El "Boliche Falcón” de la calle Yaguarón y Durazno se ha convertido poco menos que en un templo del negro. Los cuadros y maderas que penden de sus paredes como nuevos mosaicos de una mística popular, han dado a este lugar de reunión un inusitado ambiente con caracteres propios.

Nada ha sido modificado en el local. Sólo la forma de ubicar los cuadros ha hecho el milagro de ofrecer al visitante una carga de color que contrasta con el gris verdoso o azulado de las paredes y los altos techos.

El que expone es Galloza. Un pintor de color que ya tratara este tema desde tiempo y expusiera en Negro - Can una muestra el pasado año. Sus trabajos implican una búsqueda hacia la estilización del negro. No son sus pinturas una copia del espectáculo carnavalesco ni una traducción más o menos justa de la realidad negra. Sino que Galloza incursióna en el difícil encuentro de un estilo, por medio de cierta geometrización y estiramiento de las figuras.

Procura, empero, ceñirse a la vida y a la realidad en el aspecto temático, ya que no elude ni el conventillo ni los grupos de vecinas, ni el negro carnavalesco sino que, dentro de tales motivos, fluctúan sus ideas plásticas y las maneja en la simplificación del movimiento y en el colorido de las vestimentas, no faltando un tinte dramático.

Galloza ha pintado otros temas, colmo un Cristo negro y figuras más detenidas en sus espacios coloristas.

Su técnica se aboca a la combinación o al óleo, a los barnices y al trabajo sobre tablas que a nuestro entender son los más acertados de la exposición. Una muestra que denota a un pintor en pleno trabajo, y a su feliz idea de buscar una insólita ubicación para una experiencia de barrio.

Galloza viajará pronto a Brasil a seguir estudiando todo lo referente al folklore americano, del cual es un cultor entusiasta.

Obras de Ruben Galloza