Galería "Río de la Plata"

Gurvich; pintura donde la imagen surge como una aventura de color...

por Eduardo Vernazza

Diario El Día (Montevideo, lunes 30 de junio de 1980, pág. 13)

El pintor Gurvich observando una cerámica.

Prestó atención a toda expresión de arte. Su pintura traduce un constante crear.

La foto de Gurvich pertenece a la nota del diario

“Para que mis cuadros vivan, sólo necesito el público que los recree y participe viviéndolos”, dijo un día Gurvich, o Zusmanas Gurvicius, como en realidad se llamaba.

La retrospectiva que se llevó a cabo en la sala de la Comisión Nacional de Artes Plásticas hace años, reveló en toda su magnitud el valor de este artista polifacético. Que absorbió ¡as lecciones del Taller Torres García, siendo a su vez Profesor del mismo, pintor, docente, fundador de revistas, y talleres de arte, muralista, escenógrafo, dibujante y grabador_. En esta selección que le recuerda en la "Galería Río de la Plata", se recrea su intimismo, derivando de esa amplitud de artista universal que le adjudicó su talento ensayando las grandes composiciones, y creando un tema por demás humano.

"El arte no revela la verdad no está comprometido con la realidad, el arte es una invención del hombre, el hombre se expresa a través de él. La expresión es la forma de sentimiento y la intuición es el camino para llegar al sentimiento donde la razón queda afuera". Estos conceptos entre muchos. que ostentan la sabia lección que el pintor se sabía dar a si mismo y a sus discípulos, le entablan el problema de la responsabilidad que siempre contó con su severa disciplina para afrontar los testimonios de un oficio que estaba por demás al servicio de ese hacer constate, de ese ambular por el mundo de la creación, del augurio que formulan los espacios entre los conjuntos de hombres, mujeres y niños, que emergen de un mundo extraño, propio del artista.

"En mi aventura todo es posible porque todo lo imagino".

Así se expresaba Gurvich, mirándose de "adentro hacia afuera".

Tal, su manera de sentir la pintura. Como una mística recostada a la sensible infiltración de las cosas que tenia por delante, de la adoración que se debatía para captarla en su universo interior y no como las daba la realidad.

En lo que vemos de sus obras, en la muestra que le representa nuevamente, en este homenaje que se le rinde con la constancia del recuerdo la pintura de Gurvich sorprende siempre con algún eslabón que consolida su total obra.

Los cuadros que toman vida en ligeras trazas o en empastadas vivencias, recrean la vitalidad del pintor en cuanto a sus más firmes propósitos plásticos.

La composición libre, ausente ese control que determina la limitación, la pintura se revela en movimiento. en ritmos caudalosos, y en esa aventura que atrae, que consolida una motivación...

Así, los ocres rosados, se dan a un cromatismo de gamas muy elocuente. De sus figuras enlazadas surge el deleite de mirarlos sin eliminar aquellos detalles que vuelven y sirven para el mundo de hoy. Gurvich fue un estudioso.

Pero su fuente creativa surte su imaginación y su fantasía con chispazos brillantes, o con el ahogo de una impostación nueva que requiere otra interpretación.

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