Dionisio Trillo Pays Montevideo, 1909-1971
Dionisio Trillo Pays (Montevideo, 1909-1971) se inició con Horizonte humano (1937) y Zarzas (1944), volúmenes que suman un total de veintitrés cuentos que padecen similares endebleces de factura: estructura fallida, excesivo apego emocional a la anécdota y falta de desarrollo en algunos personajes. Tal es el juicio de A. S. Visca, quien rescata del conjunto, a pesar de todo, tres o cuatro relatos. El propio autor refiere en una página autobiográfica que su primer libro de cuentos lo hizo escogiendo una docena de los muchos que había escrito a los veinte años, cuyo mayor mérito, dice, "consiste en haberme obligado -mediante un esfuerzo formidable- a escribir sin faltas de ortografía". Sin embargo será en las exigencias de la novela donde el autor demostrará su verdadera capacidad narrativa; Visca dirá sobre Pompeyo Amargo (1942) y Estas hojas no caen en otoño (1946) que "constituyen dos de las novelas de ambiente urbano más valiosas de las escritas en el país en los últimos años" [Visca, 11.2., 1962]. También Zum Felde las reseña favorablemente en el contexto hispanoamericano y ambos coinciden en el valor de su temática sobre la conciencia y desengaño del mundo, con personajes que acotan perspectivas raciales y de clase a la interpretación de la sociedad montevideana, con técnicas narrativas convencionales que vislumbran la influencia de Proust. Los protagonistas de estas novelas: Pompeyo -hijo putativo de una familia de clase media e hijo natural de la empleada de servicio de ésta- y los integrantes de la familia Suárez Rada (Estas hojas...), enfrentarán diversas vicisitudes que muestran y comprueban, paso a paso, el divorcio irreconciliable que se ha producido en la sociedad uruguaya entre el futuro asegurado, organizado y feliz -que sigue proyectándose en el imaginario colectivo- y el cúmulo de realidades adversas que lo muestran como utopía. Esa experiencia de padecimiento continuo, que los personajes soportan como consecuencia del ajuste perpetuo entre las realidades que creían y las que verdaderamente van resultando, les da una impronta de pesimismo, derrota y resignación. Entre la ficción y la biografía del autor hay paralelismos insoslayables; en el caso de Trillo Pays quedan explícitos en su última novela, Nicodemo (1970), de carácter autobiográfico, y declarados en las páginas autorreferenciales que publica en Asir (Nº 10, julio de 1949): "este existir opaco y sin argumento como corresponde a un ciudadano de suerte en un pueblo felizmente sin historia, comienza a diferenciarse y cobra caracteres de individualidad estimable si nos adentramos en su intimidad psicológica [.. . ]. De esta suerte tenemos: el hogar honorablemente constituido sobre las sólidas bases que caracterizan a las viejas y encumbradas familias secularmente criollas, fue tempranamente arrasado por la muerte, la ruina y el desamparo. Completando el acabado trabajo de esta respetable trinidad intervienen la independencia de carácter, la soledad espiritual, la sensibilidad enfermiza, unas costumbres bastante desenfrenadas y una íntima e insobornable vocación de escritor ".
Trillo -además de integrar el Consejo de Redacción de esta revista- forma parte de jurados, escribe reseñas, publica algunos cuentos, una obra de teatro (La valija perdida, 1950) y varios artículos. Antes, en 1941, había sido el primer autor nacional estrenado por el Teatro del Pueblo (Mediodía) en la flamante sede de los sótanos del Ateneo; había trabajado junto a Quijano en "Acción" y luego en "Marcha", en 1951 fue nombrado Director Interventor de la Biblioteca Nacional, con lo que se convirtió en el primer integrante de la generación que empezaba a participar e incidir en la política cultural oficial.

Historia de la literatua uruguaya contemporánea
Tomo I La narrativa del Medio Siglo
Dirección Heber Raviolo / Pablo Rocca
Asesoría Wilfredo Penco
Ediciones de la Banda Oriental 1996

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