Manet y el impresionismo

por Eduardo Vernazza

Suplemento Huecograbado del diario "El Día" - Montevideo s/f

Autorretrato 1879
Autor Édouard Manet
Técnica Óleo sobre tela
Estilo Impresionismo
Tamaño 83 cm × 67 cm
Localización Colección privada

Si bien los principios del impresionismo tuvieron en muy grandes pintores un adelanto a lo que sería luego una Escuela que revolucionaría totalmente la pintura, cierto es que cobró, con los descubrimientos de Manet, para la época sumamente audaces, la fuerza necesaria para convertirse, con los jóvenes que serían luego los verdaderos 'pioneros del impresionismo, en la pintura que tratada al aire libre, darla al paisaje una nueva vitalidad, tan amplia, que nació con colores nuevos a la vida cromática del pintor. Si Velázquez pintó en Roma dos paisajes ya con caracteres impresionistas, si Courbét y Corot también iniciaban cierta tendencia a ser osados con los colores, y si antes Delacroix, el romántico, descubría algunos complementarios que serían en el impresionismo tan importantes, es indudable que con aquellos que rodearon a Manet, Monet, Pisarro, Sisley, Renoír, Morisot, se desarrolló la verdadera Escuela impresionista, en su total carácter de pintura. Que no sólo al aire libre tomaría sus paisajes, sino que cobró, dentro de la unidad de sus cultores la esencia misma y la segura sentencia de que se estaba ante una decisión que transformaba la pintura de taller, en la pintura de la luz.

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Antes que esto llegara, Manet ya descubría aspectos del color, y se convertiría en maestro indicador del impresionismo.

Es cierto que nunca pudo dejar del todo su pintura de taller, muy arraigada en él, que realizó mucho la figura y pintó cuadros de composición y conjuntos. Que bebió en la técnica y paleta oscura de los españoles, y que llevó siempre a cuestas las dos versiones que darían a su personalidad una evolutiva pero afirmada tendencia a lo estable.

¿Es posible que ya Manet, tuviera la intuición que tuvo luego Cezanne?

Manet A la orilla del Sena 1874

Si su pintura con la “Olimpia”, se libera de la paleta baja y de las sombras, o mejor, del claroscuro, la modulación y modelado por tonos, todos en la luz, conmueve al ambiente de entonces, y supera un escollo en el camino hacia la pintura directa del natural. Antes ésta se realizaba en el taller, dentro de las normas establecidas; es decir luz y sombra (por el claroscuro y no por el color mismo). ¿Con Manet se comienza a tratar todo el color en la luz con sus gamas que van conformando el. modelado?

Si en 1863 pinta Manet la “Olimpia” y “El desayuno sobre la hierba”, en 1872 se escapa hacia atrás, y crea “La mujer del abanico” dentro de la paleta de siena y negro... lo que parecería hacer mano para su cuadro “Baile de máscaras en la Opera". En 1869 pinta ligero de paleta y movimiento de figuras “Partida del vapor de Folkestone”,

A partir de 1874 trata una serie de temas de paisajes y figuras ubicadas en la naturaleza, como “En barco”. Y sobre todo, las netamente impresionistas, como lo son sin duda, “A la orilla del Sena”, “El gran canal de Venecia”, “La calle Mosnier Pavoisse”, “Los empedradores de la calle Mosnier” y otras, así como en la figura, ‘El café concert”, y más aún, “La Primavera”, 1880, junto al “Un ángulo del jardín de Bellevue”.

Es curioso que Manet deja, asimismo, algunos cuadros en los que después arraigarían otros pintores, come el pastel “Mujer poniéndose la liga”, ampuloso dibujo y colorido claro, que en cierta medida recuerda algunos aspectos de Degas, Toulouse Lautrec y, posteriormente, a Picasso.

En su importante cuadro “Un bar del Folies-Bergere” (1881), aplica Manet las dos formas, de pintura: es decir las complementa en parte, ya que su visión apela a consustanciarse con el sentido duradero, que sin lugar a dudas maduró en su espíritu desde siempre.

En 1880, repetimos, hace lo propio en “La Promenade”, con una hermosa figura de mujer en primer plano y un fondo impresionista. Esta libertad que Manet sabe manejar con una prudente sensación de armonía en el color y la atmósfera, sostiene esa su tendencia a no abrir el trazo, a no dejar de lado la fuerza del dibujo. Que sería a la postre la que terminaría con la teoría neta del impresionismo.

Manet, ai indicar en muchos de sus cuadros ia división del tono, lo hace sobriamente, entrado a un impresionismo muy luminoso en su tela '“Los empedradores de la calle Mosmer’’, en la cual mancha e interpreta, a los trabajadores de la calle, y arriesga el primer plano, con claro sentido de la distancia.

La perspectiva aérea se extiende en azules y ocres muy suaves, y la sensación, más que la impresión, ofrece el panorama menos envuelto, pero ya integrado a aquella función ligera frente a la naturaleza.

En ‘‘La calle Mosnier Pavoisse” se enfrenta a una división del tono con más búsqueda de la complementación. De esto podría haber salido Van Gogh, pero en vez del tono, emplearía el color decidido y fuerte.

Es entonces la revelación total que se manifiesta en muchos pintores, que ven a la luz de la naturaleza otros colores que viven en las luces y las sombras, Que el claroscuro ya no es más que convencional, y que la naturaleza proyecta los colores sobre las cosas, como se dará en llamar el color reflejo.

No importa entonces que las hojas verdes de un árbol se reflejen en el semblante de una figura. El impresionismo colocará este color en base a una serie de manchas conjuntas, bien planeadas y yuxtapuestas, o fundidas entre sí, que dará el efecto de la luz y del color de las sombras. Ya Manet proyecta sombras azules y violetas. Utiliza la mancha y no el dibujo que delinea. Y esto, que ya está lejos de sus primeras obras, no desea dejarlo totalmente Manet, que se mantiene, aún estando en contacto con los impresionistas, dentro de su teoría o mejor, de su personalidad, que parece no liberarse totalmente de esa base fundamental que después sería, repetimos, la estructura requerida por la reacción provocada por el impresionismo.

Naturalmente que dichas bases vendrán con otra teoría de la que a su vez, nacería el cubismo. Pero lo cierto es que Manet, con otra visión de la forma, no desechó el dibujo como estructura de sus obras.

Si se agrega a ello la cuota de sensualidad que no escapa en sus figuras de mujer, especialmente la de “Nana”, se advierte que no era fácil renunciar, como lo hicieron los verdaderos impresionistas, a esas formas ya inculcadas dentro de su misma característica de pintor.

Edouard Manet - Olympia

Es indudable que su pintura y sus conceptos sobre ella fueron un índice muy seguro para los pintores al aire libre.

Que si su "Olimpia”, ya denotaba audacias para la época, en otros cuadros, especialmente paisajes, deja correr la mancha con singular maestría.

Manet Música en las Tullerías National Gallery Londres 1862

Diez años antes de esos cuadros de la calle ya descriptos, pintaba “El balcón" con toda la formalidad de un original tema y un dibujo cerrado y vital para su colorido de fondos oscuros. Deja asomar un verde luz en el avance, y aclara las figuras primeras con una extraordinaria visión colorista y expresiva.

Algo de velazqueña tiene su obra "El viejo músico” pintada en 1862, Existe la influencia de la pintura española, acercando todavía el carácter de los tipos a esa modalidad. La paleta contiene tierras y tonos bajos. En algunos aspectos utiliza el claroscuro, que deja correr sobre el rostro de la figura.

En su “Desayuno sobre la hierba”, no están indicados los problemas del impresionismo, aún cuando trate el paisaje como complemento de las figuras. Será después que soltará el trazo y buscará el color claro, pero no entrará más que esporádicamente en el impresionismo puro.

Es tal vez por ello que Manet trasciende con otra distancia a través de los años en el mundo de la pintura. Aunque marque creativamente el comienzo de una escuela de suma importancia en la evolución de la pintura, su obra supo de una sobria concreción, que no desbordó la inspiración ni la exaltación.

PINTORES (Edouard Manet) 1832-1883 - Documentales

23 abr 2016

Édouard Manet (París, Francia 1832-1883 París, Francia). *Influencias: Eugène Delacroix, Francisco de Goya, Diego Velázquez, Pedro Pablo Rubens, Thomas Couture *Influenciados: Pablo Picasso, Camille Pissarro, Miroslav Kraljević, Horace Day Manet fue el faro del Impresionismo, un revolucionario dentro de una época de grandes revoluciones artísticas. La 'Olimpia' o 'El desayuno sobre la hierba' abrieron el camino para las grandes figuras del Impresionismo.

 

por Eduardo Vernazza
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