Gente De Letras, 20 de octubre del 06.

“Tu atroz no estar”, de Nisa Forti Glori, Ayala Palacio Ediciones, Bs As, 2005.

por Graciela Zolezzi Faure  

Estuve a punto de decirles que es el primer libro de poemas de Nisa, pero tiene razón Esther de Izaguirre cuando afirma en la contratapa: Tu Atroz No Estar no es un primer libro porque “ no es una promesa sino la manifestación de una gran poeta en su mejor momento creativo “.

E inmediatamente escuché a mi hijo mayor que en un difícil momento de su vida contestó a mi pregunta: por qué no escribís más poesía ¿ con un “ duele mucho mamá “.

Y sí, la poesía duele y mucho. Y lo diré con uno de los poemas del libro porque su autora lo transfiere escueta, con fuerza dramática que hace nos duela y nos desgarre a nosotros.

El poema se titula así, Desgarro y dice:

Soy un muñeco roto. Hecho añicos,
Arrojado a un rincón.
Ya no soy mujer.

Una flor sin pétalos

deja de ser flor.
Una mariposa sin alas
deja de ser vuelo.

Se anubla la luz de las luciérnagas
que parpadea milagro en los jardines,
dejan de ser luciérnagas.
Si el desgarro extingue
las ganas de vivir;
si oculta el resplandor de las galaxias;
si amortaja una tarde de esperanza;
si te veda el susurro: “ Yo te espero “;
si el vocabulario borra la palabra 
“mañana”;
si anula de las conjugaciones
el futuro del verbo,
el cálido plural,

ya no habrá primavera ni gramática,
los sueños, incumplidos,
las promesas,
el pronombre “nosotros”…

las estaciones se vuelven rutinarias.
Los colores, ficticios;
la sonrisa, forzada,
la luna, artificial.

Los pájaros son otros,
no los nuestros.
No nos llegan sus cantos.
Y las flores se abren
           ya marchitas.

Lo poético, ya se sabe ni nace ni se dirige al intelecto: surge de la vida, apunta al corazón, nos conmueve hasta el estremecimiento…sólo entonces ha cumplido su objetivo, está logrado, es poesía.

Desde aquel romántico “Poesía eres Tú" de Bécquer pasando por los bellísimos versos de Neruda en el final de su Canto General: “…por fin soy libre dentro de los seres/ y de la soledad acorralada/ salgo a la multitud de los combates/ libre, porque en tu mano va mi mano/ conquistando alegrías indomables/ libro común de un hombre/ pan abierto/ es esta geografía de mi canto…”, hasta la definición de Benedetto Croce: Poesía es el amor en la eutanasia del recuerdo, se escurre de definiciones. No obstante yo creo que en este libro podemos acentuar la de Croce.

La gracia

Si Dios me concediera la gracia
de conservar la huella de tus brazos
sobre los cuales hubiese gravitado, muerta.
Y de sentir mi peso sobre ellos
palancas de la vida,
consciente en las tinieblas
de su presencia luminosa y viva,
ahora mismo trocaría mi vida por la muerte, 
para que nuestro amor fuese inmortal.

Este poema comienza el libro y está fechado en 1954: quiere decir mucho. La escueta dedicatoria dice: A Lito, su marido recientemente fallecido, el amor de su vida, inmortal claro, inmortal porque como ella señala después del título en frase de Unamuno: “Cuando se dice a alguien “te amo” quiere decir: “tú no morirás”.

No obstante, ya en la hermosísima figura de la tapa, la escultura de Hebe Torlaschi, nos entrega la desolación de la ausencia, esa mujer destruída por el dolor que la agobia envuelta en sí misma, buscando el abrazo que sólo quedó en sus entrañas.

Como nos dice Nisa en

Mujer roca

Por qué me lo quitaron
Qué mal hicimos en querernos tanto.
Hablo con los demás como si nada.
Bebo, sonrío, me enojo.
Finjo vivir.
Es lo que de mí se espera.
Mujer roca, me dicen. ( Qué consuelo! )
Quizás piensen:
“Al final ¿lo siente tanto?“
“Se te ve bien“ 
“Estoy engordando…”
¿Quieres salir? Quiero
¿Quieres morir?
Quiero.

Un poema lapidario, sobre todo para si misma. En ese cuerpo doblado sobre sí hay dureza más que de arcilla, de mármol con carne y sangre desgarrándose al estar sin poder llegar, encerrados.

El volumen, publicado por Ayala Ediciones, tiene como todos los de su sello, una excelente presentación.

Se imprimió en Artes Gráficas en octubre del 2005, hoy cumple años pues. Está dividido en tres partes: esta primera, esencialmente amor. La segunda titulada “ Contrapunteo entre ella y él “ son también poemas de amor pero en el desencuentro y el desamor, está dedicada a su madre “ que conoció el atroz no estar del abandono “ Y finalmente “ Aquel concierto de luces “ de donde citaré solamente el poema

Madre gringa

Hoy lloro el llanto que lloró mi madre.
Con los ojos perdidos en el mar
en que se alejaba
la vela de mi destino
Madre
qué es lo que deseas
cercenarme las alas…
Yo volveré algún día.
La fortuna me llama:
América es su nombre.

Mi madre ha muerto
sin besar mi regreso
pero hoy lloro su llanto.
Es mi hijo el que se despide
a mis ojos de espanto.
Europa,
el nombre de la fortuna…

Y yo, extranjera
que me fui y planté mis árboles
con las semillas que traje
del materno jardín,
yo, extranjera, aquí me quedo
con mis raíces fluctuantes
y me río frente al cielo y la distancia,
del entusiasmo que un día fuera mío
y que hoy es tuyo,
que le robó a mi madre
que me desangra a mí.

El hijo subirá los ríos
hasta la fuente
que me vio traicionar los patrios lares
llevando las semillas
sacadas de su gleba
y que ahora se vengan.
Yo, desertora
en el peor de los exilios.
El hijo que sigue navegando
con las velas henchidas
por un viento implacable.

“ Mamá – me dijo – 
tú comenzaste el viaje…
La línea que alcanzaste
era engañosa.
Hay que seguir andando
qué es lo que deseas
atarme a tu regazo,
cercenarme las alas…
Ya veo el horizonte.
El porvenir es mío…”

Ante mis ojos
perdidos en el mar
se desdibuja pálida
la vela que lo lleva.
Mientras yo, gringa,
lloro a solas
el llanto de mi madre.

No me equivoco al decir que muchas de nosotras lloramos con Nisa, tengamos o no las mismas circunstancias porque “ poesía es el amor en la eutanasia del recuerdo “ y eso: amor- recuerdo, está en cada uno de nosotros resurgido, trasmitido por este hermoso poemario de Nisa que aquí le dejo: Tu Atroz no Estar.

Gracias.

Graciela Zolezzi Faure
Presentación del 20/10/06 en el Encuentro de Gente de Letras en su sede de Buenos Aires.

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