Es una canción de silencio; un poema en la luz de la mañana.

Sobre un pilar, el busto del poeta. La maraña de ramas y hojas se enredan en el tronco del ombú, enorme boa gris..

La casa blanca con el balcón de tejas. La fuente callada, reflejando en las quietas aguas los azulejos irisados por la brisa.

Un remanso ideal pera el verso.

Un jardín lleno de plantas y arbustos. De cipreses, conos verdes y oscuros que horadan su vértice en el azul.

Patio español y arcadas que descubren muchas puertas y ventanas. Adentro, los recuerdos de! vate de Tabaré y la Leyenda Patria. ..

Lustroso moblaje antiguo, escritorio, arcón; columnatas de las Misiones, cuadros, un piano cerrado, la consola con sus candelabros dorados y las sillas tachonadas.

Más allá del salón, en un maniquí, el traje bordado en oro del diplomático que fuera Juan Zorrilla de San Martín.

El dormitorio sobrio, como la celda de un monje. Sobre una silla, el bastón y la galera del Montevideo que le conoció caminando por sus calles sencillamente.

Nuevamente el Museo abre sus puertas. Podría decirse que renovado. Ordenado por su directora la poetisa Dora Isella Russell.

Entonando la canción de los pasos callados de! furtivo visitante...

E.V