Un rito Peninsular

El Asado

por Eduardo Vernazza

(Texto e ilustración)

Diario El Día (Montevideo)

Edición Punta del Este enero de 1969

Punta del Este es un lugar de recreo, de descanso de "relax”. Tres actitudes que en jerga rioplatense se conjugan con un mismo verbo: asar. Porque el asado es la ceremonia más importante en la liturgia gastronómica uruguayo - argentino.

Como toda ceremonia pagana, consta de varias etapas: preparación, oficio, y trance o comunión.

La primera la realizan las sacerdotisas: elección de vituallas, que suponen una serie de exquisiteces colaterales, tales como guarniciones para el copetín, bebidas, pan, frutos de la huerta para las ensaladas, música y todas las herramientas, enseres y ornamentos para la ceremonia.

Más tarde el Sumo Pontífice, el Jefe de la Tribu, o el Maestro de Ceremonias, como prefiera llamársele, con riguroso traje de ocasión: short, alpargatas y alguna camisa vieja, comienza la preparación del fuego sagrado, que se obtiene tras varias horas de relampagueante chisporroteo de leña y malezas. Fuego que emula al mediodía el bochorno solar, o ilumina en las noches con resplandores fantasmagóricos la penumbra de los bosques.

Y el clima se va logrando.

Ya la ofrenda se dora lentamente, como en los antiguos ritos tribales, a fuego lento, vigilada atentamente por el sacerdote, que la contempla, la mueve, la cuida, le agrega brasa, para ofrecerla finalmente, feliz y sudoroso, para admiración y alimento de los fieles.

Como médium ha interpretado el pensamiento de los dioses y ha logrado transmitirlo a la masa.

Entonces sobreviene el éxtasis, el trance, la comunión.

Las sangrantes rodajas, las ardientes costillas, los dorados chorizos, morcillas y chinchulines se reparten y desaparecen para embeleso y fruición de los comensales.

La función del Pontífice ha terminado. Las vestales se preparan nuevamente para cumplir las otras etapas del rito: frutas generosas, postres almibarados, helados refrescantes, para sustituir el néctar y la ambrosió de que se alimentaban los dioses del Olimpo.

Luego. . . música, cantos, comentarios, tal vez cuentos... de todos colores. Y los fieles se retiran convencidos, una vez más, y positivamente, de que Hernandarias fue un visionario.

por Eduardo Vernazza (Texto e ilustración)

Diario El Día (Montevideo)

Edición Punta del Este enero de 1969

 

Ver, además:

 

                     Eduardo Vernazza en Letras Uruguay

 

                                                                    Dennis David Doty en Letras Uruguay

 

Catálogo pinturas y dibujos del artista de Uruguay Eduardo Vernazza por el cineasta Dennis Doty (Irlanda/Estados Unidos)

 

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