Museo Departamental de San José

IX Salón Nacional de Artistas Plásticos del Interior

por Eduardo Vernazza

Suplemento Huecograbado del diario "El Día", Montevideo, 17 de octubre de 1965

Ilustraciones de las obras, y texto, escaneado del Suplemento mencionado (papel diario)

Imagen del Museo tomado de internet

Museo Departamental de la ciudad de San José

"Retrato" óleo de Ribeiro Nario

Se afirma aún más este año, la convicción de que el Salón del Interior inaugurado el día 2 de octubre en el Museo Departamental de la ciudad de San José, constituye una base sólida para encausar la pintura hacia una formación de estudio serio e interpretativo a la vez. En la anterior muestra, decíamos, con sorpresa, que tal manifestación rebasaba en la pintura naturalista, y aun en algunas secuencias de lo moderno, al propio Salón Nacional. Si bien aquella exposición fue por demás excepcional de valores, que se hallaron en un especial momento de sus envíos, también ésta, aunque no tan amplía, sí en cambio, con un equilibrio que deja observar; que establece contacto, y que demuestra claramente, cuánto hace una dedicación humilde y severa, en la vocación de los artistas del interior, que nos están dando la tónica de una técnica en la cual saben discernir en la mayoría, lo que se ajusta a lo pictórico, y lo que hay que desdeñar para no entorpecer la concreción de lo plástico. Casi todo el material, sale de los “Talleres” formados en el interior por profesores a su vez discípulos de la “Escuela Torres García”. Una estela de aprendizaje que se reparte en la simplicidad y humildad del estudio de la naturaleza y que cobra por momentos verdadera riqueza cromática en retratos, figuras, paisajes y “naturalezas muertas”. Esa serenidad que va apareciendo en algunas telas, es el resultado de la observación que depura elementos, y lleva a su justo encuentro los planos decisivos, que den la representación del objeto o figura, o lleguen aun a la expresión del pintor, tomando giros por demás personales, o variando en parte el ritmo de la composición.

Además, promueven la escala de valores, en lo concerniente a la no dedicación a un solo tema. Vemos así a Leite volver al retrato de dimensiones grandes, y a un paisaje de "Puerto" de muy fina factura. Por lo demás, es curioso cómo un pequeño cuadro, "Interior", de Héctor Magnou, supo convencer al Jurado para sacarle nada menos que la más importantes de las adquisiciones, "Comisión Nacional de Bellas Artes". Y decimos curioso, porque tal cuadro, representativo de una época que se aleja de los tiempos modernos, contrapone criterios a los cuales es difícil aunar. Sin embargo, este hermoso cuadrito, bien pintado, y que sin duda merece la distinción, es naturalista... Simple y esquemático, el paisaje de Betty Fernández de Ribeiro (Adquisiciones “pinturas Inca”) y notable sorpresa es el “retrato de Vera”, de Rubén Quepfert, una de las más sensibles y mejor ejecutadas obras del Salón. Jugosa materia, fina, brillante, envolvente y simple en el toque de acento — dibujo —. Las “Flores” de Rubiolo son frescas y bien manchadas, y una comprobación valiosa el “Puente” de Tornessi. Por otra parte, se advierte que las salidas hacia la pintura moderna, cobran por medio de Cúparo, una bella composición informal del color, y los artistas que intentan despegarse en una más libre expresión, este año sujetan la estructura sin evadirse de la seria visión compositiva, o de la más severa disciplina. Si lo logran o no, debemos señalar que existen aciertos y fracasos, pero la forma de encarar tales teorías son tentadas con criterio en muchos de los casos.

Asimismo, debemos destacar las obras de Nelly de Viana, el “Bodegón” de Gustavo Alamón, el paisaje simple y dorado de Iglesias; ‘Tahona” de Peláez; las figuras de Machín, como influencia notoria de Tejera; el empaste de la Sra. Gascue de Moreno, la buena composición que roza lo informal de Menéndez, la pequeña pero jugosa “Naturaleza Muerta” de De los Santos, el gris paisaje de Cesto de Mathon; la materia original del retrato de Villalba; bueno el de Artola; el color intenso de Indart, los grabados de Vasallo, Carrerón; las ilustraciones de Méndez de Cruz, muy ágiles y vibrantes en los cortes; el metal en relieve de De León y la muy buena xilografía de Carballal. El dibujo al lápiz de Sosa, la tinta de Andrada, y otros trabajos que mantienen el interés del Salón. La acuarela ha fracasado esta vez, ya que son pocas y de no buena calidad, aunque notemos el esfuerzo por dominar la técnica, lo mismo la escultura, que ya venía "desmayando", envió este año en total, ¡sólo dos piezas!; una cabeza algo mejor de Logiurat.

En cambio, la cerámica ha cobrado adeptos. No sólo en cantidad se haya a la par del pasado año, sino que la calidad va superándose. Anotamos el ‘‘Vaso” de Colombo, "Cilindro" de Parada, “Anfora” de Rivero, “Jarrón” de Bernasconi: tedas ellas adquisiciones con destino al Museo Departamental. Como puede verse, las artes aplicadas van sumando cultores, y dadas las perspectivas que se adivinan o que se pulsan ya concretas, no está lejos el día en que dichas técnicas florezcan en su más puro y brillante resultado.

Otra nota del nuevo Salón, la constituye el sector “Estímulo” de pintura. Es una galería del espacioso Museo, dedicada a los pintores todavía en la categoría de aficionados, a los que se les desea estimular, por poseer condiciones para iniciar sus estudios. Generalmente son jóvenes que luchan en tierra adentro, con vocación pero sin profesores, y el esfuerzo que demanda este aprendizaje adolece, como es natural, de muchas fallas. Pero se adivina un deseo de aprender, de querer descifrar la naturaleza. La misma pureza, inocencia, podríamos decir, de sus trabajos, dan la simpatía para que el Jurado haya resuelto aceptarlos y ubicarlos dentro de ese margen llamado “Estímulo”. Desde luego que ello podría buscarse también en soluciones prácticas. Por ejemplo, becar a uno de los mejores para que pueda seguir o iniciar el estudio, etc. Sería un agregado a los tantos y tan buenos que tiene el Salón del Interior, que hemos visitado como todos los años, y en el cual hallamos siempre algún valor que nace con atributos descollantes, que justifican esa superación de que goza especialmente en pintura naturalista.

"Kiosco" grabado de Pérez Jorge

por Eduardo Vernazza (Especial para EL DIA)
Suplemento Huecograbado del diario "El Día",

Montevideo, 17 de octubre de 1965

 

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Catálogo pinturas y dibujos del artista de Uruguay Eduardo Vernazza por el cineasta Dennis Doty (Irlanda/Estados Unidos)

 

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