Aníbal A. Romero Sanabria |
Uno observa la inmovilidad
del cielo que se torna negro, con algunas luces de estrellas, en la noche,
luego el aletear de un ave de plumaje colorido, también al labrador
trabajando la tierra en busca de su diario sustento; uno observa cosas:
rostros iluminados por la alegría o rasgados por un pensamiento triste,
árboles tachonados de flores que dejan en el viento un perfume; uno mira
cosas: una hilera de hormigas, como una cadenilla de oro, cercando el
cuerpo sin vida de una avecilla blanca. Creo que habrá pensado no
solamente en la naturaleza viva y esplendente, sino además en el amor de
una mujer, de unos ojos grandes y amorosos, y de unas manos tibias, Aníbal
A. Romero Sanabria, autor del texto Corazón de arcilla. |
Hay
un poeta inquieto, apasionado, en el alma del autor que tiene, pareciera,
memoria eterna de su padre y de los valores morales. |
Corazón de
arcilla Latiendo, latiendo, entre amores memorias y desmemorias, mi corazón vive cual nido de palomas. Como un reloj que marca mi tiempo, este corazón de arcilla, se vuelve vasija que contiene un mundo de oraciones truncas y calendarios muertos. Pobre corazón de arcilla, que quiere cambiar al mundo llenando de flores y de justicia ese ranchito triste casi de hornero. Pequeño péndulo que te agitas entre la sed de justicia y amores sedientos. Pequeño corazón de arcilla te prometo... lo juro... que nunca... nunca morirás de viejo. (Aníbal A. Romero Sanabria) Poema Yo ya no sé qué se puede decir y estoy hablando que se puede alentar y estoy pensando en no sé qué figuras desvaídas, en no sé qué quimeras obsoletas de galopes cayendo hacia la nada. Y me pongo a cantar pero el sollozo el sollozo que anuda tu garganta ese oscuro sollozo que del fondo sube entre lutos y geranios tristes para anegarme como a ti en el llanto. Yo ya no sé mas quisiera ensayar en diez mil tubos esa estúpida pugna de hacia dónde? el último clamor de los envites y huracanar las bambalinas agrias de este circo del llanto y destrozado. Tal vez sean las últimas amarras las flatosas trompetas de un juicio? Tócame pues muy loca levemente dame vino locura y qué que importa y me pondré a vivir e iré muriendo. |
Delfina
Acosta
ABC COLOR, Asunción, Paraguay, 5 de Junio de 2010
Ir a índice de América |
Ir a índice de Acosta, Delfina |
Ir a página inicio |
Ir a mapa del sitio |