Fuegos financieros
están azotando alrededor del mundo, incinerando las economías de las
naciones como si fueran una plaga, volviendo cenizas que arden
lentamente todo lo que tocan.
Este fuego empezó, quizás con más peligro, en el otoño de 2008, cuando
la economía de Estados Unidos tuvo una precipitada caída con la
explosión de hipotecas falsas que destruyó las bases de los mercados de
viviendas.
Poco después de eso, las canceladas hipotecas (casi siempre presentadas
y procesadas en violación de la ley) cerraron millones de hogares,
mandando a los pobres a casas de hospitalidad o a las calles a
defenderse por sí mismos.
Esas erupciones económicas han repercutido alrededor del mundo, creando
grandes problemas en muchas naciones, haciendo que sus economías lleguen
al punto del desastre. Los líderes políticos, de todos los partidos,
tomaron enérgicas medidas para proteger y defender las fortunas de los
ricos dándoles grandes cantidades de dinero para salvarlos.
Esos líderes pusieron sus ojos en los programas sociales, en los
derechos de los trabajadores; pasaron las llamadas medidas de austeridad
abiertamente contra el pueblo, para quitar más a los pobres y a las
fuerzas laborales.
Cuando el político griego, Primer Ministro George Papandreou, decidió
hacer un referéndum sobre estas medidas, los países ricos, usando los
medios de comunicación, desataron una guerra encarnizada contra él
forzándolo a renunciar su cargo. A Grecia, la nación donde supuestamente
se practicó la democracia por primera vez, se le niega el derecho a
votar sobre sus salarios, sobre sus beneficios, sus horas de trabajo; en
verdad sobre su propio futuro. Porque "el mercado" lo va a decidir...
Porque "el mercado" no tiene tiempo para la democracia.
Lo que Grecia demuestra, y pronto Italia, es que los políticos se
arrodillan frente a los grandes altares de las finanzas --y que los
inversionistas tienen mucho más poder que los presidentes y los primeros
ministros.
Es verdad, Europa se distinguió en 1999, cuando adoptó el Euro --una
sola moneda para toda Europa (con la excepción de Gran Bretaña). Sin
embargo, las naciones no tienen autoridad sobre su moneda: si la moneda
sube, si cae, si flota o si se estanca, otros van a decidir. ¡Los
inversionistas!
Ante la embestida económica internacional que exprime la aorta económica
de una nación hasta ponerla de rodillas, los primeros ministros no
tienen importancia. Papandreou renunció, y el pícaro Silvio Berlusconi,
derechista italiano, está a un paso de la horca.
Los historiadores Will y Ariel Durant en su libro, Lecciones de la
Historia, publicado en 1968, dicen: "... hombres que pueden administrar
hombres administran hombres que solo pueden administrar cosas; pero los
hombres que pueden administrar dinero, lo administran todo" (página 54).
Los descendientes de Aquiles y de Odiseo; y los de César y de Adriano,
se inclinan frente a los banqueros.
© ’11 maj
por Mumía Abú-Jamal
9 de noviembre de 2011
Gentileza de Candela 369 Google groups
candela369@gmail.com
Traducción libre del inglés enviado por
Fatirah Aziz, Litestar01@aol.com,
hecha en REFUGIO DEL RIO GRANDE, Texas. |