Galería del Portal

Raquel Orzuj y su fascinante universo gráfico y colorido

Diario El Día (Montevideo, 17 de diciembre de 1977)

Raquel Orzuj junto a uno de los cuadros que se caracterizan por su unidad

entre la lírica poesía y su concepto plástico, resuelto con original técnica y expresión.

Raquel Orzuj expone simultáneamente en Washington y Montevideo.

Lo hace en la sede de la OEA. que auspicia también su muestra en la “Galería del Portal” (J. B. Lamas 2953).

Esta retrospectiva calibra el proceso de la pintora a través de varias formas interpretativas de su hacer plástico.

Sus primeras tomas del natural como principios de su búsqueda en la simplicidad de su concepto, revelan ya una preocupación por saldar el camino que exigía la depuración para tomar valor netamente pictórico.

Su valiosa investigación en el tema, va engranando nuevas propuestas del espíritu que asocia con su técnica. Es de tal manera que se conjuga un lenguaje afín a la expresión plena con el motivo que la alienta.

Encontrar una definición mediante la ejecutoria original, era precisamente lo difícil, lo que cada artista experimenta hasta llegar a lo que cree su destino formal en el mundo de la pintura.

Raquel Orzuj encontró tal investidura. Pero el hecho en sí transita por raras vías en las que la signación tiene que ser elemento coincidente con la brújula que marca su pasaje a la meta fijada.

Y como siempre sucede, la serie es la que da la clave de este inquieto panorama que alterna en un mundo que toma su volumen en el doblez del plano. Como si un objetivo rollo desenvolviera sus palabras, y diera a leer y meditar todo el complejo mundo que creó la artista.

El ritmo toma poesía por el devenir de sus propias expresiones.

El relieve sale de su margen, pronunciando una palabra de la que vemos tal vez una letra, pero de la que adivinamos la sugerencia, la virtud escondida y pronta a aparecer en la luz que ilumina hacía afuera la razón del volumen y la forma táctil.

Ese diccionario del universo que va confeccionando Raquel Orzui. se expande con vital ejercicio. Como grabado en una piedra, el idioma que cree ia pintora encuentra salida en otras etapas. Una intermedia más compleja. Más dinámica, v tal vez barroca, pero muy subjetiva, detallista, con grafismos cambiantes y apretados en pequeños índices valorativos de una estructura cerrada y de apretada solución frontal.

Luego llega su última manera, en que poco a poco va encontrando salida a las nuevas formas que en secuencia, van apareciendo en un prolijo y constante hacer.

Esta exposición nos da una sensación clara de la sensibilidad de la artista, de su fuerte temperamento recostado a realizaciones como “La serie de la Paz”, en que el tema y su función expresiva, emparentan con la técnica una imagen firme dentro de su fantasía, que por cierto no falta, como una de las condicionantes esenciales de la obra.

Ver, además:

Raquel Orzuj camino a Washington, por Eduardo Vernazza - Diario El Día (Montevideo, diciembre de 1977)