Comentarios de Eduardo Milán y Michéle Ramond |
Quiero resaltar el aspecto lingüístico de la poesía de Ida Vitale porque se trata de uno de los más límpidos que conozco, de los más precisos. Es, básicamente, el lenguaje del juego. Poesía riquísima en aliteraciones, antítesis, paronomasias y toda la danza poética del significante que quiere evidenciar su cuerpo. Porque sólo quien acepta el tiempo puede jugar. Y sólo quien entra al tiempo con plena convicción puede jugar bien. Jugar, por ejemplo, bajo la permanente mirada de la muerte o jugar, por ejemplo, en la cuerda tensa de la fugacidad, sin que el juego anule la gravedad del concepto y sin que el peso del concepto anule la vivacidad verbal. Sólo se puede escribir así por una actitud de absoluta aceptación. O por el desvelamiento de la limpieza de una herida. O, en ambos casos, por el difícil equilibrio de una conciencia poética muy singular. |
Ida Vitale
Contratapa de "Ida Vitale - Obra poética I"
Arca, Montevideo 1992
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