Concejo Departamental de Montevideo

"Miguel Angel y el Renacimiento"

por Eduardo Vernazza

Suplemento Huecograbado del diario "El Día", Montevideo, 20 de diciembre de 1964

El Esclavo, La Noche y El Crepúsculo. Al fondo el San Jorge, de Donatello,

completa este rincón, magistralmente distribuido. 

Foto y texto escaneado del Suplemento mencionado (papel diario)

El Comité Nacional de Homenajes en el IV Centenario de Migue! Angel con Concejo Departamental de Montevideo, han promovido una extraordinaria exposición, que creemos por su presentación, y desde luego por las obras, no tiene precedentes en nuestro país. En el primer piso del Palacio Municipal, en una amplia galería acondicionada técnicamente, de forma que sirva de marco a la validez de la muestra, se hallan en principal destaque esculturas de Miguel Angel. Luego, algunas pertenecientes al Renacimiento Italiano; Donatello, Sansovino, Luca Della Robbia Chiberti, Da Majano, Laurana.

El sentido didáctico que se ha dado, el catálogo y la descripción biográfica que se entrega a cada visitante; toda la información en letras bien legibles, junto a una serie de fotografías de gran tamaño, en las cuales se complementa la obra del genio, ajustan un total acierto de las autoridades, que creemos, deben dejar la muestra durante toda la temporada veraniega, para que el turismo pueda valorar este homenaje de carácter universal. El Concejo Departamental, ha sabido encarar en su dignidad absoluta, una difícil exposición. Ha logrado una iluminación de notables efectos que destacan desde lo alto, los valores, acentuados en el modelado, por una mano genial, que no tuvo ni tendrla límite en e! mundo de las artes, como lo es la de Miguel Angel, exclusión viviente de un mundo de gigantes, que aquí podemos apreciar en toda la magnificencia de su fuerza increíble, de su impulso interior, de ese desconcierto que provoca el creador cuando sobrepasa lo imaginable. Los griegos llegaron al súmun de la perfección humana, del ideal de belleza, de la serena constancia de 'as formas. No podía sublimarse más. Aparece en el Renacimiento Italiano la figura atormentada de Miguel Angel — 1468 —. Viene de Caprese, provincia de Arezzo, y en 1475 entra de aprendiz en el taller de Chirladaio v en el año 1498, pasa a ía Escuela de escultura de Lorenzo de Médicis, y su vida cobra un rumbo en el que había de ¡legar a cumbres a las que nadie supo escalar como él.

La vastedad de su obra, como el tormento en que fue ejecutada, hablan de una pasión que se debate entre la vida ansiada y la segura muerte que vendrá antes de terminar todo ¡o soñado..

La Puerta del Paraíso Opera de Santa Maria del Fiore foto Antonio Quattrone

Esta angustia que le persiguió durante toda su existencia no le dejará paz al alma, que busca consuelo en la poesía, y desahoga su dolor terreno en las cartas familiares. Esa figura enjuta, misteriosa casi, que vive entre bloques de mármol, desconfiado, huraño, sólo, va y viene; de las montañas de Carrara, a la Ciudad Eterna, donde el Papa Julio II le encarga un enorme Mausoleo, que su misma muerte desbarata en su más completa realización. Quedan figuras de indecible majestad, de una humanidad que vuela a través del mundo y se refugia en los más elevados sentimientos de la conciencia humana. Aquí, en esta exposición están en soberbios calcos: “Los esclavos”, “La aurora”, “La noche”, “El día”, “El crepúsculo”, en las cuales se mira de frente una nueva y siempre viva coronación de un vibrar pronto a saltar de su envoltura, como una protesta moviente, retorcida casi, buscada en el más alto grado de expresión universal. La disposición de la muestra da la sensación de grandeza, el marco que necesita la obra del genio. Espacio suficiente permite atesorar y estudiar perfectamente a las estatuas en su más ínfimo detalle. La ubicación de la Puerta Principal de Baptisterio de Florencia de, Lorenzo Chiberti, es un acierto completo. Se respira una atmósfera ideal envuelta en la música suave y sacra que da un místico relieve a la sensible riqueza del ambiente. Esta evocación, que flota en el amplio espacio de las galerías, acompaña al visitante y lo detienen emocionalmente en el lugar preciso en que debe escuchar el latido de este gigante. El contraste se produce, el golpe sacude las fibras más resistentes. El ambiente vence y la obra eleva. Detalles de grandes dimensiones de la bóveda de la Capilla Sixtina, reproducciones de maravillosa nitidez fotográfica, dejan apreciar en parte aquel enorme racimo de seres poseídos por el terror de un dios castigante. Infierno en el cual el mismo escultor se ubica, firmando así uno de los más magistrales murales que conoce la vida del arte. El recogimiento a que nos obliga la aplastante fuerza espiritual de Miguel Angel, cuyo calco de la cabeza del Moisés asoma en la más desafiante condición de fuerza contenida que jamás se ha esculpido, halla eco contrastante en la Virgen y el Niño, modelado que se escapa del control de la vista, rotando con un movimiento en el cual las curvas son el más dinámico sostén fiel volumen.

Detenerse a fijar y ubicar valores técnicos en una obra de tanta proporción, de vasta acumulación de procesos interiores, que afloran en el más sencillo y rotundo modelado, es tarea imposible. La grandeza supera todo control. Acude de inmediato a provocar el impacto que se alarga, y seguirá hundiendo su aguda dosis de expresión por los siglos. Quien quiera descubrir ese misterio, esa agonía rugiente, de la creación, sucumbirá infaliblemente.

Cierto que nació junto a otros de tanta y distinta entonación de genio. El Renacimiento Italiano dio a Rafael, casi un príncipe de la pintura, y escondido en su celda, la figura humilde del monje Fray Angélico, hincado en un misticismo de inocente creencia. Entre ellos y más allá, otros nombres que en esta exposición dan relieve. El "San Jorge” de Donatello, “La Cantona” de Lucca de la Robbia, maravillosa sucesión de figuras de tierna y cantante blancura.
 

La misteriosa figura de Laurana, y el David de Donatello. Dan estas esculturas en sus extraordinarios valores, la pauta del impulso de imaginación de Miguel Angel. La enorme montaña tiene en su falda los escalones para seguirla en su camino de infinito. Eligiendo bloques para sus estatuas, la figura demoníaca, arrolladora, claudicante a veces, pero nunca vencida, necesita del viento de la altura para recobrarse de las bajezas humanas. El genio inspira las más rastreras trampas en los seres que le envidian que desean detener ese alud de tremente poder extraterreno, que conmueve las fibras mismas del universo de entonces. Se le odia y se le teme. Se le quiere y se le admira, pero no se le deja respirar plenamente. Ya “La Piedad”, realizada a los 25 años, emplazada en la Basílica de San Pedro, y actualmente expuesta en la Feria Mundial de Nueva York, confirma su inusitada fuerza de modelado, y la composición del movimiento de los pliegues del ropaje y de los cuerpos. El desnudo es maravilloso de serenidad, pero no deja por ello de buscarle la más difícil sensación de ritmo curvante. Toda la obra es una entera envoltura, pegada a un dolor que sobrepasa el escozor humano, para elevarse a la magia interpretativa de lo irreal. La obra data del 1498. Su regreso a Florencia en 1501 le representa la ímproba tarea de esculpir el '‘David’’, de un gran bloque de mármol. Es entonces cuando la conciencia del genio se vislumbra en toda su capacidad creadora. Ese desnudo, al mismo tiempo que sostiene la plenitud de la joven figura, descubre las líneas puras en una combinación de concepto, que llega a una grandeza de excepción. Desde la Explanada Municipal preside la exposición. En 1505 es llamado a Roma por Julio II, y en 1508 vuelve para trabajar en los frescos de la bóveda de la Sixtina, hasta 1512. Es entonces que muere el Pontifica y queda trunco su grandioso proyecto del Mausoleo de Julio II. “De su idea nos queda la Tumba en San Pedro, “Durante”, “El saco de Roma” — prosiguen los datos ilustrativos de! catálogo — él se encuentra en Florencia, atendiendo a las obras de fortificaciones de la ciudad”. Después de estancias sucesivas en Ferrara y en Venecia, regresa a Florencia y realiza la obra de las fortificaciones y las “Tumbas Medíceas”. “De nuevo en Roma en 1532 es nombrado por Paulo III, arquitecto, escultor y pintor de Palacio; pinta en la Capilla Sixtina e¡ fresco del Juicio Universal, y ya en edad avanzada, atiende a las obras de la fábrica de San Pedro, dedicándose a ellas con indecible ardor. Murió el 18 de febrero de 1564”.

Expo Miguel Angel y el Renacimiento La Noche obra de Miguel Angel - calco

escaneado del Suplemento mencionado (papel diario)

ESCULTORES (Miguel Ángel) 1475-1564 - Documentales

3 jul 2016

Michelangelo Buonarroti "Miguel Ángel" (Caprese, Italia 1475-1564 Roma, Italia) Arquitecto, escultor y pintor italiano renacentista,

considerado uno de los más grandes artistas de la historia tanto por sus esculturas como por sus pinturas y obra arquitectónica.

por Eduardo Vernazza (Especial para EL DIA)
Suplemento Huecograbado del diario "El Día", Montevideo, 20 de dic de 1964
 

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Catálogo pinturas y dibujos del artista de Uruguay Eduardo Vernazza por el cineasta Dennis Doty (Irlanda/Estados Unidos)

 

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