Daniel Torales |
Hay
compositores e intérpretes del cancionero guaraní que siempre tendrán
un lugar de privilegio dentro de nuestra memoria colectiva. ¿Por qué?
Pues porque han sabido interpretar —cabalmente— el sentir del
hombre de nuestra tierra, o sea del labriego, expresando las acentuaciones
humanas de su entorno y los motivos de sus alegrías y de sus penurias. |
Y
le ocurre una cachetada del destino: Su esposa, estando él en el
destierro, lo convence para poner a su nombre todas las propiedades que
tenía en el Paraguay. Teniendo la mujer de Teodoro S. Mongelós un
documento que avalaba su poder absoluto sobre toda la pertenencia del
artista, vende el negocio, la casa, los vehículos y desaparece para nunca
regresar. |
Todo está perdido Libre cual brisa de la mar un día las calles recorría en suelta vaguedad; y en la mágica red de tu mirada, cual siempre despiadada, perdí mi libertad. Luego, una chispa de sonrisa ardiente vino a encender mi mente en llamas de ilusión; y soñando inocente como un niño, al ganar tu cariño perdí mi corazón. Mas la hoguera también hase apagado, acaso al soplo helado de tu cruel desdén; y hoy la dicha soñada de tu seno, de mil placeres lleno, perdida está también. Sé que la rosa de tus labios pura, jamás con su hermosura mis labios tocará, y hasta la luz de la esperanza mía, también desde este día miro perderse ya. Otro amor en tu pecho inmaculado, holgándose a tu lado, su edén encontrará; yo solo espero como bien la muerte, pues para mí, al perderte, perdido todo está... Delfín Chamorro |
Delfina
Acosta
ABC COLOR, Asunción, Paraguay, 15 de Mayo de 2010
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