Infante
don Juan Manuel |
He estado leyendo un libro por demás precioso. Nada mueve más a la voluntad y a la imaginación que aquellos textos de las primeras horas de la literatura española. Razón tiene (parece) un amigo mío, que es también poeta como yo, y vive en España, al decirme que la escritura de los últimos tiempos se está viniendo abajo. Yo
mantengo la esperanza de que en algún período de la historia, ella, la
escritura, pueda reflotar por lo menos, bajo la presión de la
indiferencia. Lo que de provecho, de interés y de precioso hay para quien gobierna un Estado, o un reino, es la confianza y la amistad halladas en un buen consejero. El conde Lucanor prestaba atención suprema a Patronio, hombre apegado a los consejos y a las cátedras. |
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Delfina
Acosta
ABC COLOR, Asunción,
Paraguay, 5 de julio de 2009
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