Resumir
lo que nos ocurrió, de bueno y de malo, en el transcurso del año es
importante para entender clara y conscientemente en qué fracasamos (y
por qué) y en qué triunfamos o alcanzamos la medianía. Siempre hay
que echar a funcionar el sentido autocrítico que es la evaluación por
excelencia. Y las evaluaciones no deben ser evadidas, a menos que seamos
cobardes.
Soy una mujer que piensa que a la vida hay de darle metas. La existencia
gira con sentido armonioso cuando uno se propone hacer algo y lo
consigue aún cuando le vayan acidez estomacal y dolor de cabeza en
ello.
De más está decir que nos proponemos hacer, por lógica, lo posible,
si bien, cuando tenemos en vista que el músculo puede arquearse más y
el intelecto rendir sus mejores frutos, uno puede proponerse también lo
imposible.
Cuánta gente se ha propuesto llegar a una situación imposible, que
requiere la suma de esfuerzos y más esfuerzos. Y ha llegado a la meta.
Lo principal para estar a gusto con los pasos que vamos dando para
alcanzar los objetivos es estar sanos.
La salud es, por sí misma, una meta que se conquista con el cuerpo y la
mente relacionados armónicamente.
Hay muchas metas que los jóvenes paraguayos se han propuesto, pero no
han podido llegar a ellas, porque la sociedad está fuertemente
maniatada por la pobreza.
Me duele hablar de los jóvenes y de su estado de ansiedad, y a veces de
depresión, pues, aún con un título en las manos, no consiguen
empleos.
El trabajo dignifica al hombre.
A partir del trabajo bien remunerado, el horizonte empieza a clarearse y
a motivar a quien trabaja.
No quiero ser una quejosa. Quiero ser puntual. Quiero transmitir la
necesidad imperiosa que tiene el Gobierno de abrir el año entrante
poniendo énfasis en el factor trabajo.
Sin trabajo nos morimos.
Nuestro ánimo flaquea.
Que se cierren las bocas de los políticos asquerosos que solamente
quieren armar líos o buscar un mejor puesto dentro del área
gubernamental. No les importa un bledo lo que a todos nos importa, y nos
inquieta, y a veces nos saca el sueño: ¡el trabajo!
Muchas familias paraguayas verán cerrarse las puertas de este año con
desánimo porque no teniendo sus miembros un empleo que los sostenga, es
muy poco lo que se puede cosechar.
Que se callen los políticos que andan de chisme en chisme y que no
tienen la capacidad de trabajar diligentemente a base de una idea tan
elemental y tan vital para la calidad de vida de los paraguayos: el
trabajo.
Trabajo para los jóvenes que, desesperados, se drogan en las calles,
ante la vista de las gentes.
Trabajo para la mujer que debe sostener una familia.
Trabajo para el ser humano talentoso, con imaginación abierta en
racimos, pero incomprendido dentro de la sociedad en que se desenvuelve.
Buena paga para quienes, aún en tiempos de crisis, levantan la venta en
los negocios, en las empresas, en los sitios donde la humanidad hace el
hábito corriente de la venta y de la compra.
Pido un gran deseo: que se vaya al diablo este año flaco en
oportunidades laborales para tantos jóvenes talentosos que son, que
deberían ser, el engranaje de una sociedad que progresa.