Carmelo de Arzadun fue uno de esos pintores en que el tema predominó. Aun cuando en su larga trayectoria supo de experiencias, su verdadero encuentro con la pintura se verifica ante la naturaleza.

Es entonces que logra, mediante la técnica post impresionista, recurrir a la interpretación del paisaje uruguayo, y las costas, bosques y sierras, aparecen bajo una mirada cálida y serena.

Sus primeras obras, muy coloristas y tratadas en planos, resuelven las condiciones que Arzadun poseía para delimitar la composición. Y aunque ésta no fuera su fuerte, supo de acertados cuadros en los que la figura sintió la esencia pictórica de una mano analítica y estudiosa.

Cuando llega Torres García con su impulso casi revolucionarlo de pintor moderno que conmoviera el ambiente nacional, Arzadun se alista entre los artistas que desean asimilar las provechosas enseñanzas del maestro.

En lo que atañe a la influencia que pudo haber tenido el Taller de Torres en Arzadun, hallamos el cambio fundamental de paleta como elemento positivo, que seria luego un factor importantísimo para que Arzadun encontrara la verdadera faceta crómica que haria sentir el paisaje de costa, cielo, mar y arena, pintado en distinta forma que hasta entonces.

Tuvo la virtud Arzadun, que experimentó en otros aspectos de la pintura del Taller, de saber deslindar aquello que no convenía a sus proyectos personales. Ya maduro en su oficio, candente de sus valores, sabia que sólo ante el tema podía afrontar una obra duradera. Y la emprendió con todo fervor, hasta triunfar totalmente y ocupar el sitial que hoy ocupa entre los primeros pintores uruguayos. La muestra que exhibe en Moretti, ha sido seleccionada entre parte de su obra. Cuadros poco conocidos alternan con otros que son parte de la obra de Arzadun.

Sus notas de París componen una de las más hermosas series que pintara.

Su colorido fue ganando con el tiempo, y si los ocres mantuvieron vigencia en otros paisajes, los azules y violetas convirtieron a su pintura en un verdadero poema de la naturaleza.

Rincones coloridos en los que juegan los planos matizados con el toque vibrante, promueven una variante en esta exposición. Sin ser de las más destacadas del pintor, sí en cambio, muestra la riqueza de un artista que trató la naturaleza con una dosis personal que le dio carácter especial en la pintura nacional. Con su obra ganó las más altas distinciones en los Salones. Incluso la Beca de la Bienal, usufructuando la cual realizó uno de sus últimos viajes al viejo mundo, que le deparó la alegría y la oportunidad de pintar, nuevamente, los motivos de su juventud.

Fue así que trajo a Uruguay un bagaje valioso de cuadros, varios de los cuales se hallan precisamente en esta exposición homenaje, organizada por Galería Moretti.

Carmelo de Arzadun en el Museo Nacional de Artes Visuales (Uruguay)