Coloradismo y mediocracia |
El coloradismo equivale a la mediocracia. Desde que se arraigó en el poder, el Partido Colorado marcó con la cruz cenicienta del exilio a quienes, entusiasmados con la fortuna propia de sus ideas, elaboraban planes heroicos para derribar a la dictadura militar. Donde antes las señales de vida eran pañuelos de ilusión largados a las alas del viento, empezó a crecer la maleza, se extendió el musgo y el cálculo utilitario de los militares restó de la patria la fértil tierra para convertirla en grandes hectáreas de propiedad privada. Después de la caída del dictador y asesino Alfredo Stroessner, subieron a la presidencia de la República, no hombres, sino informes copias de la humanidad. Ninguno de los presidentes colorados tuvo grandeza de espíritu. Todos alentaron la vulgaridad y el fanatismo en las concentraciones masivas de los campesinos durante los actos partidarios. El prototipo del discurso agresivo, calculado para enardecer a la masa, era oído a menudo desde las tarimas. Era
–asco sobre asco– el discurso predecible que hacía la apología del
“glorioso Partido Colorado”. Sabemos que cualquier hombre, bajo los
efectos del alcohol, se convierte en un hurrero. Alcohol y hurras
terminaron por domesticar a tantos compatriotas que merecían, sin lugar a
dudas, un mejor destino. Los
mediocres, productos del coloradismo, en gran parte, están destinados al
fracaso. El coloradismo es la antítesis de la corrección, la moral, el ensueño y el idealismo. Sus máximos representantes (todos los conocemos) son personas hábiles en la hipocresía, que conspiran, desde la sombra y la seguridad que les da el poder, contra quienes, sin máscara alguna, se empeñan en la búsqueda de un modelo distinto de sociedad. Hay espacios nuevos y mejores que los hombres deben conquistar sobre la base del esfuerzo. Nuestro punto de partida puede parecer errático para quienes no tienen desarrollada la disciplinada del trabajo. Tras haber elaborado una estrategia para sacar mayor rédito económico de su condición de gobernante, el político colorado a lo suyo se dedica. Los políticos de la alianza y el pueblo debemos dar batalla. |
Delfina
Acosta
ABC COLOR, Asunción, Paraguay, 9 de junio de 2008
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