, de esperanza en sí mismo. Fue el hombre que tuvo por causa la poesía. Se me ocurre que plantó una fe total en el arte. Appleyard nació en Asunción en 1927. Hizo sus estudios primarios en su ciudad natal; obtuvo el título de bachiller en Buenos Aires. Ha sido uno de los fundadores de la Academia Literaria del colegio San José, en 1940. Recibió numerosos premios literarios. Entre sus obras publicadas se citan: Entonces era siempre (poemas) 1963, El sauce permanece (poemas) 1965, Aquel 1811 ( drama poético ) 1971, Los monólogos de José Luis Appleyard, 1973, Tomado de la mano (poemas) 1981. Ha publicado poemas y cuentos en diarios, revistas y antologías del país y del exterior. |
Mirándome de lejos a mí mismo |
Delfina
Acosta
ABC COLOR, Asunción, Paraguay, Domingo 6 de mayo de 2007
Ir a índice de América |
Ir a índice de Acosta, Delfina |
Ir a página inicio |
Ir a mapa del sitio |